Este jueves la Sierra Blanca Tower de Málaga, ubicada en la calle Pacífico, a apenas unos metros del mar, sacó su alfombra roja para mostrar sus instalaciones a la prensa local y nacional. Todo estaba impoluto, y si algo no lo estaba, ya se encargaba un señor alto, canoso y con gafas que vestía un traje oscuro de que lo estuviera cuanto antes.
Él fue quien recibió a los periodistas, pero se mantenía en todo momento en un segundo plano. "Él es Antonio, nuestro conserje", dijo alguien. Es difícil imaginar cómo es el trabajo de un conserje en el edificio de lujo más importante de Málaga capital en estos momentos. Parece que su labor va más allá de recoger unos paquetes de Amazon.
El complejo, con una altura de 71 metros y 21 plantas, que comparte sector con otras dos edificaciones promovidas por Metrovacesa, da cabida a 69 apartamentos y dos áticos-dúplex, con superficies que van de los 180 a los 500 metros cuadrados. Así, las zonas comunes del edificio son similares a las de un hotel. Cuentan con parquin propio, spa, gimnasio, sala de coworking e incluso una ludoteca.
El conserje no da muchas pistas sobre cuáles son sus labores en su día a día, pero es lógico, pues aún su rutina habitual no ha comenzado. Pese a que hay 71 viviendas en el edificio, hasta el momento solo entre 15 y 20 vecinos han llegado a sus pisos de ensueño, vendidos, de media, por 1,3 millones de euros. Aún no tienen dueños los dos áticos, a la venta por 9,75 millones de euros y una de las viviendas estándar.
Antonio conoce muy bien ya a los vecinos que están instalados. El propio Antonio Del Paso, el primer vecino que durmió en el edificio, ya saluda al conserje con efusividad y casi como un amigo más. "Es un crack, siempre está para todo", decía Del Paso ante la prensa malagueña sobre su tocayo. El propio conserje asegura que con este vecino ya guarda "una relación muy buena", "hay amistad".
En cualquier caso, aunque se estén imaginando que para ocupar su puesto Antonio debía tener una amplia experiencia laboral en el sector, la realidad es que, aunque parezca curioso, el conserje se está estrenando en Sierra Blanca Tower desempeñando esta labor. "Entré aquí como coordinador de seguridad y salud. Estuve en el proyecto de ejecución del edificio cuando estaba ya entregado en la propiedad de Sierra Blanca y al final han sido ellos los que han apostado por mí para que me quede en el edificio de conserje, nunca había trabajado antes de esto", cuenta con una sonrisa.
Es muy tímido. No quiere focos. Para él el mundo del lujo es nuevo, más aún el tema de los medios de comunicación. "Yo soy de Casabermeja, ni he nacido en Málaga capital", confiesa, a la par que reconoce estar deseando que todo eche a rodar pronto. "Yo estoy encantado de la vida", zanja.