Una cubierta con forma de gota de agua; una torre que se eleva más de 30 plantas sobre el suelo imitando una ceiba; una promoción residencial de lujo que se inspira en el delta del río Guadalhorce… Ejemplos todos ellos que sirven para identificar a Málaga con una arquitectura de calidad y referencia nacional e internacional.
La última muestra tiene al Pich Architects y su propuesta para el CaixaForum Málaga como protagonistas. El diseño finalmente seleccionado por Fundación la Caixa, de entre 9 propuestas, alcanza el valor de icono visual en una urbe que empieza a acostumbrarse a planteamientos, en apariencia, arriesgados.
La incorporación en la cubierta del futuro centro cultural de cerámicas cromáticas inspiradas en Sorolla y su particular manera de reflejar la luz mediterránea elevan el valor añadido de un complejo que está llamado a completar el atractivo cultural de la capital de la Costa del Sol.
Pero la obra de Pich Architects viene a sumarse a una lista de proyectos (algunos de ellos ciertamente contestados) que en los últimos años han convertido la arquitectura y el diseño en elementos esenciales de sus desarrollos. Es justamente ese crecimiento de Málaga como urbe de referencia en el plano nacional e, incluso, internacional, lo que ha posibilitado el impulso de operaciones de gran dimensión urbanística.
Algunas de ellas ya son una realidad, como el bautizado hotel de Rafael Moneo, que ha permitido la transformación de Hoyo de Esparteros (incluye la réplica del Palacio de los Condes de Benahavís, la antigua pensión La Mundial); otros están en fase de construcción de ejecución material, como las torres de 30 plantas de Martiricos, con el estudio madrileño Morph; las edificaciones en altura del litoral oeste, firmadas por Carlos Lamela (a las que sumar Halia, de HCP), o el edificio de oficinas junto a Tabacalera, promovidas por Grupo Insur (va a desarrollar otro en la zona de Martiricos).
Y otras muchas pendientes de tomar forma más allá del plano o la infografía y cuya materialización supondrá un salto cualitativo más que evidente para la ciudad. No sólo por el uso pretendido con esas iniciativas, la mayor parte privadas, sino por las formas de las que serán dotadas.
Una de las operaciones que en un plano estrictamente visual llama poderosamente la atención es la de los antiguos suelos de Repsol. La venta de los aprovechamientos en manos municipales, a la espera de quedar formalizada en favor de Urbania, debe permitir la construcción de tres torres de hasta 32 plantas. Edificaciones que han sido concebidas por tres firmas de primer nivel: el estudio danés BIG (Bjarke Ingels Group); el premio Pritzker Toyo Ito, junto al estudio B720, liderado por Fermín Vázquez; y Morph.
A diferencia de lo que ocurría en otros tiempos, el pliego de condiciones que rigió la subasta pública de estos terrenos por parte del Ayuntamiento incluyó un apartado propio relacionado con la arquitectura, buscando con ello valorar la mejor propuesta en un plano no exclusivamente económico.
La línea seguida por Fundación la Caixa con el futuro complejo de Málaga, con un concurso restringido al que ha invitado a varios estudios, es el la que años atrás siguió el fondo de inversión Ginkgo para la transformación de la antigua Térmica, seleccionando al estudio del francés François Leclercq, o por la que más recientemente ha optado Merlin Properties para encargar a Ortiz.León el diseño de su nuevo edificio de oficinas en la zona de San Andrés.
Aún en forma de renders, pero con la convicción de que acabarán siendo ladrillo, la remodelación y ampliación del estadio La Rosaleda, esbozada inicialmente por Morph, que más allá de ser un campo de fútbol, aspira a ser "un hito urbano real y sea un punto de atracción dentro de la ciudad".
O el Auditorio de la Música, el gran anhelo del alcalde, Francisco de la Torre, en las últimas décadas. El equipamiento fue objeto de un concurso ganado en 2008 por Federico Soriano y Agustín Benedicto. Más de 15 años después, la propuesta sigue sin estar desarrollada, aunque cuenta ahora con una puerta abierta. O la polémica Torre del Puerto, obra de José Seguí; o el futuro tercer hospital, de Carlos Lamela.
Firmas que vienen a sumarse a un territorio acostumbrado desde hace décadas a la labor de arquitectos locales, como Ángel Asenjo, Salvador Moreno Peralta o el propio Seguí, así como estudios como HCP, cuya labor va más allá de la provincia. Seguí valora la llegada del CaixaForum, "tanto por lo que supone aumentar la oferta cultural de Málaga como por enriquecer las muestras de la buena arquitectura que se están produciendo en la ciudad con sus nuevos proyectos, consolidando así su importante desarrollo tanto cultural como económico".