En 2020, en pleno COVID, desde la patronal, defendimos que España necesitaba un Instituto Fraunhofer. Para el que no sepa lo que es, se trata de una institución alemana. El contexto era la pésima situación en innovación, en productividad, en inversión en I+D+I de España y las carencias estructurales que manteníamos.
Una reflexión urgente a la luz del impacto en PIB que supuso la pandemia. Vivimos ahora, solo tres años después, de espaldas a la muerte, como siempre, como si fuéramos a vivir toda la vida, pero otra pandemia, con 8.000 millones de personas en el mundo es posible y probable. Si no robustecemos nuestra estructura económica, si no la diversificamos y no la hacemos competitiva en las vanguardias tecnológicas, el impacto será aún peor, básicamente porque tenemos más deuda y menos resortes para combatirla por la vía que se ha hecho. ¿Cuántas veces nos echarán nuestros socios un salvavidas como el del Mecanismo Europeo de Recuperación y Resiliencia (RRF)?
¿Por qué planteamos esto?
El año 2022 ocupamos la posición 29 del Global Innovation Index ( GII) Nuestra posición en Ciencia e Investigación es consistente con el tamaño de la Economía (posición 10).
La mayoría de los diagnósticos sobre el desfase de España en Innovación sistemáticamente desprecian la posición de las empresas que son las que deben convertir en servicios y productos con más valor añadido el fruto de la Innovación. En febrero de 2023, desde IND+I y Foro de Empresas Innovadoras presentamos un diagnóstico, medidas, itinerarios de impulso a la innovación con las empresas en el centro. Días antes habíamos presentado en el Congreso de los Diputados, los conceptos fundamentales de ese diagnóstico y plan.
La recientemente aprobada Ley de la Ciencia Española y las versiones autonómicas son leyes que mencionan la Innovación sin practicarla. Me recuerda siempre a aquello del sexo y los sexólogos.
Los centros Tecnológicos, los institutos de investigación, el Consejo Superior de investigaciones Científicas, CSIC, con unas 11.000 personas trabajando y 121 institutos -a pesar de ser la institución científica de la 4ª economía de la zona Euro consigue una posición 9 en retornos del programa H2020-, los Organismos Públicos de Investigación, OPI’s, están fragmentados, poco coordinados y poco enfocados a ganar para sus clientes la batalla competitiva. La financiación basal de la investigación se ha convertido en un fin y no en un medio.
La configuración geopolítica en grandes bloques (EEUU, China, Europa, India, Sudeste asiático) hace que un sistema de Innovación poco dotado económicamente, fragmentado en 17 presupuestos y políticas comunitarias y vuelto a fragmentar en más de 43 Centros tecnológicos, y probablemente miles - el personal docente e investigador, en el curso 2017-2018, se situó en 122.910 personas- de grupos de investigación en las Universidades, CSIC, Instituciones científicas, hacen que muy pocos proyectos españoles escalen con éxito global.
La semana pasada Pere Condom nos ilustraba sobre otros modelos que funcionan mucho mejor que el nuestro, no se trata solo del Fraunhofer, el Imperial College de Londres es una verdadera máquina de crear valor.
España está aún peor que su posición internacional en Patentes PCT y en PYMES innovadoras. Los países que avanzan y se posicionan en las primeras posiciones son Suiza, Suecia, Alemania, Israel, Corea del Sur …. Países todos que invierten hasta 4 veces más, en relación a sus PIBs, que España.
La tendencia de las políticas europeas, conscientes de la debilidad que supone la fragmentación de la innovación en Europa, están enfocadas a incentivar la colaboración, multi empresa, multi tamaño (Grandes, medianas y Pymes), multi país e inter-regiones.
Los grandes Instrumentos estratégicos europeos, los IPCEI’s apenas se han usado por una decena de empresas en España. Actualmente existen IPCEI’s en Microelectrónica (Ametic con el Instituto Ricardo Valle ya lidera un proyecto DKULPIOT, ha conformado un grupo de trabajo de Microelectrónica con más de 50 miembros, ha mapeado el ecosistema español y ha impulsado una propuesta formativa para las universidades) , IA Gaia X, HPC, Hidrógeno verde y Baterías.
España no tiene arquitectura estatal con recursos ni en Ciencia ni en Industria para instrumentar un liderazgo proactivo en los IPCEI. Los medios humanos con los que cuentan los Ministerios de Ciencia, Industria o Economía y los respectivos comisionados de los PERTE son del todo insuficientes. Para muestra, un botón, pronto hará un año que el gobierno anunció el PERTE Chip, hasta hace pocas semanas, los medios humanos con los que contaba eran el Comisionado del PERTE chip y una persona más, puntualmente de baja para una dotación de más de 12.000 millones que difícilmente se ejecutarán.
No se puede imponer por Ley el trabajo colectivo, compartido y en equipo. Sólo desde el profundo entendimiento de las palancas que suponen los ecosistemas de Innovación y la Innovación colaborativa y abierta se puede abordar un proyecto que aúne a los actores y las empresas.
¿Qué es el Fraunhofer?
Alemania ha desarrollado desde hace 70 años el Instituto Fraunhofer, con a su vez más de 76 instituciones especializadas en distintos campos de la Tecnología aplicada: biotecnología, genómica, solar, microelectrónica, fotónica, computación, Inteligencia Artificial….. Su función es el desarrollo de tecnologías aplicadas y aplicables a las empresas y las industrias.
La investigación científica básica se restringe al Instituto Max Planck y a la academia. En 2020 tuvieron ingresos de cerca de 3.000 millones de euros y tenían una financiación basal de unos 900 millones, además de proyectos competitivos, pero públicos también de otros casi 900 millones en los que sólo 92 son europeos, sus administraciones, de los Estados federales y del Gobierno federal aportan la parte del león, más del 50% el gobierno Federal. La tecnología es una Política de Estado en Alemania, los estados Federales sólo aportan 196 de los 895 millones de financiación pública. Además, las empresas le contrataron 658 millones en proyectos. Se gastan más de 1.500 millones en personal.
Estas cifras multiplican las de España, por el tamaño de la economía alemana, es lógico, pero la desproporción en relación al esfuerzo en relación al PIB y a los presupuestos públicos es notoria. Además, en España, por más que se nos llena la boca de Ciencia, tecnología, Industria e Innovación, la mayoría de las competencias están transferidas y fragmentadas y no es una política de Estado.
En el Foro Transfiere en febrero pude departir con altos responsables del CSIC, reímos mucho y compartimos algún pescaíto malagueño, pero cuando les decía que la transferencia en España funciona mal y que necesitamos un Fraunhofer, discrepaban de vehemencia, y responsabilizaban a las empresas.
Con la cantidad de plomo en las alas que vuela la empresa media en España, el esfuerzo inversor en I+D+I, desincentivado por todas partes, cambios regulatorios, fiscalidad, lentitud y carga burocrática y tamaño medio mucho menor que sus pares europeos, es normal que las empresas inviertan menos en I+D+I, quizá por ello en Alemania, el mittlestand, las muchas empresas medianas que sustentan la economía, cuentan con un poderoso instrumento como el Fraunhofer, que aquí ni está ni se le espera.
Otro modelo, también hipervitaminado, como el alemán, en relación a nuestro ejército de guerrilla es el Francés con CEA.
Entendemos que la innovación debe tener tracción empresarial y que los retos tecnológicos que se deben abordar son los que hacen a nuestras empresas más competitivas a nivel global. Son las empresas, y en particular los clientes de nuestras empresas, las que nos fijan en todo el mundo el nivel competitivo y nuestra vocación, es innovar en productos y servicios para seguir creando valor en todo el mundo.
Estos retos requieren velocidad y confianza. No puedes confiar tu estrategia y tu éxito a quien no conoces. No puedes llegar tarde al mercado porque las oportunidades no esperan.
Construir un Instituto Fraunhofer español a partir de los actores (empresas, polos de innovación, clúster, agentes intermedios, centros tecnológicos …) que ya existan y quieran colaborar juntos en construir confianza, dinamismo y éxitos en Innovación que se traduzcan en una evolución de nuestro posicionamiento desde la posición 29 a la 10. Construir soluciones, tecnologías, productos y servicios con mayor protección debe elevarnos en Patentes PCT hasta el lugar que corresponde a nuestra economía.
Llevar la inversión desde el 1,4 % actual al 3% del PIB a partir de una inversión pública del 1,25% como establece la Ley de la Ciencia y una inversión privada del 1,75% del PIB supone movilizar aproximadamente 17.500 Millones de euros de inversión privada en Innovación.
Sin entrar en las consideraciones en instituciones como CEOE, FEI o IND+I hacen para que las políticas de Innovación sean más útiles para sus fines y que no se confunda investigación y ciencia o financiación de la investigación en la academia con la Innovación aplicada a mercado, entendemos que hay que conseguir ganar en colaboración y confianza.
Necesitamos una RED que ponga los recursos al servicio de las empresas, que dote de economías de escala a los proyectos, que se encajen en las líneas estratégicas europeas y que evite duplicidades e ineficiencias.
Los modelos de innovación por misiones, los grandes macroproyectos tractores, los important projects of common european interest (IPCEI) y en definitiva la Innovación descrita por Marianna Mazzucato en el Estado Emprendedor, los grandes programas de compra pública como los del DARPA, la agencia de investigación de defensa de los EEUU, o los programas estatales Americanos (IRA o Chips & Science Act ) o Surcoreanos pueden hacer que las empresas e instituciones públicas de Innovación e Investigación se alineen como viene sucediendo en ellos y recientemente China, con un programa anual de I+D+i de más de 450.000 millones de euros.
España no tiene escala, ni siquiera poniendo a todo su atomizado y fragmentado ecosistema de innovación junto en una sola institución.
El aumento de la inversión en I+D+i debe venir de las empresas hasta llegar a los 17.500 Millones al año y por tanto son estas las que deben poder contar con instrumentos capaces, ágiles, competitivos en términos de riesgo, de tecnología, de innovación.
Europa con el RRF, con el European Chip Act y con el paquete de medidas para la economía verde ha puesto muchos recursos a disposición de empresas y administraciones públicas. La comisión ha puesto una herramienta con un mapa para que se identifiquen y ubiquen los proyectos que se acogen a la financiación del mecanismo de resiliencia y recuperación. Se ve toda Europa. La región más poblada de España, la tercera en PIB y exportaciones, Andalucía, 8 proyectos en el mapa (Sevilla con IA para el Agro, Cádiz con el MOOVES III, Ceuta con Turismo, Algeciras con Hidrógeno verde, Granada con una agrupación de empresas innovadoras, Ecosistemas Terrestres y Turismo sostenible en Almería). No vamos a detallar pero miren País Vasco (con la 5ª parte de población) con 22 proyectos y Cataluña con 72 proyectos, sólo en Barcelona 42. Saquen ustedes sus conclusiones.
¿Vertebrará el dinero europeo Europa? No parece.
La semana pasada hemos conocido que el Instituto Fraunhofer abrirá una sede en Barcelona. Si es un logro o no a largo plazo está por ver, porque esto debilita a los centros tecnológicos locales, sin duda. El proyecto tendrá 7 años a gastos pagados 100% del erario público, sin financiación privada.
El ministerio de Ciencia, en lugar de articular la Innovación para que funcione, al modo que quiera, hemos compartido tres, el alemán, el francés (CEA) o el inglés (tipo Imperial College), publica el logro de que, pagando nosotros el 100%, el Fraunhofer venga a Barcelona, al polo más potente en Farma y Biomedicina del Sur de Europa.
¿Veremos empresas alemanas poniendo en práctica lo que aquí se desarrolle? Enhorabuena a los premiados, pero no era exactamente esto lo que queríamos. Además, dice que es el primero, es decir, que puede haber más y que, por tanto, en más lugares habrá pesca de proyectos, ideas y oportunidades que convertirán ciencia en investigación aplicada a la industria para empresas ¿de dónde? Seguimos haciendo la casa por el tejado.
Lo primero es el tejido empresarial y las empresas en el centro. En lugar de reformar el CSIC, crear nuestro Fraunhofer y eliminar la fragmentación para que la investigación aplicada se convierta en innovación en las empresas españolas nos traemos al Fraunhofer y ¿dejamos todo lo demás igual? Y mientras, en Andalucía, las migas como mucho. No era esto.