Muchas son las incógnitas que quedan por resolver del extraordinario hallazgo arqueológico desenterrado junto al Mercado de Atarazanas, en pleno Centro histórico de Málaga.
En los solares sobre los que se levantaban un antiguo local comercial y una cafetería y se mantiene en pie un edificio diseñado por Guerrero Strachan que pretende ser convertido en apartamentos turísticos, los especialistas han sacado a la luz la base de una torre octogonal que si bien ya estaba documentada, se ignora si su carácter era principalmente defensiva o era un faro.
Así lo reconocían la semana pasada desde la Delegación de Cultura de la Junta de Andalucía, organismo que está velando desde el primer momento por el buen desarrollo de los trabajos que se vienen ejecutando en este espacio en los últimos meses.
Conforme a la información aportada, está pendiente de ser entregada una memoria preliminar por parte del equipo responsable de la excavación arqueológica, desarrollada en el marco de un proyecto de Salsa. Será en ese momento cuando los técnicos autonómicos resolverán sobre el futuro de estos bienes históricos, así como sobre lo que se hará con ellos.
Sobre este particular, la posición oficial es que el informe definitivo buscará encontrar "equilibrio entre la recuperación y uso del histórico inmueble, obra de Guerrero Strachan, y la protección de los restos arqueológicos".
Es de resaltar que, según los primeros apuntes, el yacimiento encontrado en el inmueble localizado en el cruce de las calles Guillén de Castro y Atarazanas, incorpora un tramo de muralla, "posiblemente musulmana", y estructuras menores de las antiguas atarazanas.
En el caso concreto de la muralla, si se concreta su origen defensivo, habrá de ser protegida y conservada in situ, dada su consideración como Bien de Interés Cultural (BIC). Ello no implica que la propiedad tenga que musealizarla o crear una estructura para su contemplación.