La gran operación urbanística de Rojas Santa Tecla, una gran extensión de terreno que se localiza en la frontera de Málaga con Torremolinos, sigue sin el camino despejado para su arranque definitivo. Pese a que la iniciativa empresarial cuenta con buena parte de los parabienes administrativos y urbanísticos, sigue a la espera de pulir los últimos detalles, esenciales para poner en marcha la maquinaria. 

Aunque las primeras estimaciones apuntaban a finales del pasado año 2023 para el comienzo de la obra de urbanización, no será hasta 2025 cuando se esté en disposición de alcanzar este hito. Así lo confirman fuentes conocedoras del proyecto, que, admiten, que a la demora en el inicio de las labores sobre el terreno, hay que añadir un incremento en el presupuesto de la urbanización. La cifra actualizada, ante la subida de los materiales de construcción, se acerca ya a los 70 millones de euros.

Desde el momento en que se ponga la primera piedra, serán del orden de 28 meses de trabajos. Posiblemente no será necesario esperar a la finalización de esta fase para que las diferentes operadoras implicadas en la actuación puedan activar los permisos para edificar.

Los más de 1,5 millones de metros cuadrados de superficie de Rojas Santa Tecla albergarán cerca de 2.900 viviendas, así como un campo de golf de 18 hoyos, con unos 500.000 metros cuadrados. Al tiempo, se reservan más de 330.000 metros a zonas verdes.

Igualmente, más de 92.000 metros cuadrados se destinan a equipamientos (22.784,53 para equipamientos deportivos, 45.690,26 a equipamiento escolar y 24.207,48 a equipamiento social) y un techo edificable comercial de 11.719 metros. Así mismo, 244.172 metros se emplearán para crear nuevos viales.

En cuanto a las cargas externas, se prevén, entre otras actuaciones, el desvío del Canal Borres-Romero a través de los viales del sector para lo que se han diseñado tres tramos para su reposición; la dotación de un nuevo depósito de agua potable a través del que se abastecerá el sistema que contará con un volumen de almacenamiento de 7.000 metros cúbicos.

A estas actuaciones hay que sumar nuevo colector exterior de aguas fecales que vehiculará el caudal recibido por el colector existente hasta la EBAR Hutchinson, y la ampliación del sistema de tratamiento terciario de la EDAR Guadalhorce y la conducción de distribución general de agua reciclada, ya que tanto el riego de las zonas verdes del sector, como el del campo de golf previsto debe realizarse con agua regenerada.

Entre los actores implicados en este proyecto se encuentra el Ayuntamiento de Málaga, que en el acuerdo de reparcelación resulta beneficiario de aprovechamientos para medio millar de viviendas. A este desarrollo se añaden dos pastillas de uso comercial, una de 846,11 metros y otra de 1.923 metros; 11.007 metros de uso deportivo (en dos solares), otros 17.187 metros de uso social y 22.844 metros cuadrados de uso escolar.  Asimismo, la promotora de suelo del Grupo Santander, LandCo, cuenta con derechos para edificar 335 viviendas de la macrourbanización. 

Este megaproyecto urbanístico hunde sus raíces hace varias décadas. Su avance no ha estado exento de conflictos y problemas, como demuestra que el plan parcial mediante el que se ordena fue anulado judicialmente en hace algo más de diez años. Una circunstancia que obligó a retomar la tramitación desde su inicio.

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