La cafetería El Último Mono, una de las primeras de estilo alternativo en Málaga y reugio de toda una generación, echa el cierre el próximo 30 de octubre. Así lo ha confirmado el propio establecimiento en su cuenta de Instagram.
Su despedida coincide, precisamente, con el aniversario de su apertura. El Último Mono echó a andar el 30 de octubre de 2012 y, casualmente, el mismo día de este 2024 será el último.
"Han sido doce años de pura pasión. Hemos vivido cada día a tope y nos vamos con el corazón desbordado", han escrito en la citada red social. Así, han pedido a sus clientes que no estén tristes con el cierre, solicitando que "disfruten estos días con la misma ilusión con la que vinieron por primera vez".
"Vamos cada instante como si fuese el último, porque serán los últimos de El Último Mono", han añadido. En el escrito, además, han querido mencionar en inglés la cita que dice "puedes tocar millones de vidas y el mundo no volverá a ser el mismo" para decir que ellos también tienen "millones de pedacitos" de sus clientes formando parte de su ser.
Desde que anunciaron su marcha, el post se ha llenado de decenas de comentarios de personas apenadas por tener que decirles adiós para siempre. Misma situación se da en el local, donde muchos se están acercando para agradecerles sus doce años de servicio.
Algunos locales de la zona como El Muro, también un icono alternativo en la hostelería malagueña, les han dedicado algunas palabras: "Me dejáis loco, pero os conozco y sé que tenéis claro que es la mejor decisión para vosotros, así que me trago el egoísmo, ese que me va a hacer echaros de menos cada mañana (sobre las 12:00) y os deseo lo mejor".
También les han mandado palabras de apoyo desde La Madriguera Craft Beer: "Fuck , otro más en un centro irreconocible donde ya duran muy pocos, intentaremos apoyar los que quedan y despedirnos de vosotros; amor eterno".
El cierre de El Último Mono supone la despedida de otro comercio cien por cien malagueño en el casco histórico. Desde el local han escrito que "es momento de emprender nuevos retos vitales", así que hay que solo queda agradecer a sus responsables, Sergio Moreno y Víctor Pérez, y desearles lo mejor en el futuro.
El Último Mono abrió en un primer momento en la calle Santa María, pero el año de la pandemia se trasladaron a calle Duende, a unos pasos de la calle Nueva. Allí se han convertido en todo un referente en los desayunos y meriendas, sobre todo, por sus cafés únicos --ellos mismos los tostaban-- y sus zumos naturales. Además, todo ello lo solían acompañar con unas deliciosas galletas.