¿Qué diría hoy Ventura Rodríguez si supiese que el tejado a dos aguas que dibujó en 1764 para coronar la Catedral de Málaga se iba a pagar, en parte, con los bízums que harán los vecinos de la capital de la Costa del Sol? Una pregunta sin posibilidad de respuesta, toda vez que el arquitecto murió en 1785 sin ver su obra realizada.
Lo curioso del asunto, en cualquier caso, es que casi 500 años después de que se iniciase la construcción del templo malagueño, los actuales responsables del Obispado, con el apoyo contundente de las Administraciones públicas, avanzan de manera acelerada en completar esta parte de la edificación. Y lo va a hacer siguiendo el guion trazado por Rodríguez.
La intervención, con la que viene soñando la ciudad desde hace años, encara ahora, tras alguna iniciativa fallida, la recta final, con el objetivo de arrancar los trabajos en el segundo trimestre de 2023.
Este es el calendario fijado por el deán de la Catedral, José Manuel Ferrary, y por el arquitecto del histórico inmueble, Juan Manuel Sánchez La Chica, que muestran su deseo de que la licitación de la obra, valorada en cerca de 17 millones de euros, sea una realidad antes de finalizar el presente ejercicio.
Desde el "pistoletazo de salida", como ha expresado el urbanista, no menos de 30 meses de trabajos intensos con los que no sólo sustituir la actual cubierta, llena de grietas por las que pasa el agua que acaba dañando el interior del edificio.
"No sólo hacemos el tejado sino que vamos a arreglar el sistema completo de pluviales, con los bajantes, las terrazas intermedias", explica Sánchez La Chica desde la cubierta, a la que se accede a pie tras subir 186 peldaños. En este caso, frente a la lógica en toda construcción, "empezamos la obra por el tejado".
Respaldo de las instituciones
La envergadura de la intervención planificada, que necesitará de la colaboración de dos grandes grúas de unos 90 metros de alto, queda plasmada en el calendario y el presupuesto de ejecución. Unos 17 millones que suponen una losa mayúscula para cualquier promotor.
En este caso, la naturaleza especial de la Catedral, catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC) y convertida en el principal monumento de la ciudad, abre numerosas puertas en las instituciones, que ya han anunciado su participación en la financiación. La Junta de Andalucía compromete 5,3 millones; la Diputación, 3.250.000 euros, y el Ayuntamiento, de inicio, 1 millón, con la seguridad de ampliar.
Queda por ver si finalmente el Gobierno central da el paso adelante, como dejó entrever hace algunas semanas el ministro de Cultura, Miquel Iceta. El deán da por hecho que así será, aunque queda por concretarse el modo.
A estas aportaciones económicas, el Obispado sumará un préstamo inicial de 3 millones de euros. ¿Y el resto? Para aliviar la carga pendiente, la institución religiosa ha puesto en marcha una campaña novedosa mediante la que pedir la colaboración de todos los vecinos de la ciudad.
"Hay muchos malagueños que han expresado su deseo de participar y con esta iniciativa lo van a poder hacer", explica Ferrary. Con este fin, se han abierto estas cinco cuentas bancarias.
Unicaja: ES27 2103 0146 9900 3007 0267
Cajasur: ES73 0237 0210 3091 7322 6250
Sabadell: ES91 0081 7441 6100 0152 1656
Caixabank: ES15 2100 8688 7702 0011 7879
Santander: ES35 0049 6728 8320 1636 0091
Y a esto hay sumar la posibilidad de realizar aportaciones mediante Bizum. En este último caso, los números a los que realizar los abonos son 06397 y 06437. Incluso, apuntan, dentro la posibilidad que tienen los donantes de descargarse la información en la web para poder beneficiarse fiscalmente ante Hacienda.
Con el movimiento de este viernes, la Diócesis de Málaga da por iniciada "la obra de la Catedral", al menos desde un punto de vista simbólico. El deán del templo subraya el daño que las filtraciones de agua están causando en el interior del edificio y pone en valor que Málaga sea consciente de la necesidad de "salvaguardar su patrimonio".
Para Ferrary, la intervención ahora planteada debe suponer un antes y un después en el conocimiento que se tiene del templo. "Hay que poner en valor la Catedral; no se conoce adecuadamente y tiene más valor de lo que creemos", destaca.
La previsión es que los trabajos de la cubierta y el resto de elementos se desarrollen desde la parte sur del edificio, aunque quedan por realizar ajustes para poder encajar las grúas. A priori, el desarrollo de las actuaciones no alterará el funcionamiento normal del templo. Sí de las visitas turísticas a la cubierta, que no podrán realizarse hasta que esté completada la intervención.