El 19 de julio de 2006, Julián Muñoz fue arrestado dentro de la segunda fase del caso Malaya. En el momento de la detención, el exalcalde de Marbella se encontraba por los alrededores de su hogar, una exclusiva mansión llamada 'Mi Gitana'.
Este chalet, con más de 3.500 metros cuadrados de terreno, fue durante varios años el nido de amor de Isabel Pantoja y Julián Muñoz, fallecido este martes. ¿Qué ocurrió con esta imponente casa de la urbanización La Pera?
'Mi Gitana' fue uno de los iconos del caso Malaya y epicentro de la vida de la pareja. Su nombre ha servido de inspiración incluso para series de televisión que se han adentrado en la historia de Pantoja y Muñoz.
Tras la detención del exalcalde en 2006, en mayo de 2007 le tocó el turno a la propia Pantoja, cuyas cuentas ya habían sido escrutadas por Hacienda.
Por entonces, Julián ya estaba entre rejas y la cantante tuvo que soportar diversas críticas y acusaciones, entre otros motivos por visitar en tan solo dos ocasiones a su entonces novio a la cárcel.
En febrero de 2009, tras fuertes especulaciones, Pantoja confirmó la ruptura en la revista ¡HOLA! Años después tuvieron que afrontar uno de los juicios más mediáticos: ambos salieron condenados.
En 2015, la tonadillera decidió deshacerse de su mansión marbellí. Esta venta levantó muchas sospechas: fue comprada por un misterioso empresario británico con la sociedad Grand Fashion Banús SL, por 2,2 millones de euros en metálico.
Precio más elevado
Pantoja quiso vender 'Mi Gitana' a un precio más elevado. De hecho, se puso inicialmente a la venta por 3,8 millones de euros. Sin embargo, la tonadillera no encontró comprador antes de entrar en prisión y tuvo que bajar su precio.
Al final admitió los 2,2 millones de euros en metálico que le daba la empresa del millonario inglés para saldar sus deudas.
Nada más adquirirla, el nuevo propietario contrató a una empresa de excavadoras para que redujera a escombros el inmueble, con el fin de evitar la ocupación de la villa. En 2017, 'Mi Gitana' desapareció para siempre.
Años después, se conoció que el comprador fue Karl Robb, un millonario de origen escocés. Ahora, esta exclusiva zona de La Pera alberga dos mansiones de lujo que se cotizan a precio de oro.