El plan de la Universidad de Málaga para ampliar las posibilidades de alojamiento de sus estudiantes y profesores se pone en marcha. La institución dirigida por el recto Teodomiro López acaba de activar el procedimiento para la concesión demanial de una gran parcela de suelo en la zona de expansión del campus para la construcción de una residencia universitaria.
El paso adelante dado por la UMA, ya anunciado a principios del pasado mes de agosto por EL ESPAÑOL de Málaga, se produce ante la petición realizada por la empresa San Telmo Capital Group-Gestilar, S.L.
La solicitud de la firma, dedicada a la gestión y administración de la propiedad inmobiliaria, obliga a la apertura de un trámite de publicidad por un plazo de 30 días en el que cualquier otra entidad puede presentar propuestas similares.
Conforme a la previsión de la institución universitaria, el futuro completo dispondrá de capacidad para cerca de 800 camas. La operación, de colaboración público-privada, se desarrollará en unos terrenos que aportará la UMA al noroeste de la ampliación, frente al Instituto de Hortofruticultura Subtropical y Mediterránea (IHSM) La Mayora y The Green Ray.
Se han evaluado varios planes de viabilidad para el desarrollo de la residencia, y finalmente se ha seleccionado la propuesta presentada por el grupo Gestilar. Se prevé que esta construcción suponga una inversión de hasta 65 millones de euros.
La nueva residencia estará distribuida en tres modelos distintos de edificios. La mayor parte del complejo se destinará a habitaciones para estudiantes, en el formato tradicional. Además, se construirán dos pequeños edificios de apartamentos, diseñados específicamente para profesores e investigadores que necesiten alojamiento a lo largo del año.
El tercer bloque de la residencia se diseñará para albergar a visitantes temporales, como asistentes a congresos, miembros de tribunales u otros profesionales que necesiten alojamiento por cortos periodos de tiempo. Según apunta el vicerrector, este bloque adoptará un formato de habitaciones de hotel.
En las habitaciones, tanto dobles como individuales, se priorizará la "amplitud", sumado al resto de servicios que prevé ofrecer la residencia. Entre estas instalaciones se incluyen salas de estudio, una piscina, una biblioteca, un restaurante, zonas de esparcimiento y pequeñas tiendas.
Los edificios estarán unidos por una plaza central, que será un espacio "abierto a la ciudad", en el que se podrán albergar auditorios al aire libre y otros equipamientos culturales. La construcción podría comenzar en los primeros meses de 2025, con un plazo estimado de dos años.