En plena pandemia, hace ya cuatro años, trabajamos en varios foros, FEI, Indi+I, Ametic, para compilar información, diagnosticar la situación de nuestra industria y evidenciar carencias estratégicas que habían dejado a Europa y a España desnudas ante el espejo.

La falta de múltiples capacidades produjo miles de muertes evitables, sobrecostes elevadísimos y la siempre abominable picaresca de los que medran de la escasez y la información privilegiada o las influencias.

Casi todo el mundo, se percibió así, desnudo ante el espejo, y la UE y los Gobiernos de los estados miembros tomaron medidas en varios campos. Uno de ellos los semiconductores.

En aquellos días, un colega industrial cuya familia tiene, como tantas otras de moda, un “Family Office” me pidió una reunión con su director de inversiones. Querían saber cuál era mi visión sobre la industria de los semiconductores y si tenía sentido invertir en Samsung.

Le enseñé que la industria era cíclica pero que esos ciclos cada vez eran menos acusados por la confluencia de sectores que eran usuarios de la misma y por el enorme peso que iba a tener de manera sostenida la computación en la nube y on-premises ligada a la inteligencia artificial.

Les animé a hacerlo y a mantener una posición al menos a 3 años. Desconozco cuánto invirtieron, pero, esta semana, Samsung Electronics, líder mundial en la fabricación de chips de memoria, informó de beneficios récord en el segundo trimestre de 2024. La cifra preliminar de 7,5 billones de dólares representa un aumento de ¡15 veces! respecto al mismo periodo del año anterior. Este incremento se debe en gran parte al auge de la inteligencia artificial, que ha disparado la demanda de los avanzados chips de memoria de Samsung. En navidades me suelen llegar botellas o delicatessen de amigos que han hecho un dinerillo con mis insights y me alegro. Pero el mérito es de ellos que corren los riesgos.

Que la inteligencia artificial requiere enormes cantidades de semiconductores en forma fundamentalmente de microprocesadores y memorias era evidente. Hay más cosas evidentes que a veces no vemos.

Esta semana hemos conocido un contrato de 1.300 millones de dólares del gobierno australiano con Amazon para construir tres centros de datos destinados a los servicios de defensa e inteligencia del país. El ministro de Defensa de Australia afirmó que Amazon proporcionará "tecnología de punta" que optimizará la capacidad de combate del ejército y generará 2.000 puestos de trabajo. Cabe destacar que, en 2021, Amazon firmó un acuerdo similar con Nueva Zelanda.

Estos anuncios, cuando los combinas con las reflexiones de Jose María Lasalle en Ciberleviatán, que es de 2019 y es de rabiosa actualidad o el último, Civilización Artificial, de este año, dan verdadero pánico.

Pero no hay duda de que la IA será una capa más en la cebolla del valor y que todos los sectores e industrias, desde la defensa, las comunicaciones, el agro, el manufacturing, la banca, todos, tendrán una capa adicional de IA que usará millones de chips y otras cositas que son el elefante en la habitación.

En este sentido, y siguiendo esa admirable capacidad de la industria americana para co-opetir, (colaborar y competir), esta semana hemos conocido también que un representante de Apple se incorpora este año a la junta directiva de OpenAI (en la que participa Microsoft) en calidad de observador. Según Bloomberg, este rol forma parte de un acuerdo establecido entre ambas compañías el mes pasado, que también permite la integración de ChatGPT, el producto estrella de OpenAI, en los dispositivos de Apple.

Cabe recordar que Microsoft obtuvo el año pasado un puesto similar sin derecho a voto en la junta directiva de OpenAI y que el CEO de la compañía, Sam Altman, fue defenestrado y rescatado por influencia de estos. Consciente de la necesidad exponencial de capacidad de computación, Altman empezó hace poco a plantear la necesidad de invertir billones de dólares en nuevos chips de potencias computacionales varios órdenes superiores.

Un ejemplo de las revoluciones que la tecnología, el big data y la IA aportan es la fintech Revolut, que registró otro récord, alcanzando los 545 millones de dólares en 2023 de beneficios. Sus ingresos casi se duplicaron con respecto a 2022, llegando a los 2.200 millones de dólares. Esperan que Revolut obtenga próximamente una licencia bancaria británica, lo que le permitiría ofrecer préstamos en el país.

Los bancos tradicionales quizá aun estén a tiempo de hacer lo que Apple y Microsoft han hecho con Open AI, al que ya no es fácil comprar. Alíense o déjense aplastar. Los bancos o se convierten en fintechs o perderán las economías de escala y el volumen dedicándose a captar valor en actividades de nicho y alto valor añadido en las que la experiencia, el trato personal y la confianza sea clave.

En todo esto, conscientes y sentando al máximo nivel a los responsables de Seguridad Nacional (poca broma), el gobierno estadounidense redobla esfuerzos para incentivar a los fabricantes de chips a expandir la producción avanzada dentro de sus fronteras. El 8 de abril anunció ayudas por valor de 6.600 millones de dólares a la empresa taiwanesa TSMC para la construcción de tres nuevas fábricas en Arizona. Una semana después, el 15 de abril, se comprometieron 6.400 millones de dólares para que la surcoreana Samsung (memorias, no hay puntada sin hilo, ¿les suena?) construya fábricas en Texas.

Estas acciones se enmarcan en la Ley de Chips y Ciencia de 2022, una política industrial dotada con 280.000 millones de dólares que promueve la creación de fábricas y la capacitación de personal especializado (talento, formar mucho, a muchos y pronto, ¿les suena?). Otro instrumento clave es la Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de 2022, un paquete de subsidios verdes por valor de 369.000 millones de dólares. Esta ley apoya la producción nacional de tecnología ecológica mediante créditos fiscales. ¿Recuerdan la carta de Luca de Meo, CEO de Renault?

Paralelamente, Estados Unidos mantiene aranceles elevados a los paneles solares y vehículos eléctricos chinos, del 14,25% y el 25% respectivamente. Europa esta semana se ha ratificado también en los aranceles y China ya está preparando su batería de medidas recíprocas. A pesar de estos esfuerzos, China sigue a la cabeza en tecnología verde. Longi es el mayor fabricante de paneles solares del mundo, CATL es el mayor fabricante de baterías y BYD, que lo tenemos hasta en la sopa con la Eurocopa, - atentos a los patrocinadores del partido España-Alemania, BYD, Aliexpres, CocaCola y Lidl, solo una empresa europea y de retail- ha superado a Tesla por el título del mayor fabricante mundial de vehículos eléctricos.

La primera víctima en la guerra tecnológica debía ser Huawei y sus redes 5G. Pero hoy, ya venden más y ganan más con sus tecnologías que antes de las sanciones. La administración Trump utilizó a esta compañía para perfeccionar los controles de exportación que ahora se aplican a China en su conjunto. Las sanciones han hecho a la industria china más capaz y resiliente. La pregunta es qué ocurrirá después de las elecciones estadounidenses de noviembre.

¿Y el Madrid qué? ¿Otra vez campeón de Europa? La misma matraca, el martillo pilón desde hace más de un lustro, me recuerda a los abuelillos del anuncio de la fabada Litoral.

Pues nosotros, un poquito con el síndrome del jardín del vecino, que siempre te parece que tiene los rosales y los geranios más bonitos que los tuyos, nos pusimos a ser como Francia y Alemania en los chips, y el resultado de ejecución es decepcionante. Algunas empresas han recibido, muy mermadas en comparación con las industrias europas, ayudas. Esta semana hemos visto al ministro Hereu en la empresa KD, visitando las instalaciones. Han obtenido, una ayuda de los IPCEI que tanto defendimos, para impulsar su capacidad de packaging de dispositivos que permiten llevar las comunicaciones ópticas a los vehículos.

Los SDVs con sus supercomputadores y sus sistemas ADAS con radares, lidar, múltiples cámaras, comunicaciones en múltiples bandas y de alta velocidad, y baja latencia necesitan mover enormes cantidades de datos. La tecnología de KD es pionera y puntera. Ojalá esta aportación, les ayude a una introducción rápida en los mercados globales, ya que estas tecnologías o son adoptadas masivamente o compiten con otras, que no siendo necesariamente mejores acaban ganando por la economía de escala. Recuerden el Beta y el VHS, no ganó el mejor.

Necesitamos hipervitaminar a nuestros campeones para que tengan éxito, sobre todo comercial, que es lo que tira de todo lo demás. Sobre un análisis comparativo de cómo es el incentivo que han obtenido, y como compara con los competidores europeos, americanos y chinos de KD que también tienen paquetes de incentivos, haremos un especial porque, a veces, más que un incentivo, las condiciones de las ayudas parecen muy poco competitivas en el necesario análisis de política industrial comparada. Nuestros modelos son del siglo XX y no valen para esa Civilización Artificial. Lean la entrevista a Mazzucato en La Vanguardia la pasada semana. ¿Habrían despegado los proyectos de Elon Musk, de lanzadores y satélites sin los contratos de Nasa? Pues eso, comparen.

Hablemos ahora un poco del elefante en la habitación. Si visitan un supercomputador, o un centro de computación de un Hyperscaler, lo evidente y enorme, no son los chips, es todo lo demás: Energía y su tecnología.

Un porcentaje muy importante del coste de estos centros es la parte energética y la mayor parte de sus costes operacionales son la energía.

Repsol anuncio recientemente un acuerdo con Microsoft para suministrar energía renovable a los centros de computación que instalará en España.

Atentos que España es uno de los países donde se dan factores de competitividad importantes, producción de renovables y buenas posibilidades de albergar data centers y supercomputadores próximos. Muchas veces se habla del potencial de países del norte de África, pero allí no hay las redes de fibra ni la demanda de computación. Deben estar próximos para no gastar en transporte eléctrico o transporte de datos de más. Por eso las calzadas romanas y sus cruces siguen siendo los ejes de las comunicaciones digitales y Aragón, por ejemplo, o Antequera, por hablar de lo mío, constituyen oportunidades de computar masivamente a costes bajos y sin huella de carbono. Aquí converge la IA las redes de comunicación, la energía renovable y la competitividad de las industrias porque, si la IA será una capa más para todas, mejor tenerla a los menores costes posibles para que toda la economía se beneficie.

Pero hay otro elefante en la habitación lleno de campeones ocultos españoles y europeos que no tienen ni Perte, ni plan especial y que pueden ser una enorme industria. Se trata de la electrónica de potencia. Esa que convierte la energía y que no trata con datos a pequeños voltajes y pequeñas corrientes, sino que maneja miles de voltios y amperios.

Los chips de IA necesitan cada vez más potencia a cada vez tensiones más bajas y corrientes más elevadas. La tendencia es a miles de vatios por chip a tensiones por debajo del voltio y a corrientes de pico de miles de amperios. Multipliquen Vds. esto por millones de chips computando en todo el mundo. Es un tsunami de consumo energético y de tecnología de electrónica de potencia que puede reducir los pasos de conversión, antes de HV a MV, de MV a LV y de LV a 48VDC y luego a 12VDC y luego a 3-5V y finalmente junto al Chip a 1 o 0.8VDC.

La tecnología de electrónica de potencia ha ido mejorando la eficiencia y los rendimientos de estos procesos, eliminando también pasos de conversión. Tenemos a 6 manzanas de mi casa Monolitic MPS, uno de los equipos de diseño de semiconductores para electrónica de potencia más cualificados del mundo.

Cada uno de esos pasos de conversión tiene campeones en España, en las tensiones altas, Velatia, Ormazabal, Ingeteam, en sistemas y armarios rectificadores, Zigor, Premium, en centros tecnológicos de primer nivel CIRCE, Tecnalia, Eurecat, en grandes sistemas de almacenamiento e inversores, Power Electronics Valencia, en SAI’s, Salicru. Tenemos algunos de los grupos de investigación en topologías de power electronics más punteros del mundo, es particular destacan los vinculados al CEI, Centro de Electrónica Industrial de Madrid, que nace en parte de la tracción de programas espaciales y de defensa hace años.

En power electronics para Smart grids y renovables también tenemos una larga lista, algunos comunes, y en la ola de la electrificación del trasporte tenemos a Circontrol, Orbis, Simon, Floox, Vega, Selva, Wallbox, Ingeteam, Power Electronics… Mimémoslos.

Tener los geranios del vecino está bien. Te los compras en el mismo vivero y les pones el mismo fertilizante, los riegas igual y debería funcionar. No es eso lo que hacemos. Cogemos otros geranios, otros fertilizantes, regamos distinto, todos con herramientas del siglo XX y nos sale lo que nos sale. Ojalá salga bien.

Por otra parte, esas lavandas, robustas que nos salen fuertes cada año, con poca agua, en el suelo que tenemos y regando de tarde en tarde, no las mimamos. Mimemos y potenciemos lo que en nuestro jardín hay de bueno que, casualmente, es una parte clave del capex y del opex de la IA. Si no lo hacemos, nuestros campeones perderán escala relativa y alguien vendrá un día de compras a por ellos, su know how, su fondo de comercio y echaran la persiana. El momento es ahora.