Tras la noche del domingo,
el colosal subidón
que pegó sin paliativos
Vox en Castilla y León
puso claro en las portadas
que el lunes venía extraño:
un remedado Unicaja
que a perder no le hizo asco
porque al menos dio la cara
(si bien los de Ibon Navarro
al final de la semana
ganaron al Fuenlabrada)
nos recuerda a la presea
con cordoncillo naranja
que ganó Francisco Igea
en la carrera que une
al partido Ciudadanos
con una luz en un túnel
que se acerca sin descanso.
Marín se tienta la ropa
y Juanma sigue a la suya:
a agotar legislatura
y que votemos cuando toca.
Vox prepara a Macarena
por si se extiende el efecto
y al naranja se merienda
dando alegría a su cuerpo.
¿Cabría en Andalucía
un dúo Espadas-Moreno?
Yo no sé si sería bueno,
lo que sí sé es que sería
la auténtica novedad
el mayor entendimiento:
menos radicalidad
y más buscarse en el centro.
Doña Sofía nos trajo
visitando a Bancosol
un mensaje necesario:
no olvidemos por favor,
que no descansa la lucha
del voluntario incansable
que, aunque estén las cosas duras,
para que no pase hambre
tanta gente malagueña
dedica tiempo y esfuerzo.
Un aplauso a todos ellos,
a su labor y a la Reina.
El mando municipal
está organizado un gran
concurso internacional
para el Eje Litoral.
Pareciera que el proyecto
está en un debate abierto.
¿Hubo concurso, por cierto,
para la torre del puerto?
Y mientras pregunto así,
el proyecto de Seguí
a la lista pone fin
de proyectos, tirirí,
que a ningún concurso llegan
ni se miden o comparan.
La cosa parece rara,
ya veremos cómo queda.
Y el foro Transfiere pone
a Málaga en la vanguardia
de un mundo que a diario cambia
con la Expo en el horizonte.
Quién te ha visto y quién te vio,
mediterránea chiquilla
de chimenea y barquilla,
espigón, calesa y sol,
aireando tus encantos
por las tribunas del mundo
que ante ti se queda mudo,
que descansa en el abrazo
que del Palo a Churriana
leal, noble, hospitalario,
enamora al más pintado
y te deja con más ganas
de remojarte los labios
del beso que te da Málaga.
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