Casi cuatro años han pasado antes de que el Ayuntamiento de Málaga haya podido licitar las obras de reparación de un lienzo de la muralla norte del Castillo de Gibralfaro, catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) y que data del siglo XIV. Esta parte de la estructura del monumento histórico se derrumbó entre octubre y noviembre de 2018 como consecuencia de las fuertes lluvias caídas en la ciudad.
Para intervenir sobre este elemento, la Gerencia de Urbanismo ha puesto en marcha el procedimiento mediante el que contratar los trabajos de restauración, con un coste estimado de 155.399,26 euros (IVA incluido). El plazo manejado para el arreglo es de apenas 3 meses. Desde la publicación del anuncio, las empresas interesadas van a disponer de 20 días para presentar sus ofertas.
Más allá de la competencia municipal, una de las razones que ha ampliado con creces el plazo de intervención sobre este monumento ha sido el cruce de informes varios entre Urbanismo y la Consejería de Cultura, que antes de autorizar la operación requirió cierta documentación sobre la obra a realizar.
Pese a ello, el visto bueno definitivo data de finales de 2021. Fue en ese momento cuando la Comisión de Patrimonio dio luz verde a las obras de reparación. De los análisis y estudios previos, se ha concluido que el material derrumbado, con mampuesto y ladrillo, proviene de una restauración acometida en el siglo XX sobre una muralla original de tapia de hormigón de cal.
En el proyecto de restauración se analiza el cuadro patológico, y se concluye que la causa principal del derrumbe parcial de este paño de muralla ha sido la escasa trabazón en esa zona, entre ésta y el núcleo de la estructura, seguramente relacionada con una incorrecta elección de materiales y puesta en obra durante su reconstrucción.
De acuerdo con los detalles aportados desde el Consistorio, el proyecto que sirve de base recoge las actuaciones a llevar a cabo para proceder a la restauración del citado tramo. El desprendimiento de esta parte de la muralla norte ocasionó una profunda oquedad en el mismo e inestabilidad de la estructura. El adyacente también presenta diversas patologías en parte de su frente exterior (Lienzo B), si bien de menor afectación que en el caso anterior.
Aunque la intervención ahora programada debe servir para corregir las anomalías que presenta este punto del castillo, desde el Ayuntamiento recuerdan que ya se acometieron trabajos urgentes con los que evitar más derrumbes. Para ello se instaló un andamio estabilizador mediante el que contener la parte del lienzo derrumbado.
La labor a desarrollar consiste en evitar la entrada de agua dentro del cuerpo de la muralla, causa del derrumbe acontecido, al tiempo que se recompone dicho lienzo saneando las zonas afectadas, respetando las diferentes estructuras existentes y utilizando los materiales adecuados para conservar los revestimientos y acabados de las distintas restauraciones que se encuentren en buen estado. También se habla de realizar una consolidación superficial y patinado final general a base de veladura para evitar grandes disonancias, y que todo armonice con el resto del monumento.