La vida de Álex se apagó el pasado 16 de octubre en la avenida de Barcelona de Málaga. Un conductor --que dio negativo en alcohol y drogas-- le arrolló varios metros causándole la muerte en el acto. La Policía Local abrió una investigación para esclarecer los hechos, que provocaron que el barrio de La Trinidad se vistiera de luto.
El joven, de solo 17 años, iba camino del colegio de La Asunción, donde estudiaba un ciclo formativo relacionado con la informática y la tecnología. Pero nunca llegó. Con él se marcharon las pasiones y aficiones de un chaval que tenía toda la vida por delante. La que más destacaba, sin lugar a dudas, su amor por el Málaga C. F., un equipo con el que Alejandro celebraba hasta las derrotas, como dice El Kanka en su canción.
Sus amigos del colegio e instituto expresaron a EL ESPAÑOL de Málaga su deseo de que el Málaga C. F. le hiciera un homenaje al fallecido en La Rosaleda, por ser este el templo de Alejandro cada vez que los futbolistas del Málaga se vestían de corto. Y así fue. El Málaga respondió rápido a su solicitud y en un acto íntimo previo al partido contra el Oviedo, una pequeña representación del club acompañó a los familiares del joven a poner un ramo de flores blanquiazules en el asiento donde él solía disfrutar de los partidos.
Además, regalaron a la familia una camiseta de la tercera equipación, la marrón, con el dorsal número 7 y el nombre del joven. Un recuerdo, sin duda, que no van a olvidar en la vida y que haría mucha ilusión a Alejandro.
Así, las flores en su recuerdo permanecieron en el asiento durante todo el partido contra el Oviedo, según colgó el club en su cuenta de X, antiguo Twitter, donde la familia ha recibido miles de mensajes de apoyo y cariño. Especialmente emotivo es el mensaje que compartió el malaguista Jorge Cayuela: "Un malaguista nunca se va de La Rosaleda, nunca. Simplemente se cambia al tercer anillo del estadio". Allá donde esté, Alejandro seguro que disfrutó del partido y lo hará con todos los que vendrán.