Decía Manuel Alcántara que el verso que más le había ayudado a vivir era de Rilke: "¿Quién habla de victorias? Sobreponerse lo es todo". La Feria de Málaga parece estar tomándose muy en serio la idea, y se presenta desde este sábado 13 de agosto hasta el próximo domingo 21 con una fuerza arrolladora frente a miedos, desabastecimientos o crisis energética.
"Todo está organizado para que tengamos unos días de convivencia, de alegría y de respeto mutuo", valoró este jueves el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre, que ha previsto una Feria "magnífica" que "se desarrollará bien". Su predicción, eso sí, tenía también una petición a la ciudadanía: "no pasarse a la hora de beber" para responder a los valores de "civismo y respeto a los demás" y que se convierta de esta forma en "una celebración ejemplar".
A ese optimismo municipal se suma el del sector hotelero, que rozará el 'no hay billetes' durante esta semana clave. Las cifras presentadas por la Asociación de Empresarios Hoteleros de la Costa del Sol (Aehcos) oscilan entre el 94-95% de ocupación en el puente inicial y el 84-85% de la segunda mitad. La previsión es que el turista sea, mayoritariamente, nacional.
Las cifras de la celebración son las de las grandes ocasiones: en el Cortijo de Torres, habrá 121 casetas —cinco de ellos municipales— ubicadas en 241 módulos; mientras que entre el recinto ferial y el Centro de la ciudad estarán empleadas más de 1.300 personas en atracciones, instalaciones o venta ambulante. La zona recreativa acogerá 96 atracciones en su emplazamiento habitual, 45 de ellas destinadas a mayores y 51 al público infantil.
Así, la conversación pública ha girado de la discusión de los problemas a la expectativa de una gran Feria de reencuentro tras dos años sin poder celebrar estas fiestas por las restricciones derivada de la pandemia de la Covid-19.
En días pasados, han ocupado los titulares el desabastecimiento de hielo de algunos distribuidores, que los hosteleros se encargaron de relativizar cara a una semana clave de consumo de bebidas y altas temperaturas; o los conciertos de pago de India Martínez y Maka, que el Ayuntamiento ha intentado justificar en la contraposición con la amplia oferta gratuita. También está por ver si en algo cambia el consumo alcohólico en la calle tras los frustrados intentos municipales de reducir su venta. Tal ha sido el interés de mover las fiestas a un espacio acotado y apartado, como es el Cortijo de Torres, que hasta allí han desplazado el pregón que dará pistoletazo de salida a la fiesta, de la mano de la cantante María Peláe.
Con todo, más allá de la subida de los precios, parece que hay otro invitado incómodo que inevitablemente los malagueños tendrán que afrontar en su Feria: el terral. La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé que las máximas puedan rozar los 40 grados en la capital durante el sábado, mientras que para el domingo se esperan 36 ºc. Será un nuevo obstáculo al que las ganas de Feria tendrán que sobreponerse.