De millones y de impuestos
muy mal no hemos escapado:
vienen bien los presupuestos
generales del Estado.
Lo de la presión fiscal
que ahora la Junta rebaja
seguro cambia la cara
del que gana un pastizal:
quien tieso está y estará,
no se va a entrar de nada.
Hay cosas que nunca cambian:
pagar, pagar y pagar.
Con su otoñal primavera
y octubre vestido de abril
a Málaga hemos de ir.
Turistas a calle llena,
españoles o de fuera,
buscando guerra o reposo
se alejan de sus problemas
lo mismo que Boris Johnson.
Ricos, pobres, guapos, feos,
que Málaga no hace expurgo.
Que aquí cabe hasta un museo
con sede en San Petersburgo.
A la Equitativa iré
a sacar fotografías
a la noble coronilla
de la efigie del marqués
y una calle que divisa
a una nueva Navidad.
Que luego todo son prisas,
que en Málaga, empieza ya.
Ya vienen la Pollinica,
Esperanza y Buena Muerte
Caminito de Belén.
Olé, olé y Holanda y olé,
El Rico ya se ve.
Campana sobre campana
y sobre campana, dos,
Asómate a la ventana
verás a la Expiración.
Abajaban los pastores por el cerro de Belén
a ver pasar al Rescate y a la Sentencia también.
En el cielo se alquilan balcones para un casamiento
que se va a hacer.
Que la Magna de las cofradías,
Ximénez mediante,
va a quedar fetén.
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