Todo fue una auténtica pesadilla. Lo que de inicio iba a ser una noche de feria y diversión para dos hermanas residentes en la localidad malagueña de Vélez-Málaga, finalizó con ambas en el hospital y con un parte de lesiones tras recibir presuntamente una brutal paliza por parte de un grupo de hombres.

Los hechos ocurrieron sobre las 5.30 horas de este viernes en el recinto ferial de Vélez-Málaga. Las chicas, de las que solo publicamos sus iniciales A. y M., se encontraban de fiesta en una de las casetas, como el resto de jóvenes de su edad.

Siempre según su versión, ambas decidieron que era el momento de volver a casa. La primera en salir al exterior de la caseta fue M., quien entabló una conversación con un grupo de chicos de unos treinta años. Según recuerda, eran entre cinco y siete.

Según reza la denuncia que han interpuesto y a la que ha podido tener acceso este periódico, "en un momento dado de la conversación y sin causa aparente, varios de estos individuos comienzan a empujarle y a escupirle", cayendo al suelo en varias ocasiones.

En concreto, según matizan a EL ESPAÑOL de Málaga, los jóvenes tuvieron esta reacción al recibir la negativa de su hermana, que no recuerda quiénes ni cuántos le pegaron. Así, A. asegura que "todo sucedió muy rápido desde que intentaron entablar conversación con nosotras y nos increparon tras rechazarlos".

Tras lo ocurrido, una de las hermanas, que estaba algo más alejada, decidió intervenir e interponerse en la disputa, algo que sentó mal a los jóvenes que la habían agredido. Uno de ellos respondió de inmediato propinándole un puñetazo en el lateral izquierdo de la cara, a la altura del pómulo, quedando esta inconsciente en el acto.

A. no recuerda mucho más de lo que ocurrió después. Abrió los ojos en el interior de la ambulancia. Al parecer, según ha podido saber, al ver la gravedad del golpe que le habían propinado, el grupo de jóvenes huyó del lugar a la carrera, conscientes de que la joven se encontraba tendida en el suelo y sin consciencia.  

"Solo sé que uno de ellos fue el que llamó a la Policía, pero se quitó la camiseta para tratar de que no le relacionaran con el grupo", expresa A. Así, en la denuncia también consta que M. grabó a los jóvenes cuando comenzaron a increparla. Al ver que estaba grabando, uno de ellos "se lo arrebató de las manos tirándolo al suelo, quedando el mismo inutilizable". De hecho, A. ha compartido con EL ESPAÑOL de Málaga la imagen del teléfono, con la pantalla totalmente destrozada.

El móvil reventado.

Ahora solo quieren encontrar a los agresores, o al menos a personas que vieran la brutal agresión que recibieron ambas. "Solo sabemos que eran de etnia gitana, uno de ellos, el que tiró el teléfono contra el suelo, es de complexión ancha, de unos 1,75 de altura y tenía unos 30 años", explican las hermanas.

"Aún estamos asimilando lo que ha pasado. Nos sentimos muy agradecidas por el apoyo que estamos recibiendo en redes. Mi hermana grande hizo un llamamiento por si alguien vio algo y mucha gente nos ha dado su apoyo", ha dicho A. a este periódico. 

Además, ha manifestado que en las últimas horas han ido recordando algunos detalles más que piensan poner en manos de la Policía Nacional, en la que confían mucho, para dar pronto con los agresores que hicieron de su noche de fiesta la peor pesadilla de todas.