Hola, Papi.
Acabo de hablar con Andrea Cobos para que publique, con Andrea de Haro, Candela, Abraham y Paco que tocamos esta tarde. Dicen que no saben escribir el texto, pero les he dicho que lo hagan y ya se los corrijo, porque si no, no van a aprender nunca.
Dice Carlos que las chaquetas ya han llegado; menos mal, porque los hermanos Carlos y Alfonso estaban agobiados, y Edu pensaba que ya íbamos a hacer el ridículo sacando a gente en camisa.
También Luis me acaba de mandar el repertorio. Le voy a pedir que cambie una marcha, porque a Brian le encantaría tocar otra en Calle Cristo. A ver si me hace caso porque es un cabezón, aunque al final siempre accede.
El jueves pasado, antes del ensayo, volví a tirarles los atriles a Elena, Candela, Ana, Irene, Kati Esther, Sofía y las dos Victorias. Si no les hago trastadas, no me quedo tranquilo… ni ellas tampoco, que en el fondo sé que les gusta.
Después me pasé por la clase de clarinete para meterme un rato con Ana y de paso quitarle el coco a Natalia y escuchar cómo van Víctor, David, Claudia Soriano y Arturo con los montajes. María ha llegado tarde, pero me ha dado un abrazo y ella piensa que con eso se me olvida. Y en verdad lleva razón.
Después estuve con Nano, que no para de tocar escalas con Adri, Celia, David, Gonzalo y María. ¡Así suenan después los saxos, que da gloria escucharlos! A Yasmín la he pillado por el pasillo y le he hecho una prueba de oído absoluto; lo ha clavado como siempre, claro. Davilillo me ha preguntado unas cuatrocientas veces que cuándo le voy a dar el cartón de las partituras jajaja.
Mañas sigue ahí con Mario, que ojalá todos tengamos en nuestras vidas la misma ilusión que él tiene por su banda; y con Rocío, que es un corazón enorme y bueno encerrado en un tímido cuerpo de niña.
Después me he cruzado con Antonio Lozano. ¿Cómo no vas a estar? Si la Banda sin ti no se entiende, llevando toda la vida en ella. Lo mismo que Ricardo, Dani y Samu, bocas calladas pero mentes inquietas y amor incondicional por su banda. También a los hermanos Álvaro y Víctor, que siempre, y más últimamente, me han demostrado la madurez que a algunos mayores nos falta.
Papi, tampoco paro de hablar con la familia Martínez Álvarez. A Javi lo quiero como él no se imagina, a los dos Carlos, Claudia y Ale igual. ¡Es que son como mi familia prácticamente! Hasta me autoinvito para comer en su casa cuando me viene en gana.
Aarón me está preguntando que qué marcha vamos a tocar la primera en el ensayo; a Dani se le ha caído otra vez la pandereta y José Luis está ensayando su entrada del Himno de Dinamarca. ¿Tú sabes cuánto tiempo lleva Ale Recio en la banda? ¿Y Sergio Cobos? Ale lleva más de la mitad de su vida aquí, ¡y Sergio entró en carrito casi! ¿Tú sabes lo que es verlos ser unos percusionistas casi profesionales en la banda junto con Javi? ¡Qué orgullo, papi!
Espera, que me llama Sergio el profe para decirme que ha comprado unos parches nuevos para los tambores. Esta gente está fatal de la cabeza. Cayetano, Hugo, Irene, Laura, Óscar y Salva; puedo decir a boca llena que son la mejor batería de Málaga.
¿Has escuchado el granadero cómo suena? ¡Así es normal que quieran tocarlo todo el rato en los ensayos! ¡Es gloria lo que suena! ¡Ah! Y me he vuelto a meter con Gonzalo, por morao. Pero me encanta ver cómo quiere al Señor, me encanta verlo enfadarse porque para él no hay nada más importante que el que lleva 300 años en esta Hermandad. Si es que de tal palo…
Papi, todo esto que te he contado, que lleva pasando 10 años, podría resumirlo diciendo que es Música para mi Virgen, pero realmente es Música para mi Padre. Porque aunque yo no te haya visto, tú has estado conmigo en todo este tiempo, lo sé.
Después del traslado de hoy, la próxima vez que salga nuestra Virgen del Rocío, será con la banda de tu hijo detrás. Esto va por ti. Gracias por hacerme del Rocío.
*Julián González es el director de la banda de música de la Virgen del Rocío