Hace un par de meses el redactor jefe de El Español de Málaga, Sebastián Sánchez, dedicaba uno de sus artículos a destacar la fortaleza de la calle Larios como gran eje comercial de Málaga. La arteria principal y más célebre de Málaga, de elegante arquitectura y ambiente animado, está llegando a requerir 345 euros por metro cuadrado mensual.

Esta localización es uno de los secretos del éxito de Joyería Marcos, un negocio familiar con más de 80 años de historia y en tercera generación, que ha sabido conjugar tradición y digitalización. Evidentemente, tener una tienda en calle Larios es un activo único y difícil de imitar, que proporciona a Joyería Marcos una ventaja competitiva significativa, dado que por ella transitan cada día más de 10.000 personas.

Asimismo, no es casual la localización de la principal factoría de producción de Galletas Guñón -empresa familiar de más de 130 años- en Aguilar de Campoo, tierra especialmente aventajada, en cuanto a condiciones de sol, agua y calidad del terreno, para el crecimiento del cereal.

Tener asegurado un acceso rápido a la producción de su principal materia prima, así como su política de calidad, innovación y desarrollo, e internacionalización, han hecho posible que esta empresa integrada en la fundación CRE100DO sea una de las principales generadoras de empleo de la comarca de la Montaña Palentina, con más de 2.000 puestos de trabajo directos.

Algunas empresas familiares, a lo largo de los años, pueden haber establecido unas instalaciones, maquinarias de producción y capacidad difíciles de copiar por la competencia.

Se me viene a la mente el trabajo hecho por Mayoral, empresa familiar malagueña que está entre la tercera y la cuarta generación. Ha invertido en los últimos años 120 millones de euros en terrenos, software y automatización, y ha creado un centro logístico de 15.000 metros cuadrados de planta, capaz de gestionar con la automatización adecuada, 250.000 prendas al día. Dichos activos se han convertido en una referencia, de tal forma que personal de grandes multinacionales de la moda han venido a comprobar in situ su eficiencia.

Ya sea a través de una localización comercial privilegiada, de un acceso a materia prima de calidad en condiciones ventajosas, o mediante unas instalaciones que incorporan la última tecnología, las empresas familiares pueden gozar a través de activos físicos de ventajas competitivas.

Ciertamente, deben estar atentas a los cambios económicos, políticos y medioambientales, para reaccionar rápido a los cambios en un entorno exigente, y evitar que lo que fue un activo único se pueda llegar a convertir en un lastre. La experiencia es un grado, pero no hay que dormirse. Empresa + Familia = Bienestar social.