Cuando en mayo de 2019, Francisco de la Torre, en su doble condición de alcalde de Málaga y candidato del PP a la reelección, puso sobre la mesa la construcción de un gran planetario, llamado a ser uno de los más grandes de Europa, no podía imaginar que en la recta final del mandato ni siquiera se haya puesto una piedra del ansiado equipamiento.

Esa es justamente la fotografía que se puede tomar de la parcela elegida para este inmueble, estratégicamente localizada junto al Centro Comercial Plaza Mayor y al parque del antiguo Campamento Benítez. El terreno sigue cubierto por la maleza y sin haber sido sometida a operación alguna. Nada que permita atisbar al menos el inminente arranque de las obras.

Si en otras muchas iniciativas el retraso es imputable a la Administración pública, la realidad es que la dilación que acumula el planetario de Málaga tiene poco o nada que ver con el Ayuntamiento. Es más bien la empresa ganadora del concurso público impulsado por el Consistorio la responsable de la paralización de la iniciativa.

Aunque EL ESPAÑOL de Málaga ha tratado de conocer en detalle el momento en que se encuentra el proyecto de colaboración público-privada, no ha sido posible. Al menos por boca de la empresa concesionaria. Desde la Gerencia de Urbanismo, sin embargo, el concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, no esconde la ausencia de novedades en torno al planetario.

Y eso, en sí mismo, es una mala noticia. "Antes del verano nos dijeron que todo estaba desbloqueado, que la intención era empezar las obras en septiembre u octubre y que iban a presentar las correcciones que se le habían pedido al proyecto inicial, pero aún no han presentado nada", precisa López. Con este calendario, la apuesta es que abriese sus puertas a finales de 2023.

De acuerdo con las explicaciones del edil, la empresa a la que se otorgó la concesión de los terrenos, UTE Málaga Planetarium (integrada por SKY-SKAN Europe GmbH), se topó con "el problema gordo de que el impacto de la Covid les hizo perder algún inversor o patrocinador". Esto motivó que desde la mercantil plantease ciertos cambios en el proyecto inicial, tales como un aumento de la superficie comercial.

Una adversidad que parece haber sido clave en que siga sin estar del todo despejado el horizonte para un equipamiento llamado a ser un nuevo acicate turístico para la capital de la Costa del Sol. Aunque en origen se habló de una inversión que podría rondar los 6,5 millones de euros, en los últimos meses esta cifra se ha incrementado hasta superar los 10 millones. 

A cambio de cederle la parcela, de 8.811 metros cuadrados de superficie, la empresa está obligada a abonar anualmente un canon de unos 115.000 euros al Ayuntamiento. Y eso durante un plazo de 37 años.

En la memoria descriptiva presentada por Málaga Planetarium se especifica que el planetario tendrá una cúpula de proyección de 27 metros de diámetro interno equipada con las mejores soluciones técnicas del mercado. Esta sala tendrá capacidad para unas 400 personas.

El espacio proyectado tendrá una superficie total construida de 2.603,39 metros cuadrados y una superficie útil de 2.172, que redefinirá la imagen del entorno al configurarse sobre una parcela urbana en la que la circulación de los visitantes rodeará el edificio principal en una plaza abierta. 

En su diseño se han tenido en cuenta planes complementarios y otras actividades distintas a las proyecciones, como exposiciones de carácter científico divulgativas para amenizar la espera de los asistentes a las sesiones de proyección o tras la finalización de éstas.