Bien saben los promotores y vecinos del Centro histórico que con solo levantar una loseta se corre el riesgo de encontrar un vestigio antepasado. La riqueza de Málaga como asentamiento de múltiples civilizaciones adquiere una dimensión superlativa en el casco antiguo, donde cada obra que se acomete afronta el reto de rescatar el pasado oculto.

Años atrás, los trabajos de construcción del Metro en la Alameda Principal permitieron desentrañar sendos tramos del antiguo fuerte de San Lorenzo, uno de los cuales es visible para cualquier peatón que deambule por el lateral norte de la calle. 

Aunque de una dimensión muy inferior, una obra de consolidación de un edificio localizado junto al protegido Mercado de Atarazanas, el más popular de los zocos de la capital de la Costa del Sol, ha permitido desenterrar un tesoro histórico en toda regla. 

Pese a no ser joyas o monedas abandonadas por un antiguo barco, el presente tiene un valor notable, por cuanto corresponde al redescubrimiento de lo que parece ser la base de una torre octogonal, "por determinar si es defensiva o un faro". Una pieza a la que sumar un tramo de muralla, posiblemente musulmana; y estructuras menores de las antiguas atarazanas. 

Así lo confirman desde la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, que precisa que se trata de hallazgos, en todo caso, documentados históricamente. Es decir, antes que los arqueológicos que ahora trabajan sobre este inmueble, propiedad de Salsa y situado en las calles Guillén de Castro y Atarazanas, ya hubo otros que constataron la existencia de los mismos.

Otra imagen de los restos encontrados junto al Mercado de Atarazanas de Málaga.

Desde la Administración regional apuntan que las tareas de excavación, que generan el interés de los muchos ciudadanos que transitan por la zona, no han concluido, indicando que la empresa que desarrolla esta fase de la actuación tendrá que entregar una memoria preliminar ante Cultura, cuyos técnicos serán los encargados de resolver y dictaminar el futuro de los restos.

Eso sí, apuntan oficialmente que la pretensión es la de encontrar "equilibrio entre la recuperación y uso del histórico inmueble, obra de Guerrero Strachan, y la protección de los restos arqueológicos". Al parecer, los trabajos que se vienen desarrollando forman parte de la apuesta de la propiedad por convertir el inmueble en un edificio de apartamentos turísticos.