La Catedral de Málaga, casi 500 años después de que se iniciara su proceso de construcción, encara ahora un momento clave en su larga historia: el que le debe permitir coronarse con un nuevo tejado a dos aguas. Una cubierta con la que cumplir el proyecto original dibujado por Ventura Rodríguez en 1764 y que pasados 258 años no ha sido desarrollado.
Recoge el testigo del maestro primitivo, del hacedor de la idea, Juan Manuel Sánchez La Chica, el alumno aventajado que tiene ahora la oportunidad de completar el templo como fue concebido. Al menos en parte, porque seguirá pendiente de la segunda torre inconclusa.
Con este propósito, el Obispado de Málaga lleva años buscando el modo de activar los mecanismos necesarios para intervenir de manera clara sobre el inmueble histórico. Con una doble función: solucionar la grave herida que supone para la conservación de la Santa Iglesia Catedral Basílica de la Encarnación el agua que año tras año se filtra por las grietas de su cubierta actual y hacerlo recuperando la propuesta de Ventura.
Porque la instalación ejecutada décadas atrás, tras el impulso de un concurso de ideas por parte de la Junta de Andalucía, se demostró equivocada. El guion trazado por la Diócesis de Málaga avanza según lo planificado.
Tras meses de espera, el proyecto de intervención tuvo el acuerdo favorable de la Comisión de Patrimonio, despejando de dudas el camino técnico. Quedaba por delante la búsqueda del dinero con el que costear una obra mayúscula, que de los 12 millones iniciales ha pasado ahora a superar los 17.
Las vías de financiación, que durante los cinco siglos de historia de la Catedral han sido claves en las continuas interrupciones de una obra que no parece tener fin, parecen garantizadas. El Obispado tiene el compromiso de la Junta de Andalucía (5,3 millones), la Diputación provincial (3.250.000 euros) y el Ayuntamiento (1 millón, ampliable) y está a la espera de que el Gobierno concrete su colaboración en la iniciativa.
A los fondos públicos hay que sumar otros 3 millones que se pondrán sobre la mesa mediante un crédito que formalizará la Diócesis con una entidad bancaria. ¿De dónde saldrán los otros casi 4 millones? Una parte de las aportaciones voluntarias de los malagueños, a los que acaba de acudir el Obispado pidiendo su ayuda.
La institución eclesiástica, que también confía en la colaboración de grandes empresas, pone a disposición de los ciudadanos dos números de Bízum (06397 y 06437) y cinco cuentas bancarias:
Unicaja: ES27 2103 0146 9900 3007 0267
Cajasur: ES73 0237 0210 3091 7322 6250
Sabadell: ES91 0081 7441 6100 0152 1656
Caixabank: ES15 2100 8688 7702 0011 7879
Santander: ES35 0049 6728 8320 1636 0091
"Nos dejamos guiar por la historia"
"Ventura nos dejó el proyecto preparado pero se quedó sin acabar y lo hemos retomado; no partimos de cero, nos dejamos guiar por la historia", destaca Sánchez La Chica para subrayar el punto del que parte la actual operación.
Una intervención que, como bien recuerda, no sólo se dejará sentir sobre la cubierta, sino también sobre todo el sistema de pluviales, con los bajantes y las terrazas intermedias.
El calendario que se maneja es el de licitar los trabajos antes de finalizar el año, con la posibilidad de tener elegida la empresa constructora después de Semana Santa de 2023, momento a partir del cual arrancar formalmente las obras. La previsión inicial, unos 30 meses a contar en el calendario. De respetarse esta hoja de ruta, la terminación sería posible a finales de 2025 o principios de 2026.
Para el arquitecto, el proyecto del tejado debe entenderse como un punto de inflexión sobre un templo que lleva 20 años sin obras. Algo extraordinario para este tipo de construcciones, que requiere de una labor permanente de conservación y restauración. Por ello, confía en que a partir de ahora se entre en un proceso continuo de solicitud de fondos para garantizar la salvaguarda del templo. "Hay que entrar en la cultura del mantenimiento y que siga en pie otros 500 años", apostilla.
A la espera de ver el momento en que dos grúas de 60 metros se levanten junto a la Catedral, señal inequívoca de que el proyecto está en marcha, sirva explicar lo que se pretende hacer sobre el edificio.
Detalles del tejado
El nuevo tejado, según los detalles del proyecto, será mixta, de madera laminada de alta densidad y acero, "la opción más ligera y respetuosa con el proyecto de cubierta original". Se empleará la última tecnología desarrollada por la industria en este tipo de materiales, la cual asegurará "su durabilidad, fácil mantenimiento y resistencia frente a todo tipo de acciones". La cobertura de la estructura se hará con teja vidriada, material de probada eficacia y que protege los edificios históricos y de mayor importancia de la ciudad.
Entre las ventajas de la propuesta está una mayor facilidad en las labores de mantenimiento y una mejora en la visita turística, ya que los usuarios podrán ver las bóvedas bajo la cubierta y contemplar la ciudad a través de un recorrido perimetral.
Con esta obra se dará cumplimiento a las recomendaciones del arquitecto Ventura Rodríguez, quien dejó escrito: "No hay otro medio que el de cubrir con su armadura y tejado, haciendo que las bóvedas no se recalen, haciéndonos ver la experiencia lo perjudicial que es tener la fábrica al descubierto… y, de modo que, si no se pone reparo del cubierto, en poco tiempo seguirá la ruina y la necesidad de tener que renovar la fábrica".