Si hay una localidad que siente de manera especial la muerte de Manolo Santana, esa es Marbella. Aunque madrileño de nacimiento, el conocido tenista español tuvo en la localidad de la Costa del Sol su residencia. Y muestra de este aprecio es el acuerdo que acaba de adoptar el Ayuntamiento marbellí, que ha decretado dos días de luto en la ciudad.
Por medio de un comunicado, la Corporación marbellí ha informado de la decisión adoptada, a modo de homenaje a una leyenda del deporte e Hijo Adoptivo de Marbella. Asimismo, se ha indicado que la capilla ardiente se instalará en el Hospital Real de la Misericordia mañana domingo día 12 y permanecerá abierta al público desde las 10:00 hasta las 14.00 horas; a partir de ese momento, solo tendrá acceso el entorno más cercano.
Además del gesto del Consistorio, hay que destacar emitido en Twitter por la alcaldesa de la localidad, Ángeles Muñoz, en el que muestra su pesar por el fallecimiento del deportista.
El tenista fue reconocido con una de las máximas distinciones municipales en junio de 2018 por su especial vinculación con la localidad, en la que residía desde hacía más de tres décadas. Una justificación a la que se sumó ser "un modelo de responsabilidad, prudencia, humildad, profesionalidad, educación, integridad y generosidad, además de un ejemplo de contribución a la sociedad".
Santana contaba entre su palmarés con cuatro títulos de Grand Slam: dos torneos de Roland Garros, en 1961 y 1964; el abierto de Estados Unidos, en 1965; y el de Winbledon, en 1966, año en el que también fue número 1 del mundo.
Después de su retirada, siguió muy unido al mundo del deporte y a la ciudad, donde en 1983 se hizo cargo del Club de Tenis de Puente Romano, que pasó a llamarse con su nombre y, a partir de 1997, dirigió el Manolo Santana Racquets Club. En el año 2000, el Consejo Superior de Deportes le concedió la Gran Cruz de la Real Orden del Mérito Deportivo por su trayectoria profesional.