Cuenta la historia que el emperador romano Trajano encargó al arquitecto Apolodoro de Damasco la construcción de un puente sobre el Danubio. La ambición del césar era mayúscula. Nunca antes se había planteado una empresa parecida y menos sobre el caudaloso río.
La estructura final empezó a construirse, según los relatos, en el 103 después de Cristo, dándose por concluido en el 105. Dos años tardó Roma en levantar una gigantesca pasarela de 1.135 metros de longitud.
Casi los mismos años que, 19 siglos después, va a tardar el Ayuntamiento de Málaga en instalar el nuevo puente del CAC, un viaducto peatonal en la parte baja del Guadalmedina con el que recuperar la vieja conexión entre la calle Cuarteles y la margen Este del cauce. Una pieza, no obstante, que mide 25 veces menos que la obra a la que dio forma Apolodoro.
La larga espera parece llegar a su fin. ¿Cuándo colgará definitivamente la pasarela sobre el Guadalmedina? El concejal de Ordenación del Territorio, Raúl López, opta por la prudencia. Lógico si se tiene en cuenta que son ya muchas las ocasiones en las que las fechas marcadas en el calendario se han visto incumplidas.
Con la estructura ya terminada y dispuesta en la nave que tienen en Sevilla las empresas adjudicatarias, Construcciones Garrucho y Tevaseñal, las máquinas trabajan estos días sobre el terreno para que todo esté listo para la colocación de la pasarela.
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Analizando los antecedentes, lo que ha ocurrido con este proyecto municipal desde el mismo momento en que se activó su construcción tiene mucho de mala suerte. Conforme a la oferta que se hizo con el contrato, el plazo de suministro y colocación era de 3 meses a contar desde la formalización de los documentos. Un hito que tuvo lugar a finales de 2020.
De acuerdo con esta hoja de ruta, el puente del CAC tendría que haber sido una realidad en la primera mitad de 2021. Sin embargo, no fue así. Con el inicio mismo de 2021, las firmas propusieron a la Gerencia de Urbanismo un modificado en el proyecto original que trajo consigo el incremento del presupuesto y el alargamiento de los plazos.
Los cambios introducidos se justificaron en que la cota resultante de altura de los estribos no era la prevista, lo que forzó a una actualización de la estructura planteada.
El proceso administrativo necesario para que el ente municipal validase la propuesta privada se extendió en el tiempo hasta noviembre del año pasado. A los meses ya transcurridos había que sumar otros 4.
Con la firma del documento, el camino para la infraestructura parecía quedar definitivamente despejado. Pero la pasarela sobre el Guadalmedina, como muy antaño le ocurriera a la obra de Trajano en el Danubio, se ha tenido que enfrentar a otros imprevistos sobrevenidos.
La crisis de suministros que afectó durante meses a todo el sector de la construcción se dejó sentir de manera grave sobre esta intervención, hasta el punto de que las empresas se quedaron sin material para completar el encargo.
Este ha sido el azaroso periplo por el que ha deambulado los dos últimos años la ansiada pasarela de la parte baja del Guadalmedina. Ahora solo queda confiar en que la espera llegue a su fin y que Málaga disfrute de una estructura que, como indican desde el Consistorio, tendrá "cierto carácter escultórico". Siempre queda pensar en que hace 1.900 años, a Roma y a Trajano también les costó lo suyo levantar el puente sobre el Danubio.