"El ojo sagrado es símbolo de la vida, de la creación y de la divinidad". Así define este símbolo el profesor malagueño Pedro Castañeda Navarro en su obra “El origen mitológico del ojo de las jábegas de Málaga”.
El referente histórico de este emblema no es tanto fenicio, como puede parecer, "sino, posiblemente, sumerio de los míticos pueblos del mar", asevera Castañeda. Esta cultura es considerada la primera gran civilización del mundo. Se estima que vivió entre 5.000 y 2.000 años antes que nuestra existencia. Es pionera en abrir las primeras grandes vías marítimas de Mesopotamia, Palestina, Apulia y el Mediterráneo.
En este sentido, los propios sumerios, de acuerdo con los historiadores, son etiquetados como los primeros en emplear la escritura. En un principio, la comunicación se basaba en un sistema de jeroglíficos. Más tarde, derivó en la denominada escritura cuneiforme, utilizada por el resto de civilizaciones con el paso del tiempo.
A pesar de emplear la escritura con los mismos fines que usamos milenios después, las raíces de su lenguaje siguen siendo un auténtico misterio. Es denominada "una lengua aislada". La falta de pistas para hilar similitudes con otras lenguas es el origen de este apodo.
Elemento protector
Al igual que con la astronomía, la cerveza o las matemáticas, la cultura sumeria ha trasladado a nuestros días el símbolo del ojo. Ya portaban sus embarcaciones como un elemento de protección frente a los mares y a las figuras que en él habitaban.
Málaga, bautizada como Malaka por los fenicios, expandió la cultura de dibujar este ojo en ambos lados de la proa de las barcas. Con ellas conquistaron el Mediterráneo. Siguiendo la tradición, se creía que así ahuyentarían a los monstruos marinos y a piratas. Estas tradiciones coexisten con “culturas perdidas entre la fantasía y la historia”.
El ojo se ha ido trasladando de civilización en civilización. Así ha llegado a nuestros días."Se trata de un símbolo que comparten todas las culturas", señala Pablo Bujalance, en un artículo redactado en 2008.
Especialmente paradigmático es el caso del ojo azul de Turquía. La superstición afirma que la mirada de una persona con los ojos de este color puede causar algunos males. Igualmente, todas estas recreaciones tienen una matriz común: "el ojo de Horus, el Dios egipcio".
El ojo como marca
Esta tradición, "milenaria de todo el Mediterráneo", ha obtenido la concesión, en favor del Ayuntamiento de Torre de Mar, para acreditar la propiedad de esta marca. El objetivo recordar esta tradición y convertirlo en un elemento reconocible del municipio.
A esta marca se le reclamaba que llevara el barco a buen puerto y velara por los marineros. Este símbolo luce en la jábega del Club de Remo de Torre del Mar 'la Torreña'.
Tal es la longevidad de esta costumbre y el poder de sugestión que causaba entre los propios marineros que llegó a inspirar hasta al malagueño más reconocido y renombrado de la historia: Pablo Ruiz Picasso, .El pintor lo llegó a representar en una de sus obras más conocidas: el Guernica, donde el ojo era camuflado con una lámpara.