La economía de Corea del Sur depende mucho de sus campeones. Hyundai y Samsung, a la cabeza, están notando mucho la situación de la industria del automóvil mundial, la de los bienes de consumo y las de los semiconductores. ¿Los semiconductores? Sí, los semiconductores. ¿Pero no hacen falta muchos? Pues de unos más y de otros menos. Ya hace un tiempo que anunciamos que acabaríamos comiendo tortillas de chips si se siguen construyendo foundries.

Desde nuestra perspectiva, creciendo al 3% con un paro del 10-12% , que es mucho pero nuestro paro estructural es el que es, con el inmobiliario, que es la base fundamental de las garantías bancarias, subiendo y, por tanto, con el dinero fluyendo, con los tipos bajando y hasta con un euro más barato que, aunque nos encarece el petróleo (incentivo para seguir descarbonizando) nos favorece las exportaciones y hace nuestro país más atractivo para los turistas de fuera del euro, que aunque no son la mayoría, son los que gastan más por día de estancia, pues ni tan mal.

Pero resulta que Alemania no solo tiene medio gripada su industria sino, lo que es peor, su estabilidad política y gobernanza con una coalición que salta por los aires. Otra vez los liberales incapaces de hacer cuando tocan poder lo que prometen desde el banquillo, elecciones a la vuelta de la esquina y sin una estrategia clara.

Los socialistas no suman ni tienen liderazgo claro, las memorias de Merkel, un tocho que me guardo para las Navidades por su volumen, coinciden con una revisión tan crítica como necesaria de las políticas de Merkel que fueron tan cortoplacistas que dejaron a la industria automovilística, líder mundial cuando ella entró, sin reconvertir, la industria química huyendo a donde la energía sea barata.

La industria de defensa sin el necesario impulso para ponerse al 2 y 3% del PIB, sumar a lo que quieran, la OTAN, una defensa europea autónoma, o simplemente la defensa de Alemania y sus aliados, sus aéreas de interés económico estratégico que ella impulsó hacia el Este, confiando en que el tío Sam le guardaba las espaldas mientras ella ganaba mercado y mano de obra barata para seguir haciendo competitiva en promedio a su industria.

Para muestra un botón. La nitrocelulosa de alta energía, de alto contenido en nitrógeno, es el principal componente del combustible de cohetes, misiles… Se usa profusamente en la industria de defensa, en explosivos y munición para hacer pólvora sin humo. Había 3 o 4 plantas en el mundo. ¿Quiénes tenían? Alemania, China, Brasil, República Checa y Rusia.

Pues la BASF vendió hace años su planta de nitrocelulosa. No era rentable. Claro. Cuando solo piensas en términos económicos, lo estratégico no da de comer. Sin una clara política industrial, que contemplara la industria de defensa, seguridad y emergencias, nadie dio la menor importancia a este negocio que lo iban metiendo en la vertical de pinturas, coatings y otros comodities. Al fin y al cabo, la nitrocelulosa se usa como espesante en pinturas y en una Europa pacifista con su defensa subcontratada a EE. UU. no se vendía un clavo.

De automóvil tengo ejemplos para aburrir. La pasada semana hablamos con altos directivos de uno de los mayores tier 1 del mundo. No percibo sentido de urgencia. Veo la industria convencional como la banda del Titanic mientras nuestras calles se llenan de BYD`s.

Las memorias de Samsung no son tan rápidas como las de su competidor más cercano con lo que NVIDIA, que es el que tira con sus GPU’s para IA de la demanda, no les compra. Para colmo, al presidente coreano, en un delirio, se le ocurre intentar una suerte de golpe declarando por unas horas la ley marcial y enfrentando ahora un proceso de impeachment.

En Siria, como suele pasar cuando los conflictos se intentan resolver a bombazos, los islamistas, en un magnífico momento para ellos, con Irán, Rusia, Israel, Turquía con otras preocupaciones y una Siria inestable en la que ya casi nadie quiere El Assad allí, pero a pocos conviene el lío se abre otra espita.

En un momento de cambio de presidencia en EE. UU. en el que aquellos que ambicionan los recursos de los sirios, o los pasos estratégicos que hay de los oleoductos, gasoductos. Las pseudo-autonomías kurdas cada vez más consolidadas… Decía en Hora 25 en la SER Juan Manuel de Prada, que el ISIS es la CIA con chilaba. En fin, follow the money and the oil.

Francia, con la prima de riesgo por encima de los países del sur de Europa, con una inestabilidad, por unas elecciones legislativas provocadas por un presidente que jugó irresponsablemente a la ruleta emulando la jugada de Pedro Sánchezz tras las municipales, pero sin entender que a los liberales el viento les sopla distinto que a Sánchez. ¿Recuerdan a Albert Rivera? A Macron se le está poniendo la misma cara.

Hoy hago caso a Tavares de Stellantis y monto un lío con China fastidiando a Alemania y España y sus exportaciones de automóviles y al final, Tavares, presionado por la debacle que ha provocado en su casa, ha dimitido la semana pasada. El ejecutivo mejor pagado del sector monta un lío, su país le apoya y se va a casa con el riñón bien cubierto y la industria europea en problemas sin unidad de acción de Francia y Alemania.

No me extraña que entre Macron y Scholz no pasara la corriente, pero el resultado lo pagaremos todos. Se busca candidato a CEO de Stellantis, Luca de Meo ya está preparándose según suena por ahí. Si te va bien triunfas y si no te forras. El problema es que de Meo es un hijo de la misma industria que hay que reinventar. Miren a Microsoft o a Nvidia y a quienes lo lideran. ¿Recuerdan a Elop? Hoy Satya Nadella le ha dado la vuelta de tal forma que nadie recuerda los gatillazos con Nokia.

Solo falta un golpecito de gracia con el acuerdo con Mercosur para que los agricultores franceses y luego por simpatía, y una pizca de ayuda de la ultraderecha nacionalista europea, se propague el populismo dando la clara mayoría a Le Pen y llenando de tractores la Castellana, los Campos Eliseos y la Avenida Montgomery.

Europa persevera en sus errores, dedica una gran parte del presupuesto comunitario al campo, la PAC, que supone una muy pequeña parte del PIB, mientras alimenta a un yonqui. No se puede hablar de soberanía alimentaria y abrir al libre mercado con Mercosur, los ganaderos franceses tendrán que competir con los brasileños. Ni por escala de extensiones, ni por regulación, ni por costes del suelo, ni por cargas impositivas y regulatorias ni por costes laborales podrán competir. Es evidente. Habrá que articular mecanismos que permitan que nuestros campos estén poblados, habitados, cuidados y productivos. Nada es más estratégico que el pan. Ahí esté el informa Draghi. Los Think Tanks, que deberían haberlo hecho, vienen tarde a analizarlo. El mundo al revés.

Como son una parte pequeña del PIB, hay que destinarles algún recurso que se obtenga de las plusvalías que otros sectores, como las constructoras, los bancos, las energéticas, las ingenierías y otros que van a mejorar sus exportaciones a Mercosur producirán. No nos olvidemos de los chascos de Mercosur. ¿Recuerdan Vaca Muerta? ¿Recuerdan YPF? ¿Cuánto tiempo duraran en el club y el club mismo con Lula y Milei en él? Agua y aceite. No incendiemos el campo sin asegurar que tenemos plusvalías y las repartimos bien para no crear rednecks, perjudicados de la globalización que ahora votan a Trump y quienes les dan voz y les prometen mejoras.

Con los cambios que anuncia Trump, la situación de China que no levanta el vuelo, el impacto en Corea que puede acabar prendiendo en otras economías del sudeste asiático, la situación en Palestina y Líbano, el fuego que se aviva en Siria, la guerra de baja intensidad de Irán e Israel, la guerra de Ucrania, Francia y Alemania inestables sin gobernanza fácil a la vista y las elecciones en Rumanía suspendidas por el Supremo por una injerencia extranjera, que cuando durante décadas la practicaron otros, muy burdamente en Asia y Sudamérica y sutilmente en medio mundo, no pasaba nada, tenemos que pensar que nuestra situación es frágil, privilegiada y debiéramos aprovecharla, reforzarla, apuntarla para que ese acuerdo con Mercosur nos ayude, para que los chinos que quieren hacer fabricas vengan, para que el turismo low cost se cambie por uno de menos volumen y más calidad, para que nuestros agricultores no sufran los costes del progresos de todos. La receta es la de siempre, lo siento, pactos de estado, Innovación, Reindustrialización, Formación.

Nuestros nuevos retrocesos en PISA no ayudan. La universidad pública no va bien. La privada no es la UAX o la Europea, es Deusto, Icade, Esade, Loyola, ESIC, Iese, IE y muchas otras que llevan décadas también. Hemos avanzado en inversión en I+D +I, pero hay que duplicarla. Un campo evidente es la seguridad, la defensa y las emergencias. Algo que por desgracia, ya hemos tenido que usar y que en sus versiones ciber (ciberdefensa, ciberserguridad,…), podemos liderar.

No nos despistemos. El mundo está en un reparto de cartas sobre el control del poder y los recursos. Nuestro poder es soft, y el vínculo hispanoamericano es una mina para ambos lados del Atlántico. Creemos valor juntos sin que sufra nuestro campo y los que cada día se levantan mirando al cielo, el precio del gasoil y la cosecha. Seamos la despensa de Europa con una política de agua, energía y apoyo a la tecnología y la innovación en el campo que les devuelva la confianza.