Dos meses después de recibir el alta, el pequeño Pablo, un niño de 2 años de Burgos, se reencuentra con los "superhéroes malagueños", sanitarios del Hospital Materno de la capital de la Costa del Sol que recorrieron media España para conectarlo a un corazón y pulmón artificiales.
Esa fue la manera en la que pudieron trasladar al pequeño desde el Hospital Universitario de Burgos al Hospital 12 de Octubre, donde pasó 18 días ingresado y viviendo gracias a una máquina llamada ECMO (Circulación por membrana extracorpórea).
El momento ha tenido lugar este jueves y ha estado cargado de emociones, en especial para los padres de Pablo. "No hay un día en nuestra vida en el que no los nombremos, son parte de nuestra familia", dice Cristina, madre del pequeño.
Muestra de la familiaridad con la que se refieren a los profesionales que participaron en tan señalada actuación es que el niño habla de ellos como titos. "Los conocí en el peor día de mi vida, cuando superhéroes malagueños, que es como los llamamos, venían a por él", expresaba.
"Verles aquí ahora es maravilloso; ellos han salvado la vida a mi hijo, pero a mí me han dado la vida", insiste, destacando que su intervención dio una oportunidad a su hijo para sobrevivir. "El simple hecho de que le ofrecieran una oportunidad a mi hijo ya fue muy grande", afirma.