La subasta de las tres torres del Ayuntamiento de Málaga en los antiguos suelos de Repsol entra de lleno en su recta final. La Gerencia de Urbanismo acaba de notificar este mismo miércoles a la promotora Urbania el acuerdo formal mediante el que se propone la adjudicación de los aprovechamientos urbanísticos de titularidad municipal en el sector, por los que la entidad privada se ha comprometido a pagar del orden de 66 millones de euros (IVA incluido).

Este movimiento administrativo se produce año y medio después de que la mesa de contratación propusiera la venta de estas parcelas en favor de Urbania. En la documentación ahora conocida, se precisa que la promotora dispone de diez días hábiles (el plazo finaliza el 9 de octubre) para constituir las garantías definitivas, ascendentes algo más de 2,7 millones de euros.

En la misma comunicación, se advierte de que en caso de no cumplimentar adecuadamente el requerimiento en el plazo establecido, "se entenderá que el licitador ha retirado su oferta, con las consecuencias establecidas en la Ley de Contratos del Sector Público". 

Pese a este avance en el procedimiento, que se viene alargando desde hace años, la realidad es que la sombra de duda sobre el futuro de este desarrollo se mantiene. Y ello, principalmente, porque se trata de bienes litigiosos, afectados de lleno por los contenciosos impulsados por la plataforma Bosque Urbano.

Muestra de ello, es que Urbanismo, en caso de cumplimentar las exigencias municipales, no podrá disponer de licencia de obras para materializar los edificios hasta que haya sentencia firme sobre el pleito existente. 

Pese a ello, sí tendrá que incorporarse a la Junta de Compensación del Sector SUNC-O-LO.17 Repsol con la asunción de los derechos y obligaciones, teniendo que abonar también los gastos suplidos por el Ayuntamiento en concepto de inscripción del Proyecto de Reparcelación y obras de urbanización ejecutadas. No resulta afectado el proyecto de urbanización de los terrenos.

Al mismo tiempo, el Ayuntamiento no podrá hacer uso de estos ingresos, dado la decisión municipal de optar por un "criterio de prudencia" en cuanto a no autorizar la disposición de gastos con cargo a estos fondos hasta que quede resuelto el procedimiento judicial. 

BIG, Toyo Ito y Morph

La oferta de Urbania ha sido la única que se ha mantenido en el concurso público tras la negativa del resto de competidoras de seguir adelante, dado el carácter litigioso de los suelos. 

En su oferta resaltan los nombres de los tres equipos de arquitectos responsables de los anteproyectos: BIG (Bjarke Ingels Group); Toyo Ito, premio Pritzker, y Morph. Cada uno de ellos pone su firma a las tres torres proyectadas sobre el sector, que darán cabida a un máximo de 528 viviendas de renta libre, así como para unos 20.000 metros cuadrados para oficinas.

El bloque de más envergadura, de 32 plantas, lleva la firma del estudio danés BIG, que apuesta por un modelo basado en un concepto de villas dispuestas en vertical. Para ello, el diseño amplía la huella del edificio en las plantas superiores, en las que se configuran terrazas a doble altura con una frondosa vegetación. 

Toyo Ito ha estado a cargo del proyecto de la parcela P6 (28 plantas) junto al estudio B720, despacho liderado por Fermín Vázquez. En el trabajo se apuesta por distinguir tres volúmenes cúbicos que se expanden de forma regular en altura y son recorridos por grietas de vegetación con un ecosistema propio. 

Y Morph se encarga del diseño de las parcelas P3, P4 y P5. La torre residencial (P3) con 30 plantas de altura, imita a la ceiba, un árbol que se ensancha y se retuerce de manera orgánica, generando una atractiva forma curva.

Por su parte, la edificación comercial (Parcelas P4 y P5), que genera un zócalo de cuatro plantas, se ha bautizado con el nombre de Hedera, la especie botánica conocida popularmente como hiedra, y completa el planteamiento vegetal del complejo bajo los mismos principios.