El hotel San Cristóbal ha sido testigo de la historia de Marbella durante décadas. Situado en pleno casco urbano, frente al parque de la Alameda, ha sido parte del desarrollo turístico de la ciudad y pionero en un sector que hoy en día es el principal motor económico de la zona. Tras más de un año de reforma con una inversión de nueve millones de euros, el mítico establecimiento ha reabierto sus puertas convertido en Óbal Urban Hotel, un nuevo concepto turístico que a la vez busca mantener sus raíces familiares.
El nombre de Óbal no es casualidad: "Nos costó varios meses de debates familiares", bromea Cristóbal Parra Yagüe, tercera generación de la familia fundadora. Actualmente es el director de operaciones del hotel tras la jubilación de su padre, Cristóbal Parra Jiménez. "No queríamos perder las raíces. Mi abuelo Cristóbal comenzó cultivando uvas, de ahí la idea de óbal, que también es la final de su nombre. El toque de Urban se lo dimos por el lugar en el que se ubica, el casco urbano", explica.
El ahora director de operaciones ha trabajado desde muy joven en diferentes puestos del hotel, como reservas, recepción o comercial. Asegura que el hotel San Cristóbal es parte de su vida: "Cada domingo íbamos a comer toda la familia al restaurante del hotel", cuenta.
Parra Yagüe tiene recuerdos en todos los rincones del hotel. "De niños, estábamos siempre correteando por los pasillos y jugando en la escalera mecánica, que era muy atractiva porque fue la primera que se instaló en toda la Costa del Sol. También pasábamos largas horas en bicicleta por el parque de la Alameda", cuenta.
Desde su apertura en 1961, el hotel San Cristóbal ha recibido a diferentes actores españoles, jugadores de fútbol y directivos de clubes, entre otros clientes, según recuerda el ahora director de operaciones. "Hay huéspedes que llevan viniendo décadas al hotel. Lo más importante para nosotros es no perder esa esencia del trato familiar, es algo que les transmitimos a todo el equipo para hacerles partícipe del proyecto", detalla.
El nuevo diseño del hotel, que ha pasado de tres a cuatro estrellas, convive con algunas piezas históricas que la familia ha querido conservar, como es el caso de la primera centralita que se instaló en el establecimiento, expuesta ahora en uno de los pasillos.
"Toda la planta hotelera de Marbella se ha reformado, no podíamos quedarnos atrás", explica Parra Yagüe, que destaca dos grandes cambios como parte esencial del nuevo Óbal. Una de ellas es la recepción, a la que antes se accedía por escaleras mecánicas y ahora está a pie de calle.
En segundo lugar, subraya la creación de un espacio que antes no tenía mayor utilidad que la de un solárium: un rooftop de 400 metros cuadrados con piscina. "Esta zona es totalmente nueva, el bar tiene una carta desenfadada con propuestas saludables y coctelería selecta".
El corazón culinario del Óbal Urban Hotel es el nuevo restaurante Alameda, enfocado en la cocina mediterránea y productos locales de kilómetro cero. Otro de los cambios es el número de habitaciones, que ha pasado de 100 a 110. "Estamos muy ilusionados con el proyecto, hemos aumentado la calidad para seguir siendo un referente en Marbella", detalla el director de operaciones.