En la joyería Coral de la calle Antonio Martelo, ubicada en el distrito malagueño de Cruz de Humilladero, aún se están reponiendo del mal rato que pasaron este viernes por la mañana tras sufrir un atraco a punta de pistola.
Según cuenta la propietaria de la joyería Coral, el establecimiento que se vio afectado por el suceso, "todo quedó en un gran susto" gracias a que los padres de la trabajadora estaban en la puerta del negocio justo cuando llegaron los atracadores, pasadas las once de la mañana.
Habían ido a visitar a su hija por casualidad, pero no esperaban que iban a evitarle un mal mayor con su presencia. Según explican las mismas fuentes, el primero de los ladrones llevaba una pistola en la mano e iba encapuchado. Los padres de la mujer lo retuvieron y forcejearon con él, algo que "descuadró" al caco, que buscó apoyo en otro compañero para cometer el asalto.
Sin embargo, el padre de la mujer, que va en silla de ruedas, fue el que evitó que entrara el segundo, bloqueando la puerta como un auténtico héroe. Siempre según el relato de la mujer, el único que logró acceder al interior del local, destrozó parte del mostrador utilizando el arma de fuego con el que amenazó a la trabajadora para llevarse algunas piezas de joyería, en concreto, unas fabricadas en oro.
Tras el robo, los dos ladrones huyeron a bordo de una furgoneta Peugeot Partner de color blanca que ha sido localizada en el polígono La Estrella por la Policía Nacional. Dejaron en la tienda una bolsa de deporte en la que la propietaria cree que querrían guardar la joyería robada.
"Quiero dar las gracias a la trabajadora y a sus padres, porque ellos dieron la voz de alarma y todo el barrio salió en defensa de la joyería. Los vecinos trataron de evitar que huyeran en la furgoneta que tenían previamente aparcada junto a nuestro local, llegando incluso a golpearla", cuenta agradecida la propietaria de Coral.
En concreto, se queda con el gesto de un hombre que ni siquiera era cliente habitual de la tienda. "El hombre iba para el centro de salud porque padece una enfermedad y se encontró con la situación. Golpeando la furgoneta se le rompió el cristal del reloj que llevaba puesto y nos pidió, por favor, si podíamos arreglárselo, encima de que nos había ayudado. Le dijimos que por supuesto que sí", afirma la dueña del local, que prefiere quedarse con el apoyo de sus vecinos ante una situación tan difícil.
La propietaria insiste en que todo ha quedado en "un gran susto" y que todos se encuentran bien, aunque la madre de la trabajadora sufrió una caída en el forcejeo en el que participó en defensa de su hija. La investigación sigue abierta y de momento siguen sin dar con los presuntos autores de los hechos, pero la unión de los vecinos de Cruz de Humilladero ha salido reforzada tras este suceso.