Vistas del parque sobre los terrenos de Repsol y las torres diseñadas por la promotora Urbania.

Vistas del parque sobre los terrenos de Repsol y las torres diseñadas por la promotora Urbania.

Málaga ciudad

Paso clave para el impulso del gran parque de Málaga en los antiguos terrenos de Repsol

Arrancan los trabajos de descontaminación de la parte norte de la parcela, los más afectados por la presencia histórica de los tanques de crudo.

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El proyecto de transformación de buena parte de los antiguos terrenos de Repsol en un gran parque, con una superficie de alrededor de unos 70.000 metros cuadrados, alcanza un momento clave.

A la espera de que quede allanado definitivamente el plan de urbanización de la parcela, sobre la que se dibujan cuatro torres de hasta 35 plantas, los propietarios del terreno ponen en marcha los trabajos de descontaminación de la franja de suelo situada al norte del soterramiento de las vías del tren.

De acuerdo con los datos manejados por EL ESPAÑOL de Málaga, esta fase de la operación dispone ya de la preceptiva licencia de obras por parte del Ayuntamiento de la ciudad. El permiso despeja el camino para que las empresas a la que se han contratado estas labores, la Unión Temporal de Empresas (UTE) integrada por DSM Y Excavaciones Aletta, pueda acometer la actuación. 

El presupuesto de ejecución material asciende a 2.177.887 euros, siendo el plazo máximo de ejecución de los trabajos de 24 meses. En la licencia se precisa la necesidad de que el promotor realice un control arqueológico del movimiento de tierra, al encontrarse la parcela en zona de protección arqueológica Tipo 2 Enclaves Alfareros Romanos.

Con la idea de acometer en los próximos días la intervención, la empresa ya ha vallado la parcela sobre la que va a actuar. Este hito llega más de dos años después de que la Junta de Andalucía diese su aval al proyecto de remediación.

Atendiendo al contenido del pliego de condiciones técnicas que rigió el contrato, la operación se localiza en el sector norte de la parcela y consistirá en actuaciones en las aguas subterráneas. Y ello tras detectarse "la presencia de FNA flotante sobre el agua subterránea en tres áreas diferenciadas a lo largo del emplazamiento".

Imagen de la parcela norte de los antiguos suelos de Repsol, completamente vallada.

Imagen de la parcela norte de los antiguos suelos de Repsol, completamente vallada.

El modelo de intervención incluye la combinación de técnicas que actúen sobre la zona saturada y la franja capilar o zona de oscilación del nivel freático. Y ello mediante la aplicación de surfactantes, que será combinada con procesos de bombeo y tratamiento del agua impactada para la minimización de la masa de hidrocarburo presente. 

Se indica en el documento que la eliminación de la FNA permitirá cumplir con el primer objetivo del proyecto, ya que su presencia no es ambientalmente aceptable, al tiempo que "generará como beneficio una mejora en la oxigenación de las aguas subterráneas lo que facilitará por sí misma la acción de bacterias degradadoras del hidrocarburo". 

Durante los últimos años han sido numerosas las mediciones realizadas por empresas especializadas, que confirman que es la franja de suelo localizada al norte la que presenta unos niveles de contaminación mayores.

Uno de esos trabajos concluía que los niveles estaban muy por encima de lo recomendado en el caso de los operarios que trabajen en el aparcamiento subterráneo y en las dependencias técnicas; así como para aquellos que lo hagan en el centro escolar y los estudiantes del mismo. Sobre ello, se llega a decir: "detectando un riesgo potencial de tipo tóxico para la salud de las personas.

Orígenes del sector

La documentación recoge una extensa relación de hitos en las últimas décadas. La misma se remonta a mediados de los años 60 del siglo pasado, cuando ENCASO S. A. (Empresa Nacional Calvo Sotelo) y, posteriormente, CAMPSA, construyeron en unos suelos por aquel entonces propiedad del Ministerio de Industria una planta de almacenamiento de petróleo, con varios depósitos aéreos de gran tamaño. 

El crudo llegaba al puerto de Málaga y, a través de un oleoducto de 264 kilómetros, era transportado hasta la refinería en Puertollano (Ciudad Real). Tanto la refinería como la planta de almacenamiento de crudo pasaron a ser propiedad de Repsol, multinacional petrolífera española.

En 1991, el Ayuntamiento de Málaga y Repsol firmaron un convenio para dejar sin servicio y desmantelar los depósitos de petróleo para la transformación del emplazamiento para un uso residencial. En el PGOU se contemplaba un parque y una zona para viviendas. 

En 2001, fue suscrito un nuevo acuerdo para retirar los tanques y sanear los terrenos. Los trabajos de descontaminación incluyeron la extracción de producto libre y otros tratamientos en superficie para cumplir con los objetivos de la remediación.

Entre 2007 y 2008 fue ejecutado el túnel por el que accede el AVE, que se encuentra a una profundidad de unos 10 metros. En 2012, el Ayuntamiento y Sareb se hicieron con la propiedad de los terrenos, así como con sus derechos urbanísticos.