A alguien le pareció una buena idea fabricar penes con el nombre de 'Málaga' para ofrecerlos como souvenirs. Y a otra persona también le pareció buena idea adquirirlo como mercancía para ofrecerlo en su tienda de venta de recuerdos de la ciudad, especialmente destinada a los turistas.
Paseando por la calle Císter, en pleno centro de la ciudad, sorprende una de las estanterías que hay en la puerta de una de las varias tiendas de souvenirs que al final de esa vía conecta la Santa Iglesia Catedral con calle Alcazabilla, donde está el Teatro Romano de Málaga y las vistas a la Alcazaba. Un enclave estratégico para el turismo que inunda las calles del centro histórico a todas horas.
Esa estantería en concreto está repleta de penes de varios tamaños, que también hacen de abridor de botellas. Los hay de tres precios, 6,95 euros los más pequeños, 12,95 los de tamaño mediano, de varios modelos, y 16,95 los grandes, de madera.
Noemí es quien los vende. Se le escapa una sonrisa cuando el periodista le adelanta que le quiere preguntar por los penes. "Se lo ofrecieron a mi jefe y le pareció gracioso". "¡Se venden un montón!", exclama.
Primero llegaron los de tamaño mediano de madera con el nombre de Málaga, pero visto el éxito, empezaron a llegar los demás modelos. "Los compran mucho cuando llegan despedidas del soltera, por la broma". Y también es el reclamo de muchos turistas."For my friend, me dicen algunas chicas", comenta Noemí entre risas a EL ESPAÑOL de Málaga.
Es una parte de la oferta que le ofrece Málaga a las despedidas de solteros, productos temáticos de dudoso gusto, como el espectáculo que se puede ver por las calles del centro todos los fines de semana.
Málaga está intentando emprender una batalla contra ese tipo de turismo, o al menos algunos negocios le están poniendo barreras. Sin ir más lejos, este martes fue noticia la multa a un grupo que viajaba a Málaga en AVE para una despedida de solteros. Los sancionados fueron obligados a abandonar el tren en Córdoba debido al escándalo que estaban formando y eso provocó un retraso en la llegada. La justicia ha condenado a los jóvenes a pagar la indemnización que RENFE paga a sus pasajeros en caso de que el tren llegue tarde. 7.676 euros a dividir entre los once hombres que formaban el grupo. 700 euros les cuesta la broma a cada uno.
Entre las flamencas, abanicos, biznagueros, camisetas, tazas o platos de recuerdo, se han colado unos penes. A alguien le pareció buena idea. Cosas de la Ciudad del Paraíso.