Recibir una condecoración por el trabajo bien hecho es el mayor orgullo para un policía nacional en su carrera. Casi un centenar de ellos fueron reconocidos este martes, coincidiendo con la festividad de los Santos Ángeles Custodios, patrón del cuerpo, con cruces al mérito.

La entrega de medallas tuvo lugar en un acto celebrado en el Palacio de Ferias y Congresos de Málaga en el que estuvieron presentes autoridades como el comisario principal, Enrique Barón, miembros de la Guardia Civil y Fuerzas Armadas, agentes de la Policía y representantes políticos de las distintas administraciones como el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre.

En concreto, se entregaron las cruces al mérito policial de color blanco a agentes del cuerpo, o bien por su trayectoria, o bien por una actuación en concreto. Así, también se reconoció a personas y entidades ajenas a la corporación por su labor y se otorgó una cruz de color rojo a Juan Carlos Arias, por su labor como experto nacional destacado en una misión de la Unión Europea en Ucrania.

También se celebró, además de esta efemérides, el bicentenario de la Policía Nacional. "Con humildad y con orgullo reivindicamos nuestro pasado protagonizado por mujeres y hombres que han dado lo mejor de sí mismos", expresó Barón en su discurso.

De la misma forma, puso en valor el enorme esfuerzo que se está haciendo con el plan de refuerzo de la Costa del Sol y el plan director en Málaga para paliar los tiroteos en la Costa del Sol, protagonizados, normalmente, por bandas criminales. Además, ha reseñado la importante colaboración que realizan con policías de múltiples países de la Unión Europea, cuyos delincuentes actúan o residen en la Costa del Sol.

Tras todos estos emblemas hay historias humanas y años de esfuerzo y trabajo vistiendo el uniforme de color azul marino que, en parte, la ciudadanía puede conocer gracias a eventos como la celebración de la festividad de los Santos Ángeles Custodios, donde hubo también un bonito recuerdo a los policías caídos a lo largo de estos 200 años de historia.

“Ya de pequeño jugaba a ser el sheriff” 

Faustino Rodríguez. AR

Faustino Rodríguez Flores, más conocido en el mundillo policial como Flores, ha sido uno de los condecorados con la cruz blanca al mérito policial. Su larga carrera como agente le ha llevado a recoger este distintivo y a firmar un brillante recorrido que culminará el próximo 1 de febrero, cuando se jubila. Asegura que le duele escuchar la palabra jubilación porque ser policía es algo que le hace muy feliz. 

En concreto, ha pasado 23 años de su vida en el grupo de Policía Científica. Con todo, en la actualidad se encuentra en el área de identificación y reseña, aunque pasó muchos años realizando inspecciones oculares y realizando fotografías y vídeos, así como en la especialidad de muertes violentas. “He pasado por varios sitios, pero llegué a una edad en la que me di cuenta de que tenía que centrarme. Sin estar en la calle, sigo estando en la calle porque estoy tratando con delincuentes, con la gente que a mí me gusta”, declara entre risas el policía.

Dice que los delincuentes le gustan porque sabe llevarlos, disfruta del “cuerpo a cuerpo”. Casi todos le conocen y “todos me respetan”. “Y el delincuente que acaba de llegar, no se va a rebotar nunca. Viene con el miedo en el cuerpo”, dice. 

Conoce a la mayoría porque su principal labor es tomar huellas y hacer fotografías a todos los detenidos que pasan a disposición judicial. A todos los que pasan a disposición judicial se les toma la huella, por lo que pasan gran parte por sus manos. “Luego se mete la huella y su documentación en un banco de datos que se llama sistema de identificación dactilar y ahí los tenemos almacenados”, cuenta.

Entre los casos que más le han marcado en su carrera, desarmar una banda de atracadores de banco en Barcelona a finales de los 90, acción por la que se llevó otra medalla. En el plano local, cubrió un tema como el Caso Malaya, tan de actualidad con la reciente muerte de Julián Muñoz. “Aunque mi estreno en la científica fue con el avión procedente de Melilla”. La aeronave cayó en Málaga en 2001 causando cuatro muertos y 41 heridos.

“Esto me venía de crío, yo jugaba con otros niños y yo tenía que ser siempre el sheriff, que es lo que estaba de moda en aquella época. Yo rompí el molde, nadie de mi familia era policía”, espeta.

De profe a policía

Ángel Manuel Muñoz. AR

En el caso de Ángel Manuel Muñoz López, también condecorado con una cruz blanca, lo de ser policía le llegó algo más tarde, aunque llevaba teniendo a su referencia en casa desde el día en que nació. Aunque empezó a ejercer como profesor de Educación Física, decidió llenarse de valentía para realmente convertirse en lo que la vocación le pedía: ser policía nacional.

Con esfuerzo y dedicación, logró entrar al cuerpo en el año 2003. En la actualidad, forma parte del GOE, el Grupo de Operaciones Especiales, un grupo que define como “bastante particular” por el sacrificio que conlleva ser parte de él.

“Igual estás en un centro comercial con tu familia y salta una alerta y tienes que dejarlo todo para llegar el primero. Coges las maletas y te vas corriendo allá donde nos requieran”, dice. Normalmente, trabaja en el extranjero, en zonas diplomáticas… Y habitualmente trabaja en la detención de comandos terroristas, secuestros, extorsiones, detenciones de bandas, delincuencia organizada… “en todas aquellas funciones que requieran una especial cualificación”.

Asegura que ellos son los encargados de finalizar la gesta del servicio de otros compañeros. “Me siento honrado y tengo la suerte y el orgullo de pertenecer a esta unidad. Somos pocos. 200 de cerca de 75.000 policías”, expresa.

"Siempre me imaginé trabajando en Internet"

Juan Carlos Arias. AR

El subinspector Juan Carlos Arias López ha recibido la única cruz al mérito policial con distintivo rojo por su labor como experto nacional destacado en la misión de la Unión Europea en Ucrania. Una misión que está establecida desde 2014 y que aún no ha finalizado.

"La misión se basa en asesorar y apoyar a Ucrania para que en un futuro, cuando se meta en la Unión Europea, ya esté asesorada de las cuestiones legales que tienen que cambiar. Yo llegué a la misión en octubre de 2022, justo después de la invasión de Rusia, que fue en febrero", declara.

Su puesto allí es ser asesor experto de búsqueda de fuentes abiertas en Internet, pues forma parte del grupo de Ciberdelincuencia de Málaga desde 2015, aunque reconoce que tuvo que adaptar sus funciones levemente con la llegada de la guerra. "Allí asesoro, formo y realizo formaciones en cuestiones de obtención de datos y lo que son evidencias que coger por Internet para que tengan una validez legal en el futuro", prosigue.

Recoger un distintivo como la cruz roja al mérito es para él "el orgullo más grande que puedes tener, una gran distinción". "Es una gran distinción poder ser propuestos primero y luego que te la concedan. Muchos policías se lo han merecido durante su periodo profesional, pero muchas veces no se lo han llevado pese a que es uno de los mayores reconocimientos que puede tener un policía en su vida personal", declara. 

Siempre se imaginó persiguiendo delitos en Internet. En la entrevista de acceso al cuerpo le preguntaron sobre cómo se veía en el futuro y él respondió claro: "Me veo investigando cosas por Internet". Y así lo ha hecho, eso sí, actualizándose muchísimo, pues las tecnologías avanzan a una velocidad descomunal.

"Homicidios está 24 horas, siete días a la semana"

Rafaela Polo.

La inspectora Rafaela Polo, jefa del Grupo de Homicidios de la Comisaría Provincial de Málaga, también ha recogido su distintivo de color blanco. ¿El motivo? La impresionante actuación de ella y su equipo en el caso de los Montes de Málaga, que llevó a la detención del asesino en serie Dinamita Montilla. 

"Se han implicado muchos otros grupos como la Científica o el centro de ADN de Granada. No es un trabajo solo de homicidios", expresa la inspectora, que ha incidido en que la investigación sigue abierta y bajo sumario, por lo que apenas puede suministrar información al respecto. 

Califica la investigación como algo "largo". "El hecho en sí de una muerte tan absurda, tan gratuita...", lamenta. Así, explicó que su labor como inspectora no cesa. Homicidios está disponible 24 horas, los siete días a la semana. "Siempre estoy localizable y a cualquier hora. Da igual el festivo que sea, tengo un grupo detrás que cada semana está de guardia y que cuando hay que trabajar, se trabaja", contó.

En este sentido, para Polo hay temas que resultan inolvidables. Si se encasquillan, "se sigue, se sigue y se sigue". Nunca se olvidan. Cada vez que el móvil del trabajo suena, intuye que hay malas noticias, aunque no sabe bien de dónde proceden.

"Me puede llamar una patrulla, la sala del CIMACC o algún compañero pidiendo consejo", prosigue. Para ella, lo peor de su trabajo es que no solo hay una víctima detrás de casa caso. Normalmente, también están los familiares, tanto de esa persona como del autor de los hechos, que también acaban siendo víctimas. "Hay que tener mucha empatía, te tienes que saber poner en el lugar de ellos", expresa.

Antes de llegar en el año 2011 al grupo de homicidios, Rafaela Polo ha estado en otras unidades, como la de Atención a la Mujer; ha sido escolta para la Audiencia Nacional o incluso ha realizado labores de investigación de otro tipo en Palma-Palmilla. 

Empezó en el cuerpo en 1997 y reconoce que no se imaginaba "ni de lejos" haber pasado por tantos puestos como ha pasado. De familia de guardias civiles, fue la única en vestir el uniforme azul tras estudiar Derecho, como le pidió su padre. "Eran otros tiempos. Siempre quise ser guardia civil, pero finalmente estudié y acabé en la Policía Nacional. Espero que sigan mi trayectoria, no sé lo que harán mis hijos en un futuro", zanja.