El 10 de Carlos Cabezas

ha retirado Unicaja

y el aplauso del Carpena

le puso a punto de nata



la emoción al campeón

y en sus lágrimas abraza

al sentir de la afición

que de Carlos hace gala



y presume con pasión

como si un trofeo fuera,

quien de todo es campeón,

quien de Málaga es estrella.



La Encarnación por el techo

está enfermando y muy mal.

Ahora que se encarnó el Verbo,

a gritos, la Catedral



no está pidiendo la torre

que falta en su silueta:

solo pide, antigua y pobre,

que le arreglen la cubierta.



Que ya tenemos bastante

con que se mojen los “Santos”

sacándolos a destiempo,

para permitir que el arte

que asombra a propios y extraños

se pierda en los recovecos



del atrinque por bandera,

la chapuza y el disloque.

Por eso en Málaga entera

va a hacer Don Paco un escote:



así trincará el parné

del techo catedralicio,

y destensará el cilicio

que le ha apretado el TC



con silente puñalada

quitándole a sangre fría

los dineros que a mansalva

cobraban las plusvalías.



Ay mísero de mí, ay infelice,

apurar cielos pretendo.

¿Qué delito cometí

para volverme a crujir

subiendo algún otro impuesto?



¿Qué es la vida? Una ilusión.

Lo que ocurre entre que pagas

IVA, sello, contribución,

una sombra, una ficción,

y el mayor bien es pequeño:

que la vida son impuestos y la vida impuestos son.



Y se cierra este resumen

sin saber qué pasará.

Si el del tiempo acertará

y no saldrá ni una nube



o empezará a jarrear

en mitad del recorrido,

si saldrán o no saldrán,

si todos, si diez o cinco.



Disfrutemos pues la Magna,

disfrutemos pues la espera,

salga el sol por donde salga

o la Virgen de la Cueva.