Siempre se suele decir que no hay que tirar la ropa cuando esta ya no es tendencia porque la moda es cíclica y todo vuelve. Este año, la tendencia más destacada en la Feria de Málaga es que vuelve el lunar en todos los tamaños y formas, desde el de tipo alfiler hasta el denominado "maxilunar" de galleta.
Así lo corrobora Moisés Guerrero, de la tienda Viva la Feria, ubicada en la calle Muro de Puerta Nueva. "Aunque ganan los tejidos lisos, que se llevan para combinar con una gran variedad de complementos, han vuelto los lunares y prácticamente han desaparecido los tejidos estampados, hay muy pocos florales", explica.
Los vestidos estampados que tiene en tienda son "apuestas especiales". "Ofrezco un tipo de vestido muy concreto con estampado con una serie de características, pero ni loco lo vuelvo a traer igual el año que viene. Siempre renovamos", declara Guerrero.
En cuanto a colores, este año la gama de verdes y azules ha tenido una gran presencia y pese a que el rosa tuvo una entrada "muy fuerte" a principio de temporada, finalmente, este verano no ha sido un gran éxito. El que sigue pisando fuerte es un gran clásico como el rojo, otro superventas esta temporada, y se mantienen también entre los favoritos el color malva y el buganvilla.
También se mantiene esta Feria de Málaga la tendencia del color block, que para los que no entiendan de tecnicismos del mundo de la moda, no es más que combinar el vestido con complementos de un color que nada tiene que ver con él para crear contraste. Buganvilla con aguamarina, amarillo con azul eléctrico, coral con verde o rojo con turquesa son algunas de las combinaciones favoritas de las malagueñas según lo que se ha podido ver en los dos primeros días de las fiestas.
Respecto a la forma de los vestidos, reinan los largos en la parte inferior, así como en las mangas y, según cuenta Moisés Guerrero, cada vez más flamencas se animan a arriesgar con los escotes. "Hay mucha innovación en este sentido, de corazón, de corazón invertido... Hay muchas variantes y todas están gustando", declara.
Respecto a los volantes, hay dos extremos. Le han pedido con frecuencia los de volumen extremo, especialmente de tipo clavel --estrechos y entubados hasta la rodilla, donde los volantes ya hacen acto de presencia--; pero también los canasteros, un tipo de vestido con unos volantes mucho más ligeros, sin apenas forma.
"Las adolescentes también se han interesado por el plumeti de algodón, un tipo de tejido que hace un traje muy fresquito y sin peso, que entalla muy bien. De lo que hemos traído para esta temporada, casi no queda nada", cuenta el CEO de Viva la Feria, que aún está sorprendido por la previsión de las familias malagueñas este año.
Tras un sorprendente y completo mes de julio, Guerrero esperaba un mes de agosto mucho más "parado" para compensar. "Está siendo también un mes con buenas ventas, aunque con menos prisas que otros años. Debe ser noticia que al fin el malagueño empieza a ser previsor, creo, principalmente, porque cada vez más gente quiere vestirse y, además, quiere hacerlo bien", cuenta.
Además, reconoce que "el efecto influencer" es evidente, sobre todo entre las más jóvenes. En la pasada Feria de Abril, decenas de influencers andaluzas y foráneas compartieron sus imágenes en redes sociales vistiendo el vestido de faralaes. Moisés Guerrero cree que todas esas chicas mostrando moda flamenca han animado a muchas jóvenes a dar el paso de vestirse este año: "Yo no soy muy asiduo a hacer campañas con ellos, alguna he hecho, pero reconozco que ayuda".
Pero su mejor publicidad son sus hijas de 13 y 16 años. Hace un tiempo, Moisés solía invertir tiempo y dinero en realizar sesiones fotográficas con modelos que mostraran sus vestidos. Ahora son sus hijas las que se graban frente a un espejo probándose la mayoría de diseños. "Me va mejor. La gente quiere naturalidad, se sienten más identificadas en ellas. Además, tratamos de mostrar opciones para una 34, pero también para una 48. La gente quiere a mujeres flamencas en la Feria", reivindica el empresario.
En cuanto a los hombres, Moisés asegura que "el jinete está en auge total". "Estamos vendiendo muchísimo este año. El aficionado al caballo, cuando llega el momento de lucirlo, quiere hacer las cosas a rajatabla y por derecho, midiendo cada cosa al dedillo", dice, a la par que reconoce que cada vez son más las mujeres que se animan a vestir de amazona.
Desde su punto de vista, los caballistas no arriesgan demasiado y apuestan por lo clásico, aunque ha vendido algún que otro traje en tonos verdes. "Los que llevan chaqueta rosa y pantalón de color azafata se cuentan con los dedos. Les suele salir esa vena rancia que les lleva a los tonos oscuros y a las rayitas grises. Pasa igual que con algunas niñas, que adoran ir con blusa cerrada y falda larga, con sus perlitas en las orejas sin grande historias. Yo aquí y en la web, que nos está yendo genial, tengo para todos los gustos y colores, para los más atrevidos y los más clásicos, zanja.