De nuevo en las entrañas del Metro de Málaga, en las arterias soterradas de una ciudad que sigue esperando el día en que los trenes recorran la corta distancia que los separa del corazón de la urbe.
Un kilómetro apenas entre El Perchel y la estación Atarazanas, en la Alameda, pero un kilómetro que sigue siendo infranqueable. Y así será hasta que el ferrocarril supere todos y cada uno de los test a los que está siendo sometido desde hace meses.
En las profundidades, mientras la mayoría duerme en la superficie, más de una decena de profesionales trabaja de manera minuciosa cada noche en medir al detalle cada pieza del complejo puzle de la infraestructura, cada nervio del avanzado sistema de comunicación y señalización del que está dotado el proyecto y en el que es clave su relación con el movimiento de los trenes.
La tarea adquiere una trascendencia superlativa en un medio de transporte de masas, usado a diario por miles de personas aun cuando el recorrido actual sigue estando amputado. La demanda de pasajeros se disparará de manera exponencial cuando entre en juego el tramo al Centro.
Observando las pruebas
El reloj de la estación Santa Marta, en la calle La Unión, marca las 01:27 minutos de la madrugada de este martes. Es en este punto en el que una amplia comitiva encabezada por la consejera de Fomento, Marifrán Carazo, inicia el recorrido que cada noche desde finales del pasado mes de agosto vienen realizando los trenes en un proceso de comprobación continuo.
Y pese a lo prolongado del periodo de "prueba y error", la Junta de Andalucía sigue eludiendo anuncio alguno sobre el día y la hora en que el Metro llegará a la Alameda. No será, en cualquier caso, un paso inmediato.
Asumido el traspié de plantear como posible la Feria de Agosto, todos los pasos se dan con pies de plomo. Desde la Agencia de Obra Pública se sigue la estrategia del Cholo Simeone del "partido a partido", aunque esto llevado al campo del Metro es más bien un "hito a hito".
Carazo ha informado en la madrugada de que la previsión es que antes de final de año la empresa Alstom remita el dosier de seguridad independiente, mediante el que certifica el correcto funcionamiento del sistema de señalización ferroviaria y del Sistema de Protección de Trenes (ATP), esenciales en la futura explotación, al ser los que garantizan la regulación del tráfico y el control de la velocidad de los trenes.
Los resultados obtenidos hasta el momento son favorables, verificándose que la circulación de los trenes, a velocidad comercial, no implica ninguna disfunción o incidencia en el normal funcionamiento de las líneas 1 y 2 hasta El Perchel.
¿Podrá llegar el Metro al Centro una vez emitida la citada evaluación? No. Porque como ha precisado la consejera, restan otros pasos a dar en la recta final del camino. El primero de ellos es que la adjudicataria de los sistemas e instalaciones, Acciona y Sando, seguirán con sus pruebas de seguridad para abordar la entrega del tramo a la concesionaria.
El segundo tendrá a Metro de Málaga, encargada de la explotación comercial, como protagonista. Será la responsable de realizar las comprobaciones finales antes de afrontar el servicio comercial. Una etapa en la que durante varias semanas (sin que exista una previsión aún) se realizarán las conocidas "pruebas en blanco", en las que se emulará el funcionamiento normal.
"El calendario para la puesta en servicio va cumpliendo con sus hitos, dentro de un proceso no exento de complejidad, al tratarse de un tramo en el que confluyen ambas líneas", ha destacado Carazo. La titular de Fomento, junto al director de la Agencia de Obra Pública, Julio Caballero, ha puesto en valor que todo este largo proceso no haya repercutido en el servicio ordinario que desde mediados de 2014 se presta en la ciudad.
Precisamente, la necesidad de coordinar en todo momento las pruebas de los sistemas con la explotación comercial ha obligado a reducir significativamente el horario de comprobaciones.
A diferencia de lo ocurrido en la primera puesta en marcha del Metro, donde todo el trazado estaba liberado para los test, Alstom dispone ahora de una puerta de apenas 5 horas nocturnas para calibrar, corregir y confirmar. Es el tiempo que transcurre desde poco después de la llegada del último tren comercial a cocheras y el momento en que, a eso de las 06:30, arranca de nuevo el servicio con viajeros a bordo.