Éramos unos enanos, quizá 13 o 14 años, y nos fascinaban los chicos mayores que venían con la moda de donde nosotros no habíamos ido. Llegaron algunos haciendo bailes raros y quiebros con las Nike Jordan, el Break Dance, llegaban a nuestras calles y todos estábamos en el suelo intentando giros y movimientos imposibles con un radiocasete portátil que se chupaba las pilas a gran velocidad.

Camarero sírvame el mejor bourbon de Texas, …brindaremos porque ayer nos separó ella y hoy nos une esta botella… Beberemos hasta que salga el sol… Llegaban otros colegas, los Rockabillies con sus patillas y sus flequillos. Cuando brille el sol, Olvídate de mí. Si eras normal, y seguías vistiendo como le gustaba a tu madre, de domingo, eras un carca o un pijo. Nadie quedaba sin etiqueta. Cuando íbamos a Gibraltar, Ceuta, Melilla, Canarias, veníamos todos con los 501. Los primeros que llegaban a los 18 y podían comprarse una moto eclipsaban a todos. La Harley era el icono. Los moteros, con sus camisetas negras con motivaciones heavy metal, los chalecos de cuero negros, las botas puntiagudas…. Mi socio Pascual lleva una joya que perteneció a su padre, bombero. La Harley era un icono de libertad.

Ahora lo miro y me muero de risa y de pena. Nos habían lavado el cerebro, música, ropa, motos, la manera de bailar, las pelis, desde Grease a Oficial y Caballero. Venía un marine de Rota con su Mustang al pueblo y todos corriendo a verlo. Mucho Hollywood, y papilla cultural angloamericana por Los 40 principales, nos faltaba celebrar el 4 de Julio y Acción de Gracias. Halloween ya, si no lo celebras, eres un aburrido.

Los buenos eran los americanos y nostros íbamos con los buenos. En “Sábado Tarde” el Séptimo de Caballería exterminaba indios y nosotros queríamos ser John Wayne. El logro cultural en apenas una generación había sido sublime. Disney hasta en la sopa. De ser profundamente antinorteamericanos después de que nos robaran Cuba, Puerto Rico y Filipinas, nos mataran a miles de jóvenes y posteriormente exterminaran a más de un millón de españoles, especialmente filipinos, habían cambiado la mentalidad de nuestra generación. No la de nuestros abuelos, hijos de la generación del 98.

Meterse en la OTAN no le motivaba mucho a De Gaulle. Tampoco a Franco, ni a Carrero Blanco, ni a Suárez, que le costó el puesto. En 1966, el presidente francés Charles de Gaulle decidió retirar a Francia del mando militar integrado de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Esta decisión buscaba reforzar la independencia militar de Francia y su soberanía nacional. Francia continuó siendo miembro de la OTAN, pero con una participación reducida en las estructuras militares de la alianza. ​

Esta medida reflejaba la preocupación de De Gaulle por la preeminencia de Estados Unidos en la OTAN (en 1966, atentos ahora a Macron) y su deseo de establecer una defensa independiente para Francia. A lo largo de los años, la relación de Francia con la OTAN ha evolucionado, y en 2009, bajo la presidencia de Nicolas Sarkozy, Francia se reintegró plenamente en la estructura militar de la OTAN.

El precio lo pagó Libia y Gadafi. El 19 de marzo de 2011 ya estaban machacando Libia, al alimón los franceses y la OTAN (ya no eran aqueménidas, ni peligrosos bolcheviques, el enemigo eran los peligrosos libios). El hecho es que Estados Unidos y Francia querían eliminar a Muammar el-Kadhafi antes de que ‎el líder libio utilizara las reservas de oro de su país para crear una moneda panafricana como ‎alternativa al dólar estadounidense y al franco CFA (la moneda que Francia impone desde 1945 a 14 de sus antiguas colonias africanas). ‎ Rusos, chinos y americanos se han encargado de dar la estocada al Franco CFA y las excolonias francesas se están emancipando. Y ya sólo faltaba hacer que Alemania aflojara.

Han pasado casi 60 años y la UE, en lugar de trabajar en su soberanía y autonomía estratégica, ha ido cayendo cada vez más en las manos de una potencia que no es solo decadente sino que arrastrará a muchos en su caída. ¿Recuerdan la liga de Delos?

En el siglo V antes de Cristo, las ciudades griegas estaban amenazadas por los aqueménidas (persas), los rusos bolcheviques del momento. Pero la sede de la liga se trasladó de la isla de Delos a Atenas, la ciudad más fuerte de la liga que se acabó quedando con los fondos para sus propios intereses (¿les suena?). Hacia el 431 a. C., la amenaza que la Liga representaba para la hegemonía espartana, combinada con el control de la Liga Délica por parte de Atenas, provocó el estallido de la guerra del Peloponeso. La alianza de más de 300 ciudades dentro de la Liga acabaría siendo tan dominada por Atenas que, de hecho, se convirtió en el imperio ateniense. Atenas se volvió cada vez más agresiva en su control de la alianza y, en ocasiones, obligó a los miembros por medio de la fuerza militar y el tributo continuo en forma de dinero, barcos o materiales. ¿Les suena? El resto se lo dejamos a Tucídides, que lo cuenta muy bien. Esparta vs Atenas, una guerra "mundial" al menos de todo el Mediterráneo.

Hoy, de repente, nos caemos del caballo y ponemos aranceles al Bourbon, los Levis y a las Harleys. Les llaman aranceles inteligentes. Yo me parto de la risa. Algunos no nos dejamos flequillo ni patillas ni nos tiramos al suelo a bailar brake dance. Camisa de mil rayas azul y blanca con jersey de pura lana virgen de cuello a la caja y náuticos runners de invierno. Qué le vamos a hacer. Nos hacía más tilín Mediana Azahara, Los Planetas, el flamenco ligerito, La Leyenda del tiempo, Ketama, Rosendo, Tequila y hasta el concierto de Aranjuez que nos ponían en clase de plástica. Nuestro Bruce Springsteen era un señor pequeñito de Granada que había puesto letra al himno de la alegría. No entendíamos por qué España tenía que entrar en la OTAN y admirábamos a un maestro de Córdoba que repetía programa, programa, programa…. Curiosamente lo mismo que un joven abogado de Roma hizo hacia el 60 antes de Cristo, se llamaba también Julio y no había quien lo derrotara en las urnas, no aceptó dinero para retirarse, le mandaron a Pompeyo y lo derrotó. Solo las decenas de puñaladas de los que perdonó en la guerra civil le pararon.

Todos en Europa con un móvil en el bolsillo, algunos con dos, fabricados por multinacionales americanas, coreanas o chinas, todos usando sus sistemas operativos controlados por tres empresas en el mundo, todos usando los navegadores controlados por dos empresas en el mundo, todos usando las redes, los servidores, los data centers, controlados por tres empresas en el mundo (ninguna europea), la policía belga, que no debe dar abasto y me recuerda a los Hernández y Fernández de Tintín, registrando la sede de Huawei en Bruselas.

Pobres lobistas chinos, se les ve demasiado, tienen que aprender de los lobistas coreanos y sobre todo norteamericanos. Ya vimos este problema del coladero en El Gruyère europeo. Ponemos aranceles al 4 Roses y al Kentucky Whiskey mientras el 100% de las redes sociales que usamos y a las que tememos y regulamos son extrajeras. Menos Tik-Tok, el resto es norteamericano. ¿De verdad vamos a culpar al Jim Beam, el primer whiskey que probé de niño, a escondidas, de la botella que el padre de mi mejor amigo sacó del economato de la base norteamericana de Nürnberg? Hay más de 40 bases norteamericanas en Alemania, comprueben el mapa de voto a AFD y el de la distribución de bases. Son perfectamente complementarios.

El otro día una representación de Ametic visitó el parlamento europeo y se reunió con una eurodiputada. ¿Saben qué empresas iban? Dos multinacionales chinas representadas por unas educadísimas lobistas. No tuvieron pudor en hacerse la foto y ponerla en las RRSS para que viéramos la representación de la industria nacional.

Whisky y Harleys, pobres ángeles del infierno, moteros como varios buenos amigos. Estaría bien nuestra versión de “Abierto hasta el Amanecer” con nuestra versión ibérica de Salma Hayek, la pitón de plumas, el whiskey DYC y la moto europea, que las tenemos muy buenas aún. El Iphone que llevan en el bolsillo, eso no, el Samsung tampoco. Recuerdan que tuvimos móviles Alcatel, Siemens, Nokia, Ericsson, hasta buenos dispositivos españoles BQ o Vitelcom. Pero aquí, la guerra era a muerte porque para eso estaban la DG Comp de la UE, para impulsar la competencia en Europa y que no levantara cabeza nunca más. Competid hasta morir mientras vuestros adversarios en Corea, China o EE. UU ganan escala y os barran por completo. Del estándar GSM (europeo) pasamos al CDMA y al 4G y al imperio de Qualcomm con el 5G, y finalmente, con los EEUU muy enfadados y hasta deteniendo a la VP de Huawei llegó el imperio chino a vender a Europa sus móviles, de ellos cuelgan las redes de comunicación, los data centers y la famosa IA. Atentos a Xioami.

Todos los lobistas, que son chicos y chicas muy majos, muy educados, con buenas familias y apellidos largos, con relaciones y estudios en el extranjero, idiomas, amigos, y presupuesto para animar cualquier evento con un patrocinio oportuno, se han encargado de convencernos de que ellos son empresas de aquí, que crean empleo aquí, que son imprescindibles para la innovación, que pagan impuestos aquí y que si se les pone aranceles tendrán que despedir personal directo e indirecto y que la innovación (que supuestamente depende de ellos) se resentirá. Vamos, la patada a la escalera, de libro.

Además, tienen sedes en la mayoría de los países con resultados fiscales escuálidos porque les facturan IP, marca y “management fees” desde Irlanda, Luxemburgo, Holanda, Chipre, Malta o cualquiera de esos países de la UE que se dedican a vivir de los impuestos de los demás. Las Big Four les hacen unos estudios y reportes de “Transfer pricing” que los de Hacienda se quedan tiritando de lo bien justificado que está todo por los socios de fiscal que las firman. Un día fueron ellos inspectores, hoy en excedencia en las torres de Mordor en plena Castellana. Todo controlado. Tienen tanto morro que, en nuestra patronal, algunos están en el grupo de empresas medianas para pagar menos porque sus ingresos declarados en España son pírricos.

En el reporte a los accionistas del Q4 del 2024 de Microsoft reconocen: En los últimos años, se han propuesto múltiples iniciativas fiscales nacionales e internacionales para imponer mayores cargas fiscales a las grandes empresas multinacionales. Por ejemplo, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos continúa avanzando propuestas o directrices en materia de fiscalidad internacional, incluyendo el establecimiento de un impuesto mínimo global.

Según Deloitte, otros que con sus colegas de los Big 4, todos norteamericanos, habrá que mirarse lo que pagan y se llevan a los EE.UU, si las grandes multinacionales globales pagaran un mínimo del 15% de impuestos como propone el pilar 2 de la OCDE para el G20 se recaudarían 150.000 millones al año adicionales.

¿De verdad les preocupa el vino de Rioja y sus aranceles en EEUU? El chocolate del loro comparado con lo que le compramos a Meta, Amazon, Microsoft, Nvidia, Qualcomm…

Mientras me saboreo mi último Jack Daniels barato, me pregunto por qué no nos dejamos de aranceles tontos y nos ponemos a que paguen impuestos todas las multinacionales que operan en Europa en posiciones de oligopolio o monopolio. ¿Dónde están las autoridades de competencia aquí? ¿Una vez que no hay competencia made in Europe se arrugan? ¿De verdad los aranceles al zumo naranja de Florida van a ayudar a que nuestras industrias puedan competir mejor en el mercado único? Nadia Calviño quiso hacerlo en el Ecofin para el 2023 y le pararon los pies.

La economía no es ya tanto de cosas que se tocan. Es sobre todo de servicios e intangibles y aquí es donde los EE. UU. nos baten. Contraten servicios europeos en lugar de Big Four que les dan consejos cargados de veneno. Usen Le Chat o Athropic, las IA’s europeas. Hagan que paguen como todos las ETIs y Pymes. Defiendan nuestra industria. Pongan ahí el foco y dejen el Bourbon y los Levis tranquilos.