Fue un auténtico milagro. Una pequeña con síndrome de Down ha vuelto a nacer en Marbella gracias a que se cruzó con dos ángeles de la guarda que vestían el uniforme de la Policía Local de Marbella. La menor se encontraba junto a sus padres, de origen árabe, en Puerto Banús cuando comenzó a atragantarse mientras se comía un pistacho. Sus progenitores, en vista de que no respondía, decidieron coger el coche y marcharse al hospital rápidamente, pero en el camino se cruzaron con una patrulla policial por la zona y que fue fundamental para salvarle la vida.

Según informan desde la Policía Local, la madre de la menor bajó corriendo de su coche con la niña en brazos pidiendo ayuda. "Mi niña se ha atragantado y no respira", les alertó. Los policías pudieron comprobar que la pequeña se encontraba con el rostro amoratado y emanaba sangre y saliva por la boca.

Uno de los ingentes informó a la Sala de la Jefatura de Policía para pedir una ambulancia urgente, mientras que su compañero le introdujo a la niña un dedo en la boca y consiguió retirarle el tapón que la obstruía la respiración, además de colocar a la menor bocabajo y darle palmadas en la espalda para ayudar a que expulsara dicho tapón.

Las maniobras dieron resultado y la pequeña recuperó el color normal y comenzó a respirar sin aparente dificultad. Una vez que los efectivos sanitarios del 061 se personaron en el lugar, la niña fue trasladada en ambulancia hasta el Hospital Universitario Costa del Sol para que se procediera a su exploración y la atención necesaria. Tras todo ello, la menor fue dada de alta sin más consecuencias.

Cabalgata de Reyes

El año comenzó en la provincia de Málaga con otro sobresalto similar en la cabalgata de Reyes de Puerto de la Torre. Una menor se atragantó con un caramelo que se estaba comiendo el pasado 3 de enero.

La encomiable labor de un Policía Local de Málaga y de Bárbara, una enfermera que se encontraba en la zona, fue clave para salvar su vida entre la multitud del público que acudió a ver el desfile. 

El padre se acercó "a la carrera" hacia los agentes de seguridad que prestaban servicio en la zona. En sus brazos portaba a la niña, "que no respondía" por lo que rápidamente el agente la puso bocabajo y comenzó a golpearle en la espalda realizando la maniobra de Heimlich. La menor pudo expulsar un caramelo aunque seguía sin reaccionar.

En ese momento, se acercó una enfermera que se encontraba en el lugar y le realizó otra maniobra que permitió sacar un segundo caramelo. Tras ello, la niña comenzó a responder y se solicitó servicio de ambulancias.