Más espacio ciudadano y menos coches. Este es el denominador común de buena parte de las transformaciones urbanas acometidas en las últimas décadas en Málaga, que han permitido, por ejemplo, incrementar las zonas peatonales de la Alameda Principal, rebajar el impacto del tráfico en la Carretera de Cádiz o modernizar un eje clave del Centro como es Carretería.

El análisis de todas estas intervenciones constata hasta qué punto su materialización ha traído consigo una destacada rebaja del peso del automóvil. El último ejemplo palpable es la operación de reurbanización de las calles Carretería y Álamos, completada a finales del año pasado.

Esta intervención ha permitido disponer una superficie peatonal de unos 6.200 metros cuadrados, frente a los 4.100 anteriores. Y ello en detrimento de la calzada habilitada para el paso de un tráfico restringido a residentes y otros vehículos con autorización para circular.

El impacto del proyecto es más que evidente al observar las intensidades medias diarias de tráfico publicadas por el área de Movilidad y correspondientes al segundo cuatrimestre del año (mayo-agosto).

En este intervalo de tiempo, según las fuentes oficiales, la media de vehículos ha sido de 3.510, un 41% inferior a los 5.922 registrados en los mismos meses de 2021, antes de que arrancasen formalmente las obras.

Este retroceso viene a confirmar el cumplimiento de uno de los principios con los que se puso en marcha esta operación. De hecho, el eje Carretería-Álamos forma parte de los itinerarios restringidos delimitados por el Ayuntamiento, de manera que queda seriamente acotado el paso por el mismo.

Para controlarlo, se cuenta con un sistema de lectura de matrículas, que penaliza con sanciones de 200 euros a todos los conductores que entran sin disponer del permiso necesario.

Se dispara en Pasillo Santa Isabel

La intervención hace que Carretería deje de ser esa especie de ronda de paso por el casco antiguo que ha venido funcionando hasta hace unos meses. Como consecuencia de esta actuación, se observa un incremento considerable de la densidad de tráfico que continúa su itinerario por Pasillo Santa Isabel, probablemente buscando otra vía de acceso a determinados puntos del Centro.

La intensidad medida entre mayo y agosto pasado se ha elevado a 19.195 (en jornada laborable), un 44,2% más que en el segundo cuatrimestre del año pasado, cuando la media era de 13.312.

Otras arterias en las que se percibe el efecto de la transformación viaria sobre la intensidad del tráfico son la Avenida de Velázquez (a la altura de Molière) y Héroe Sostoa. Ambas se vieron largamente afectadas por las obras de construcción de la línea 2 del Metro y, parcialmente, transformadas tras su finalización.

Probablemente, el corte de la Avenida de Velázquez por los trabajos del suburbano obligó a miles de conductores a modificar sus hábitos de circulación, a lo que se añade la reducción de carriles actualmente habilitados.

Esto hace que, por ejemplo, haya una media de 40.000 vehículos que pasan a diario por este punto (21.532 en sentido Este y 18711, Oeste), dato que contrasta con los 80.000 que lo hacían en el segundo cuatrimestre de 2007, justo antes de que el eje fuese cortado por la construcción del ferrocarril urbano.

En Héroe Sostoa la intensidad diaria ha caído un 57% tras la ejecución del Metro, pasando de 19.487 en el tercer cuatrimestre de 2006 a los 8.344 medidos en el segundo cuatrimestre de 2024.

El caso de La Unión

Donde no se ha notado en exceso el paso del Metro es en la calle La Unión. Cerrada durante años por las obras y reurbanizada en superficie, aunque manteniendo el mismo número de viales, la circulación que pasa por ella actualmente se asemeja mucho a la que había antes de la ejecución del suburbano.

Vistas de la Alameda Principal. Álvaro Cabrera

En concreto, la estadística de Movilidad sitúa en 9.125 los vehículos que transitaron cada día durante el segundo cuatrimestre de 2024, apenas unos cientos menos que los 9.593 que lo hicieron en el mismo periodo de 2009, justo antes de que comenzase la construcción del suburbano. Llama la atención que en el momento en que se reabrió la calle a la circulación, en 2015, la intensidad medida era de 5.760.

Lo ocurrido con la Alameda Principal es igualmente llamativo. La gran obra acometida, que ha permitido peatonalizar los laterales norte y sur, ha traído consigo una importante reducción del tráfico. Principalmente porque el viario en sentido Este ha quedado limitado al paso de transporte público y taxis. ¿Qué ha ocurrido con el sentido Oeste? Que está siendo utilizado por más de 27.500 vehículos, un valor muy semejante al medido en los años de más tráfico en la ciudad.