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El futuro de la Torre del Puerto de Málaga, el ambicioso proyecto hotelero promovido por un fondo vinculado a la familia real de Catar, queda ligado definitivamente a la firma de David Chipperfield, Nobel de Arquitectura en 2023.

Así lo confirman fuentes próximas a la promotora de la iniciativa, que aseguran que el nuevo diseño del edificio será presentado el próximo mes de diciembre. Atendiendo a lo indicado por estas fuentes, el encargo con el creador británico es un hecho. Sin embargo, se trata de una confirmación que no es conocida oficialmente en el seno de la Autoridad Portuaria. 

Pese a ello, es una realidad que semanas atrás, en una reunión mantenida entre las partes, los representantes de las firmas que están al frente de la operación expresaron a los responsables del Puerto su intención de dar cabida en la propuesta a una firma de prestigio internacional. En ese momento se habló de Chipperfiled, de Rafael Moneo y de una tercera firma.

La irrupción de Chipperfield en el esquema actual supone un giro claro en la hoja de ruta que hasta ahora estaba trazada para este proyecto urbanístico. Desde que se dieron los primeros pasos, en octubre de 2015 (fue cuando los inversores cataríes ingresaron el aval de 2 millones de euros), la Torre ha estado vinculada a José Seguí, reconocido urbanista.

La firma de Seguí es la que está marcada en las diferentes propuestas de edificación que se han conocido hasta la fecha. La primera de ellas de unos 135 metros de altura; la segunda, de 116 metros. Dimensiones muy por debajo de los hasta 150 metros en vertical que permite el ya vigente Plan Especial del Puerto, que ha sido sometido en los últimos años a un importante ajustes para hacer posible esta propuesta.

Atendiendo a los términos objetivos del planeamiento, la principal variación es que se asigna a los terrenos de la plataforma ganada tras la construcción del dique de levante un techo edificable máximo de 45.000 metros cuadrados. Esto supone multiplicar por siete los 6.000 metros cuadrados edificables que estaban permitidos antes de que se aprobase la modificación del Plan del Puerto.

David Chipperfield @david.chipperfield

Si bien no hay precisión al respecto, se espera que la propuesta de torre de Chipperfield introduzca cambios sustanciales respecto a la de Seguí. Y no solo en la forma, sino también en la altura.

La apuesta por Chipperfileld parece tener, además, un valor simbólico evidente. Y ello porque muchos de los detractores del proyecto argumentaban que la propuesta que había sobre la mesa no aportada ninguna singularidad a la ciudad. 

El arquitecto inglés, cuyo nombre ya estuvo vinculado a Málaga hace décadas, cuando se dijo que iba a diseñar una de las torres originalmente proyectadas en los antiguos suelos de Repsol, es conocido por proyectos culturales como el Museo Jumex de Ciudad de México, la restauración y reconstrucción del Neues Museum de Berlín y la ampliación del Museo de Arte de San Luis, en Misuri.

Pendientes de la cadena hotelera

Si bien la idea de los promotores es la de dar a conocer el diseño final en apenas unas semanas, la decisión en relación con la cadena hotelera que explotará el establecimiento se hará esperar algo más. 

La Torre, según las versiones conocidas hasta ahora y que pueden ser modificadas, albergará un 5 estrellas Gran Lujo con 378 habitaciones (312 estándar y 66 suites). Destaca la creación del Salón de Convenciones, con capacidad para 1.100 personas, así como para albergar grandes espectáculos y acontecimientos colectivos de la ciudad.

El proyecto, en cualquier caso, sigue sin completar el procedimiento burocrático necesario antes de iniciar su desarrollo. De un lado, la firma adjudicataria de la concesión de los suelos (Andalusian Hospitality II) tiene hasta principios del mes de marzo para presentar toda la documentación requerida, incluyendo el proyecto final y la memoria económica actualizada. 

Esta es la última fecha posible, después de que el presidente del Puerto, Carlos Rubio, aceptase la petición de una prórroga de 4 meses, toda vez que el calendario inicial finalizaba a principios de este mismo mes de noviembre.

Una vez alcanzado ese hito (de no hacerlo, el Puerto podría quedarse con el aval e impulsar un nuevo concurso), la propuesta final sería trasladada a Puertos del Estado que, a su vez, la pondría en manos del Consejo de Ministros, que es el ente al que compete permitir o no el pretendido uso hotelero sobre el puerto malagueño.