La nueva realidad del Metro de Málaga: cerrará el año con casi 13,5 millones de viajeros tras conquistar el Centro
La llegada de los trenes hasta el corazón de la capital de la Costa del Sol ha permitido disparar la demanda de pasajeros respecto a 2022, cuando alcanzó los 6,7 millones.
26 diciembre, 2023 05:00Noticias relacionadas
El Metro de Málaga entra de lleno en una nueva dimensión, la que le permite, ahora sí, ser aquello para lo que fue concebido: un medio de transporte capaz de mover ya por encima de los 50.000 viajeros diarios. La llegada del trazado hasta el Centro histórico ha hecho posible que la demanda del suburbano de la capital de la Costa del Sol crezca de manera exponencial, hasta rozar los 13,5 millones de pasajeros este 2023.
Un parámetro que, obviamente, marca un nuevo hito en la corta historia del proyecto, dado que la mejor cifra desde su inauguración a mediados de 2014 fue de 6,9 millones de viajeros en 2019, seguido de los 6,7 millones de 2022.
Aunque no hay aún cifras oficiales del cierre del ejercicio, una simple extrapolación del comportamiento de los once meses previos y, especialmente, de los transcurridos tras la puesta en servicio del tramo entre El Perchel y la Alameda Principal permite dibujar el comportamiento final.
Hasta el pasado mes de noviembre, según las estadísticas de Metro de Málaga, sociedad encargada de la explotación comercial del ferrocarril urbano, los trenes habían transportado 12.051.562 usuarios, prácticamente el doble que en el mismo periodo de 2022 (un 99,1% más).
Desde que las estaciones Guadalmedina, junto a El Corte Inglés, y Atarazanas, en la Alameda, fueron abiertas formalmente a finales del pasado mes de marzo, los registros mes a mes constatan que la cifra de viajeros como poco se está duplicando.
Partiendo de esta situación, no resulta aventurado estimar que serán, como poco, 1,3 millones de personas (en diciembre de 2022 fueron 650.000 los pasajeros) las que hagan uso del Metro para moverse por la urbe durante diciembre.
La tendencia que se observa desde el arranque del ejercicio, que confirma al Metro malagueño como el que más ha crecido de todos los que hay en España, viene a corroborar la estimación que maneja la propia Junta de Andalucía, que en sus cuentas para el año que viene ya prevé un nuevo salto, hasta rozar los 14,9 millones de usuarios.
Sin duda son valores que respaldan el buen momento de la infraestructura ferroviaria y la relación que se ha generado con el malagueño, que ya sí es consciente del impacto favorable que tiene este medio de transporte. De hecho, los mayores picos de demanda se producen, justamente, con los grandes eventos sociales de la capital, caso de la Semana Santa, la Feria o la Navidad.
Para respaldar esta afirmación sirva decir que la jornada con mayor afluencia fue el 6 de abril (coincidiendo con el Jueves Santo), con 80.019 personas usuarias. Le siguen el Lunes Santo, con 75.185 validaciones y, más recientemente, el viernes 24 de noviembre, coincidiendo con el encendido de las luces de la calle Larios y la celebración del Black Friday, en el que se movieron en el suburbano 75.028 personas.
La zona norte, siguiente frontera
Superada la última frontera que le separaba del Centro, la aspiración del Metro es la de crecer hacia el norte urbano, buscando para ello el trazado por la calle Hilera, Eugenio Gross y Blas de Lezo, hasta desembocar junto al futuro Nuevo Hospital, el Hospital Civil y el Materno Infantil.
Esa es la pieza que queda pendiente del esquema funcional acordado hace ahora una década, cuando se optó por anular la llegada original a Malagueta. La merma de esa parte del recorrido fue suplida mediante un cambio drástico de guion, que incluía dibujar la prolongación de la línea procedente de Carretera de Cádiz en dirección al Civil.
La pretensión de la Junta de Andalucía es que a lo largo del mes de enero tenga lugar el arranque formal del primero de los tres subtramos en el que han sido divididos los 1,8 kilómetros de longitud del ramal. Un primer y decisivo paso en pro de lograr cumplir con el compromiso de que la infraestructura esté finalizada en su integridad antes de que finalice 2027. Ese es al menos el acuerdo que obliga a la Administración regional ante sus socios privados y que, bote pronto, se antoja difícil de cumplir.