Hoy quiero contaros la experiencia que están viviendo un grupo de 19 jóvenes en Calcuta. Después de conversar con algunos de ellos siento que cada día más aquel lugar me atrae, me llama a gritos y al que sin lugar a dudas iré.

Veintitantos años de edad, trabajo, vida más o menos estable y deciden ocupar sus vacaciones en encontrar el camino de su Alma. Entre ellos, mi hija y mis sobrinos, jóvenes con una educación en el cristianismo más o menos conservadora. Colegios católicos, eucaristía dominical, sacramentos, confesiones, etc.

Eso, quizás, da igual, todos con inquietudes, crisis de fe o búsqueda de la verdad. De la de cada uno de ellos, porque la verdad absoluta solo habita en cada uno de nosotros. 

Ha sido una experiencia dura tío Andrés, allí me acordaba mucho de ti y de tus abrazos, solo el contacto físico a personas ciegas, sordas, mudas o con malformaciones era suficiente para que sintieran el calor de un corazón amoroso.

Levantarse a las 5.00 de la madrugada, asistir a la misa y trasladarse durante cinco horas, en bus o tren hasta centros de tuberculosos, moribundos o desahuciados era el día a día. Miedos a enfermedades, ratas, cada día pollo como comida o dolores de estómago que fuimos pasando todos. Se podía sonreír solo a través de la oración, de la comunión con Dios.

Las calles abarrotadas de personas, incluidos niños que morían allí mismo, los tapaban y esperaban a que alguien los retirase, moribundos a los que le salían gusanos de su cuerpo hasta que morían ante nosotros y que lo único que deseaban era una mano que cogiera las suyas para no sentir la soledad de la muerte.

Entonces me preguntaba, ¿Dónde está Jesuha en mi vida diaria?

Lo tengo absolutamente todo y hoy me doy cuenta de que vivo rodeada de mentiras, que ese Jesuha del que me hablaron no está en instituciones ni templos ni en imágenes a las que venerar.

He conocido a Jesuha en cada una de esas personas con las que he compartido estas semanas, en sus miradas, en sus sonrisas, en sus lágrimas, en sus cantos y bailes, en las Hermanas bendecidas por la Madre Teresa de Calcuta, en sus enseñanzas, entrega, generosidad y desprendimiento de todo lo material a cada paso que daban.

Como Él, subido en un monte con una túnica, hablando desde el alma, tocando con tanto amor y dando a los demás lo que ni siquiera tenía. Morir en la Cruz no fue un sacrificio, fue su último acto de generosidad como ejemplo de Verdad Absoluta frente a la mentira más poderosa que mantiene el ser humano “EL EGO”.

La incondicionalidad de su vida y su muerte “sin morir” es el camino de todo ser creado por Dios, ser sus siervos aquí en la tierra y ejemplo como lo han sido tantos y tantas que nos antecedieron.

Dios es en ti y Jesuha es el ejemplo a seguir.

Este grupo de jóvenes solo sigue su ejemplo, por eso lo ven en cada momento que la vida les brinda, por eso a su vuelta tendremos entre nosotros a 19 Jesuhas más que harán de este mundo un lugar mejor, nos contaran vivencias, experiencias, risas y llantos juntos que fortalecieron su corazón para poder sonreír ante lo inimaginable, para que como yo, que cada día sonrío la muerte de niños en la fundación y agradezco que se me permita ser presente en esos momentos donde todo parece ilógico y sobre todo doloroso ellos puedan agradecer ser tan presentes en la vida de los más necesitados.

Llegar de nuevo a tu falsa realidad después de lo vivido te hace replantearte muchas …………, comienzas a ver en tu entorno más mentiras que verdades y te desengañas de muchas de las cosas que te contaron o te invitaron a vivir.

Aquellos patrones de buena conducta, educación y saber estar se desvanecen cuando tras el velo que te colocaron puedes ver otra realidad, tan verdad que hace que te arranques ese velo y la mires de frente, te empapes de ella y la vivas como la mejor experiencia de tu vida.

Comienzas tu misión de vida, curiosamente siempre me encanto esta frase “todos tenemos un Dios en nuestro interior que lo despierta el sufrimiento”.

Ese Dios siempre ha estado en ti, no necesitas experimentar sufrimientos para expandirlo por donde quieras que camines, pero somos tan ignorantes que no aprendemos.

En esta preciosa escuela de la Vida las lecciones son siempre preciosas y no dramáticas ni dolorosas, solo que de lo bonito no aprendemos, no crecemos en bondad y sobre todo en amor, interpretamos la felicidad erróneamente a base de momentos en los que conseguimos sobre todo aquellas necesidades creadas desde el ego, la envidia o las ansias de poder o simplemente cuando aparentemente la vida sonríe.

Te diré algo, la Vida solo sabe Sonreír, eres tu quien no ve esa sonrisa que cada día te dedica y te ofrece la posibilidad de contagiarte de ella para sonreír sin parar.

Ayer colgué un post que decía “De tanto llorar se me dibuja la sonrisa que tengo”.

Qué pena tener que llorar para poder sonreír en un dibujo ficticio de labios sonrientes que muestran una mentira inmensa.

Las sonrisas con las que os habéis cruzado en Calcuta, eran dibujadas desde un amor y gratitud infinitas a cada uno de vosotros por el mero hecho de coger sus manos, abrazarlos y bailar con ellos. Personas que como nosotros mueren en las calles rodeados de suciedad, miseria y soledad y aun así SONRIEN. Llevan sonriendo tanto tiempo que sus lágrimas solo os mostraban su agradecimiento y su inmenso corazón latiendo llenito de amor.

Hoy agradezco a mi hija, a mis sobrinos y todos los que han compartido camino sus enseñanzas, su valentía y su entrega. Ojalá algún día pueda compartir con vosotros parte de mi camino hacia la diestra del Padre. Gracias chicos y chicas………………sois mi EJEMPLO DE VIDA.