Es curioso como han pasado 20 años desde que los rizos de un jovencísimo David Bisbal se movían liberados por el escenario de OT 1 cuando interpretaba ‘La casa de Inés’. Se mordía los labios cada vez que sentía la melodía. No paraba quieto en el escenario. Tenía tan solo 22 añitos.
Las adolescentes pegaban posters del artista tras las puertas de su habitación. Hacían colas en los centros comerciales para conseguir su disco firmado por Bisbal y los chavales comenzaron a imitar su peinado. Causaba sensación.
20 años más tarde, es curioso, pero todo sigue igual. Aquella madre que acompañaba a su hija a ver a Bisbal tras salir de OT hoy peina canas, pero ahí sigue, con su hija. Aquellas amigas que se conocieron en la cola de uno de sus conciertos, ahí siguen, siendo parte de su club de fans. La niña que se emocionaba con Dígale hoy lo hace con 'Culpable'.
Sus rizos están más cortos, pero la energía es la misma. David sigue mordiéndose los labios cuando mira al público. David sigue dando su vuelta y su patada voladora cuando la canción corresponde.Todo sigue igual.
Cuando se apagan las luces y suenan los primeros acordes de ‘Silencio’ en el Auditorio Cortijo de Torres de Málaga, pasadas las diez y trece minutos de la noche, el público se agita, sentado en su silla. Probablemente eso sea lo único que se diferencie de 2001. La maldita Covid-19 que nos impide poder saltar en los conciertos.
“Qué bonitos son los colores de nuestra bandera. Me encantan”, dice David al ver una bandera andaluza entre el público tras encender las luces por primera vez y hacer un repaso por todas las pancartas del público. Córdoba, Madrid e incluso Venezuela, estaban presentes.
'La Necesidad' y 'Sabrás', esta última dedicada a su hijo pequeño, reblandecieron al público tras unas canciones potentes y bailables. “Este año ha dado para mucho. Hasta para dedicarle una canción a mi chiquitillo. ¡Qué ya tengo tres!”, relataba el artista.
Hubo tiempo también para las canciones que recuerdan aquellos tiempos pasados, como 'Quién me iba a decir', de 2006. En los luminosos del escenario, cuerdas que recordaban aquel famoso videoclip donde Bisbal acababa con los brazos formando una cruz con su cuerpo. Exactamente igual que acaba su interpretación en directo.
La Covid, protagonista
“Me encantaría que bailáseis conmigo, pero estamos aquí para cumplir las normas. A veces cuando os escucho cantar con la mascarilla y me acuerdo de mí antipop del estudio. Se os escucha hasta bonito”, dice en tono jocoso el artista tratando de mentalizar a su público de la dureza de la situación vírica actual. “Disfrutad del verano y cuidaos mucho. Nos merecemos salir de esta y poder ver las sonrisas físicamente, no solo la del alma”, añade.
A partir de aquí, 'La tenga o no', 'Culpable', 'Esclavo de tus besos' o uno de sus primeros temas, ‘Camina y ven’. Pese a estos gestos, no faltaron las novedades y estrenos, siendo (curiosamente) la primera vez que Bisbal cantara en directo ‘Dos Veces’.
Sobre las once y cuarto de la noche, el cantante desaparece del escenario tal y como nos tiene acostumbrados en otras giras: tocaba cambio de look, una camisa oscura acorde a los tres temas míticos que tocaba cantar. 'El Ruido', 'Dígale' y 'Mi princesa', las más aplaudidas y “lloradas” por el público malacitano.
Un auténtico showman
Más allá del directazo que demuestra en cada concierto, David Bisbal no paró de interactuar con el público, especialmente con un pequeño que llevaba una camiseta fosforita que le hacía destacar sobre el resto del público aun con las luces apagadas. “Chaval, nunca la tires, te hace brillar como una auténtica estrella”, le decía el artista. Además, tampoco faltaron los guiños a su tierra: Almería. Cuando cantaba ‘Bésame’ y los visuales del escenario mostraban olas del mar el almeriense no pudo evitar mencionar a las playas del Cabo de Gata y los tomates de su tierra. "¡Y después nos venimos para acá, Málaga!", aclaraba Bisbal.
Cuando faltaban tan solo diez minutos para la medianoche, el público pedía el bis. Y así fue, pese a que el batería tirara sus baquetas y más de uno estaba abandonando el auditorio, el almeriense no podía marcharse sin interpretar una de las canciones que más nos acompañaron durante el confinamiento, ‘Si tú la quieres’. “Qué bien me lo he pasado, Málaga, ¡No sabes cuánto!”.
Y, como no podía ser de otra manera y de broche final, 'Ave María' en su forma más remasterizada fue la que dijo adiós demostrando, desde luego, que tras casi dos horas para Bisbal 20 años no son nada. Cuando pasen otros 20 años os cuento novedades. En otra crónica, si es posible.