En momentos de incertidumbre como los actuales, resulta si cabe aún más necesario realzar el grado de relevancia que la empresa familiar tiene para la sociedad, con especial consideración del papel crucial que desempeña como agente de creación de riqueza. En España, cerca del 90% del tejido empresarial está constituido por empresas familiares, generando el 67% del empleo privado y el 57% del PIB.
Según las cifras aportadas en el reciente XXV Congreso Nacional de la Empresa Familiar (2022), sólo las cien empresas que integran el Instituto de la Empresa Familiar (IEF), dan empleo en todo el mundo a más de 1,1 millones de personas; facturan 172.000 millones de euros; generan un valor añadido bruto de 43.500 millones de euros; pagan más de 3.000 millones de euros en Impuesto sobre Sociedades y unos 5.200 millones en contribuciones sociales.
La prevalencia de la empresa familiar en Europa es igualmente destacable, oscilando entre un 69% y un 95% del total de empresas, según el país europeo analizado. Se estima que en Europa hay aproximadamente 14 millones de empresas familiares, aportando más de 60 millones de empleos en el sector privado. Cifras mareantes, pero que dan una ligera idea del papel crítico que desempeña la empresa familiar para el bien de la sociedad.
Sin embargo, uno de los retos importantes al que se enfrenta la empresa familiar es su tamaño. Así, es de reseñar, que el porcentaje de empresas familiares en España disminuye a medida que se incrementa la dimensión de la empresa. Sin tener en cuenta las microempresas -empresas con menos de 10 trabajadores-, las empresas familiares sólo representan el 50,5% del 10% de empresas que más facturan; sin embargo, suponen el 86,5% del 10% de empresas que menos cifra de negocios generan.
Si los abrumantes datos anteriores aún no nos han convencido, quizás debiéramos poner nombre a algunas de las empresas familiares españolas más exitosas: Mercadona, Inditex, Banco Santander, El Corte Inglés, Ferrovial, Gestamp, Accciona, Consentino, Osborne, Hospitales Vithas, Banca March, Barceló, Antolín, etc.; o bien mencionar algunas empresas familiares malagueñas señeras: Mayoral, Sando, Sinerba, Fuerte Hoteles, Gisela, Primor, Famadesa, Navarro Hermanos, Peñarroya, La Canasta, etcétera. Ahora sin duda, sí que somos más conscientes de que la empresa familiar constituye la columna vertebral de nuestra economía y de que contribuye decididamente al bienestar de nuestra sociedad. Empresa + Familia = Bienestar social.
Julio Diéguez es catedrático de Economía Financiera y Contabilidad de la Universidad de Málaga y director de la Cátedra de Viabilidad Empresarial.