Un sector en auge, ante eso nos encontramos. Experimentamos un aumento de la inversión en energías renovables a escala regional y global, lo que refleja una transformación energética de dimensiones históricas. Pero este fenómeno también conlleva grandes desafíos en infraestructura y financiación.
A nivel mundial, en 2023 las adiciones a la capacidad de energías renovables alcanzaron un incremento del 30 %, sumando 473 GW. China lidera este cambio, con una cifra récord de 230 GW instalados, mientras que regiones como la Unión Europea avanzan hacia un futuro energético más limpio, alcanzando un 45,2 % de energía renovable.
España se ha consolidado como un actor clave en la transición energética de Europa. En 2023, nuestro país, España, ocupa la posición doce en cobertura de generación realizada con renovables, siendo el séptimo país en cobertura con energía eólica y el tercero en solar, calculadas ambas sobre el total de la producción de energía eléctrica entre los países de ENTSO-E (Red Europea de Gestores de Redes de Transporte de Electricidad).
Asimismo, ocupa el segundo lugar a nivel mundial -solo por detrás de Alemania- en acuerdos de compraventa de energía (PPA) para empresas, con 4,67 GW en acuerdos firmados durante el año 2023, lo que supuso el 28 % de la cuota europea de estos contratos. En regiones como Andalucía, el impulso en energía renovable también es evidente: para este 2024, se estima que el 61 % de la potencia instalada provenga de fuentes renovables, con un crecimiento importante en energía fotovoltaica y eólica, las cuales sumaron 1.605 MW en 2023.
Crecimiento impresionante, infraestructura… no tanto
Sin embargo, esta tendencia positiva se enfrenta a retos importantes. La falta de inversión en infraestructura, particularmente en la red de transporte eléctrico, amenaza con frenar el crecimiento de las renovables. El actual gobierno andaluz, por ejemplo, ha solicitado mayores inversiones en este sentido para sostener su ambicioso objetivo de alcanzar el 75 % de la demanda eléctrica cubierta por fuentes renovables al final de la legislatura.
Este escenario plantea una paradoja: mientras las cifras de crecimiento en renovables son impresionantes, la infraestructura no siempre acompaña este dinamismo. Andalucía, una región que aspira a ser líder en la transición energética de Europa gracias a su privilegiado clima, debe superar barreras logísticas y estructurales para consolidar su posición en el futuro verde del continente. Movilizar los 12.000 millones de los que hablaba el consejero de Política Industrial y Energía, Jorge Paradela, en inversiones, junto con una mejora significativa en la red eléctrica, será esencial para lograr las metas.
Por si fuera poco, a la falta de liquidez de algunas empresas y/o proyectos se le suma la obligación de tener que construir obligatoriamente en 24 meses, lo que obliga -valga la redundancia- a los inversores a buscar financiación alternativa para poder ejecutar sus proyectos. Estamos hablando de que el coste de instalación por megavatio en España y Andalucía de una planta fotovoltaica a gran escala, en términos generales, suele estar en un rango de 600.000 a un millón de euros por MW.
La paradoja, como vemos, es clara: mientras el crecimiento de las renovables es una apuesta mundial y motor de cambio positivo, la falta de inversión en infraestructuras, la dificultad de acceso a financiación por los tipos de interés altos (a pesar de la bajada de los últimos meses) y los precios de la energía, por debajo de lo estimado para la rentabilidad de estas instalaciones, son elementos a tener en consideración.
Financiación alternativa: una solución necesaria
En este escenario, hace falta proveer de soluciones de financiación alternativa e imaginativa para muchos de estos proyectos que tienen la obligación de construirse en España en los próximos años, y que tienen más complicado cerrar PPAs y por tanto, tendrán que salir al mercado (riesgo merchant), siendo menos atractivos para que entre la banca tradicional.
En este sentido, firmas como STIG Market Finance se convierten en aliados fundamentales pues, a través de asesoramiento en captación de capital de gran capacidad (vía Project Finance, Bridge Finance, préstamos corporativos, facilidades de circulante, renting/leasing, etc.), ayudan a las empresas promotoras a garantizar la viabilidad de sus proyectos de energías renovables.
Insisto: aunque las cifras de crecimiento de las energías renovables en España y Andalucía son alentadoras, la falta de inversión en infraestructura pone en riesgo el cumplimiento de los objetivos climáticos y energéticos establecidos, afectando a la competitividad de la región y también a su capacidad de atraer nuevas inversiones y posicionarse como un referente global en energías limpias. Contar con alternativas privadas para afrontar los desafíos financieros a los que se enfrentan estos proyectos se convierte, pues, en una necesidad para que la rentabilidad de los mismos siga siendo atractiva a pesar de posibles caídas de precios e incremento de costes.
Joaquín Palma López es socio fundador de Grupo STIG