La labor ciudadana ha sido clave para salvarle la vida a un varón de 73 años y origen argelino que había sufrido una parada cardíaca en Marbella. Al parecer, el hombre había salido de su casa para recoger a su hija, menor de edad, de las actividades extraescolares. Se sentía cansado y tenía dolor de pecho, pero no le dio demasiada importancia. Al salir del Colegio Santa Teresa con su hija, el hombre se desplomó al suelo.
Los testigos llamaron al Servicio de Emergencias 112 de Andalucía alertando del suceso. Mientras que la ambulancia llegaba, dos opositores a bombero comenzaron a realizarle un masaje cardiaco. Pocos minutos más tarde, agentes de la Policía Nacional y de la Policía Local les relevaron y consiguieron estabilizarlo hasta que llegaron los sanitarios del centro de salud y, a posteriori, del 061, quienes tras dos descargas lograron recuperarlo a tiempo.
La rapidez de los opositores y de las autoridades a la espera de la llegada del equipo médico fue fundamental para poder reanimarlo. Según explicó su hija, que se mostró muy asustada al ver que su padre no respondía, no era la primera vez que este sufría un episodio similar. El hombre fue trasladado a un hospital cercano mientras que la pequeña quedó a cargo de una familiar.
¿Cómo actuar frente a una parada?
Según la Fundación Española del Corazón, si presenciamos una parada cardiorrespiratoria y estamos acompañados, lo primero es decirle a nuestro acompañante que llame al 112 e iniciar inmediatamente las maniobras de reanimación cardiopulmonar (RCP) sin dejar de dar el masaje cardiaco hasta que llegue una ambulancia con un desfibrilador.
Ese masaje cardiaco es el que puede mantener con vida a la persona que haya sufrido la parada hasta que llegue el equipo sanitario. Para realizarlo tan solo hay que descubrir el pecho y comenzar las compresiones en el esternón, a la altura del centro del pecho, presionando hacia abajo unos cinco centímetros, con una frecuencia de entre 100 y 120 compresiones por minuto.
Es importante mantener las manos cruzadas para hacer más fuerza y realizar las compresiones con los brazos estirados ejerciendo esa fuerza hacia abajo. Cada 5 compresiones se debe intercalar respiración asistida bien por el boca a boca (interponiendo un pañuelo entre las bocas) o bien mediante una mascarilla con compresor o por intubación orotraqueal.
Incluso aunque nunca se hayan realizado maniobras de RCP, los especialistas aseguran que es mejor actuar que no hacerlo: se calcula que cuando una persona sufre un paro cardiaco, sus posibilidades de supervivencia disminuyen un 10% cada minuto que pasa si nadie inicia la reanimación cardiopulmonar.