Vista aérea de la antigua prisión de Cruz de Humilladero, en Málaga.

Vista aérea de la antigua prisión de Cruz de Humilladero, en Málaga.

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Málaga sigue en su idea de transformar la vieja cárcel de Cruz de Humilladero en un gran centro privado de FP

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Un año después de que se pusiese sobre la mesa la idea de recuperar la antigua cárcel de Cruz de Humilladero como un gran centro privado polivalente con la Formación Profesional como protagonista, el equipo de gobierno del PP sigue firme en el camino diseñado. Y que pasa por adjudicar a una empresa privada la concesión demanial de este edificio. 

Así lo ha confirmado este martes la concejala de Urbanismo, Carmen Casero, en la Comisión de Urbanismo, quien ha reconocido la demora con la que está avanzando este proyecto. "Pero el proyecto no ha cambiado", ha sentenciado ante las críticas de la oposición, que han denunciado el estado de dejación en el que se encuentra este histórico inmueble desde hace años.

Casero ha insistido en que la idea es que sea uno o varios socios privados los que asuman los costes de rehabilitación de la prisión, que cumple ya más de 90 años, mediante la concesión de espacios para la implantación de usos educativos, culturales y de innovación.

En este sentido, como ya expuso meses atrás, la mayor parte del inmueble será destinado a una empresa que ejecutará un centro de Formación Profesional. Al mismo, se sumarán otros espacios relacionados con la cultura y la innovación.

"Será sometido a concurso de libre concurrencia y quien gane el proceso pondrá en marcha un centro de carácter educativo, sin mermar espacios para proyecto cultural y otro de innovación", ha explicado, incidiendo en que Urbanismo estará vigilante con la conservación del edificio.

Lo que no ha hecho la edil es poner plazos al impulso de la licitación de esta concesión. "No me gustaría que se retrasara mucho más", se ha limitado a indicar respecto a los tiempos.

La antigua cárcel dispone de un techo edificable de unos 10.000 metros, sobre una parcela de 14.000 metros cuadrados (según datos del Catastro). La apuesta municipal por esta modalidad educativa va en consonancia con la línea de acción del equipo de gobierno en los últimos mandatos.

Otros ejemplos de concesión

Muestra de ello es la cesión de terrenos formalizada por el Consistorio para que empresas privadas desarrollen instalaciones de este tipo. Es el caso de lo ocurrido con Cesur, que ya explota en el distrito de Teatinos un complejo de unos 8.700 metros cuadrados sobre una parcela municipal cedida por un periodo de 37 años.

Otros ejemplos de la apuesta municipal por incrementar la oferta educativa en la ciudad, de la mano de entidades privadas, son las concesiones de dos terrenos en Teatinos y la zona de El Pato para la construcción de sendos campus universitarios. Uno de ellos impulsado por la Universidad Europea de Madrid y el otro, por la Alfonso X el Sabio.

El futuro de la antigua prisión parece claramente perfilado. Y ello supone un avance para un complejo que permanece inactivo después de ser recepcionado hace más de una década. Y ello pese a la existencia de varios planes municipales y de la existencia de entidades que se han interesado por el edificio, como la Universidad Católica de Murcia (UCAM) o la Basque Culinary Center.

El principal escollo siempre ha sido el mismo: el alto valor de los trabajos de rehabilitación, que llegaron a calcularse en unos 24 millones. La suma disuadió al propio Ayuntamiento a la hora de afrontar su transformación en un gran contenedor cultural multidisciplinar en el marco de la iniciativa Distrito 6.

El origen del edificio

Fue el 13 de octubre de 1933 cuando la antigua prisión, reconocida en 2014 como Lugar de Memoria Histórica de Andalucía, por ser uno de los centros de la represión de la dictadura durante la Guerra Civil y la posguerra, abrió sus puertas.

Con su puesta en servicio vino a sustituir las instalaciones penitenciarias ubicadas en el Pasillo de la Cárcel (hoy avenida de la Rosaleda), dadas sus malas condiciones. Fue a finales de agosto de 1928 cuando el alcalde del momento, Fernando Guerrero Strachan, y el presidente de la Audiencia Provincial, Enrique de la Blanca y González, acordaron la cesión de una parcela municipal al Estado. 

Días después fue colocada la primera piedra de la construcción. Con la Guerra Civil en marcha, el presidio acogió a miles de presos cercanos al alzamiento, hasta que en febrero de 1937 Málaga cae en manos del Bando Nacional. Según datos de la Asociación contra el Olvido y la Memoria Histórica, más de 30.000 personas pasaron por este presidio.