La Audiencia de Málaga ha condenado a 10 años de prisión a un hombre por matar a su compañero de piso al que asestó cuatro puñaladas que afectaron al corazón, sin deshacerse posteriormente del cadáver, que fue localizado días después en la vivienda. Además, deberá indemnizar con 40.000 euros a los hermanos del fallecido.
Los hechos sucedieron en marzo de 2022. Según se declara probado en la sentencia, la víctima decidió irse a vivir con el acusado en el domicilio de este ubicado en la barriada de Campanillas, en Málaga capital.
En fecha no determinada, pero próxima a finales de dicho mes, estando ambos en uno de los dormitorios, "por motivos que no han podido ser precisados, el acusado con el propósito de acabar con la vida del otro lo agredió con un cuchillo, asestándole cuatro puñaladas en el tórax", señala la sentencia.
Estas puñaladas, según la resolución, afectaron al esternón y a la zona intercostal, penetrando en la cavidad torácica y "produciendo tales lesiones su muerte por shock hipovolémico hemorrágico", al quedar afectado de forma directa el corazón.
Asimismo, el procesado no trasladó el cadáver de la víctima, "permaneciendo este en la habitación en donde falleció, provocando con el tiempo su descomposición". Fue una vecina quien debido a un fuerte olor aviso a la Policía Local, que no pudo acceder a la vivienda.
Cuando acudieron los bomberos para forzar la puerta, "el acusado la abrió, introduciéndose dos agentes de la Policía Local, quienes finalmente localizaron el cadáver del otro hombre en la referida habitación en avanzado estado de putrefacción".
Se declara probado, con la conformidad del procesado y su defensa, que el acusado "asestó a la víctima cuatro puñaladas con la clara intención de matarlo, siendo todas ellas dirigidas a órganos vitales, como el corazón".
Se añade que "para evitar ser descubierto, dejó a la víctima en la habitación, desangrándose hasta perder la vida, cerrando las puertas y ventanas, para evitar ser descubierto y sin posibilidad de que pudiera ser socorrida la víctima", que era persona especialmente vulnerable por su drogadicción.
Por estos hechos se le condena por un delito de homicidio a la pena de 10 años de prisión y se le impone la prohibición de aproximarse a una distancia no inferior a 500 metros ni contactar con los dos hermanos del fallecido durante 12 años; así como el pago de una indemnización de 20.000 euros a cada uno de ellos.