Alba Rosado Esther Gómez

"¿Dónde están las bolsas, Julián?", dijo este martes uno de los vecinos de Marbella durante el velatorio del exregidor de la localidad malagueña, que falleció este martes 24 de septiembre a los 76 años de edad. A través de aquella expresión se puede vislumbrar cómo se ha tomado el pueblo la muerte del que fuera su alcalde: sin pena alguna.

Marbella no ha personado a Muñoz pese a que fuera condenado por múltiples causas. Como algunos de los vecinos aseguran, el expolítico se ha acabado llevando a la tumba el secreto de los 46 millones de euros del saqueo de las arcas públicas durante su época en el consistorio, del que también fue concejal de Fiestas con Jesús Gil.

La realidad es que los marbellíes han dado la espalda a Muñoz durante la celebración de su velatorio en la sala 1 del tanatorio de San Bernabé, donde se instaló durante unas horas su capilla ardiente. Varios vecinos como Beatriz Bazán se quejaron ante los compañeros de EFE del expolio de un dinero "que ha salido de sus impuestos y que debería haberse destinado a las necesidades de la ciudad".

“Por eso no ha venido nadie de Marbella, porque nos han robado. Cuando devuelvan el dinero lo perdonaremos”, ha añadido. Sin ir más lejos, la actual alcaldesa de la localidad, Ángeles Muñoz, aseguró ante la prensa que no se realizarían actos institucionales en honor de Muñoz "por motivos coherentes".



“Una vergüenza”, ha comentado Mari, mientras su vecina María Macías asentía. “Que descanse en paz”, ha dicho Paqui González, que ha contado a la citada agencia que por su quiosco, ubicado en la misma calle que el cementerio, han pasado muchos vecinos “hablando de todo y no bien”.

La realidad es que Julián no ha tenido una despedida multitudinaria. Solo sus familiares y un reducido grupo de amigos le han acompañado en sus últimas horas. Las imágenes hablan por sí solas, había más compañeros de la prensa que asistentes. El número aumentó cuando llegaba la hora de la misa funeral, que tuvo lugar este martes a las seis de la tarde.

Famosos

Entre quienes sí se han acercado a despedir al exalcalde y a confortar a sus allegados, el hijo de Gunilla von Bismarck, el empresario Francisco Ortiz, cuyo padre falleció hace unos días, y la exalcaldesa de Marbella que sucedió a Muñoz y que también acabó en prisión por delitos similares, Marisol Yagüe, que pasó por el tanatorio llorando desconsolada.



También se ha acercado el exconcejal de Urbanismo, Juan Antonio Roca, a quien se considera el cabecilla de una trama que convirtió el Ayuntamiento de Marbella en el epicentro de la corrupción urbanística del país y que llevó a la cárcel a políticos, empresarios y funcionarios del Ayuntamiento marbellí.



A la salida del tanatorio, Mayte Zaldívar -completamente vestida de negro- pidió espacio a los medios alegando que estaba muy agobiada y dando las gracias a los periodistas que esperaban desde temprano para poder hablar con ella.



La expareja sentimental de Muñoz, Karina Pau, con quien mantuvo una relación hasta poco tiempo antes de volver a contraer matrimonio con Zaldívar tras más de dos décadas separados, también se presentó con una amiga. Asistió al responso y antes de irse se despidió con un emotivo abrazo de uno de los nietos del exalcalde, Fran.





La gran ausente fue la tonadillera Isabel Pantoja, que fue pareja sentimental de Julián Muñoz y motivo de la separación de este y Zaldívar. Sin embargo, su no aparición no ha supuesto ninguna sorpresa, ya que no es habitual que Pantoja cumpla acudiendo a este tipo de funerales incluso de personas de su entorno más cercano en los últimos años. A ella también han dirigido su malestar los marbellíes: “Ella también se lo llevó calentito y tampoco nos ha devuelto nada”, dice Sara Gómez.



Un sacerdote amigo de Julián Muñoz ha rezado un responso en la misma sala del tanatorio donde estaban los restos mortales del exalcalde, que serán incinerados, según han confirmado a EFE desde su entorno, y serán entregados a la familia los próximos días.