El neandertal no era tan torpe: la Cueva de Málaga que rompe con 150 años de estudio prehistórico
Un estudio internacional capitaneado por investigadores de la Universidad de Cádiz demuestra la autoría neandertal de las marcas rojas halladas en el yacimiento de Ardales, hechas hace 65.000 años.
5 agosto, 2021 07:30Noticias relacionadas
El paradigma tradicional prehistórico veía a los Homo neanderthalensis como unos seres torpes, casi simiescos, toscos y muy atrasados. También planteaba que los neandertales habrían perdurado hasta hace 40.000 años en la tierra. A partir de esa fecha, serían las poblaciones humanas anatónicas modernas-HAM (los conocidos como Homo sapiens) quienes ocuparían la península ibérica.
Un estudio liderado por investigadores de la Universidad de Cádiz (UCA) en colaboración con Neanderthal Museum de Alemania corrobora la autoría neandertal de las pinturas de la Cueva de Ardales, hechas hace 65.000 años. El descubrimiento, portada de la revista Science en 2018, rompe con 150 años de estudios prehistóricos al demostrar que los Homo neanderthalensis hicieron esas marcas 20.000 años antes de que los modernos llegaran al continente europeo.
"Estos estudios en Ardales han fechado el arte hace 64.000 años. En esas fechas, en el sur de Iberia, por ahora, solo hay evidencias de neandertales. Estos grupos serían los autores de las manifestaciones gráficas de la cueva", asegura José Ramos Muñoz, prestigioso catedrático de prehistoria de la UCA, que destaca que "estos nuevos investigaciones confirmarían un carácter mucho más humano de estas poblaciones" y reconoce que "romper un paradigma en ciencias es duro".
Decoración corporal
"La línea de investigación realizada por nuestro equipo supone la constatación de las poblaciones neandertales como sociedades perfectamente organizadas, en sus aspectos sociales, económicos y simbólicos", insiste Ramos, que declara que los neandertales dejaron su huella a los Homo Sapiens a través de técnicas, conocimientos de símbolos y elementos de decoración corporal.
Las marcas rojas que hay sobre un conjunto de estalagmitas en la Cueva de Ardales son sin duda el resultado de la actividad humana hace 65.000 años. Los neandertales habrían accedido en varias ocasiones a la cavidad para marcar de manera simbólica y de forma reiterada la formación estalagmítica, explican en el estudio que ha contado con más de 30 especialistas de 10 centros de investigación.
Esto confirma que se trata de las pinturas más antiguas, junto a las de Maltravieso (Cáceres) y la Pasiega (Cantabria), realizadas en una cueva por los neandertales. "Curiosamente en las tres cavidades las dataciones más antiguas se dan en puntos, líneas y manos concretamente en Maltravieso. En Ardales se dan en las líneas y los puntos", precisa el historiador, que se encuentra inmerso en otro estudio que demostraría que los neandertales rompen las estalactitas y rellenan la concavidad de grasas que les permitiría iluminarse en el interior.
Un mapa
La Cueva de Ardales es grande; tiene unos 1.500 metros de desarrollo. "Los puntos y las líneas están en los sitios de paso difícil. Estamos ante un mapa, un sistema de comunicación de cómo acceder al interior de la cavidad. Ha surgido un debate de si esto es arte. Es un sistema de comunicación. Son expresiones gráficas humanas", confirma el catedrático de Prehistoria.
A pesar de ser portada en la revista Science, algunos llegaron a cuestionar el estudio. Un autor pensó que los rescoldos se trataban de escoraciones, goteras de óxido y manchas naturales. La datación de estos motivos y la confirmación a través de técnicas de análisis que se han hecho con geólogos y físicos demuestran que se trata del resultado de la manipulación humana, no de origen natural.
"Eso hoy se ha podido datar por una técnica analítica uranio-torio, que genera la descomposición del uranio hacia torio y da un margen de calaje. Cuando eso se produce se sabe la datación. Ahí ha venido la gran novedad: ha dado cronologías por encima de 60.000 años y en concreto una de 64.000. De las cuevas más antiguas de la península y Europa", subraya este profesor, que cree que "el sur mucho que decir" y que "las cuevas de Málaga, de Andalucía, tienen mucha importancia".
El estudio subraya, además, que el ocre utilizado para las pinturas lo habrían recolectado en el exterior de la cueva. "Se trata de un pigmento que han traído fuera. Ellos han traído el óxido de hierro de fuera y lo han manipulado dentro de la cueva y lo han soplado con algún tipo de caña. O huesos de aves. Y han marcado esas líneas", detalla el catedrático.
La acción de marcar repetidamente con pigmento rojo espeleotemas tan imponentes como la cúpula de Ardales sugiere que sus autores buscaban resaltar y perpetuar la importancia de este emplazamiento a través de narraciones transmitidas entre generaciones. Paralelamente, se fortalecería la cohesión entre los miembros del grupo y su vínculo con el territorio.
Historia de la cueva
La Cueva de Ardales tiene una historiografía larga. Este año se celebra el bicentenario de la primera aparición del yacimiento malagueño en un estudio científico. La mencionó Pascual Madoz en su Diccionario geógrafico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar. "Un clásico que recopila todo lo que había en el país en el siglo XIX", cuenta el catedrático.
En 1921, el gran promotor de los estudios prehistóricos Henri Beuil publicó un estudio en la revista francesa L’Anthropologie donde aparecían 35 imágenes de sus animales retratados. "Esta cueva tiene sobre todo pinturas y grabados de caballos y ciervas. Es lo que le llama la atención. Lo compara con el arte francocantábrico", explica. Acudió a la cueva con el investigador malagueño Miguel Such.
La publicación de Breuil en L’Anthropologie supuso la inclusión del yacimiento en los primeros listados de monumentos nacionales y en el manual El hombre fósil, escrito por Hugo Obermaier. Más adelante se vivió un periodo oscuro de poca investigación. En la Guerra Civil fue un refugio y después se abandonó. En el año 1985 es el Ayuntamiento con ayuda de la Junta quien cierra la cueva para controlar expolios y saqueos.
"Ahí empiezan a trabajar mis compañeros Pedro Cantalejo y María del Mar Espejo. Me incorporé en el año 1987. Desde ese entonces estoy vinculado al equipo", aclara Ramos. Antes del aplaudido estudio se hizo un inventario de todo el arte de la cavidad en 2005 y después se publicó un libro con la ayuda de la Diputación, que recogía más de 1.000 motivos gráficos de la cueva. "Es un inventario en el que estamos todavía trabajando. Desde un punto, una mano, un ciervo", relata.
Excavaciones
Con un equipo hispano-alemán, los investigadores de la Universidad de Cádiz empezaron con autorización de la Junta las primeras excavaciones en 2011. "Estos han sido sondeos hasta 2014. En 2015 hemos empezado un proyecto general de investigación. Estamos terminando ese proyecto", declara sobre las excavaciones financiadas a través de un proyecto nacional con ayuda del Ayuntamiento de Ardales y el Neanderthal Museum.
"Se han podido hacer una serie de análisis y dataciones absolutas. Contamos con más de 90 dataciones de varias técnicas. Lo cual la hace la cueva mejor documentada del sur de España. Tanto del arte como de la arqueología", dice orgulloso Ramos. Un tesoro en Málaga que ha dejado descubrimientos que se remontan a hace 65.000 años.
*Estos trabajos se enmarcan en el proyecto General de Investigación (PGI), debidamente autorizado por la Junta de Andalucía, titulado: Las sociedades prehistóricas (del Paleolítico Medio al Neolítico Final) en la Cueva de Ardales y Sima de las Palomas de Teba (Málaga, España). Estudio geoarqueológico, cronológico y medioambiental, con la dirección de José Ramos Muñoz y Gerd-Christian Weniger, entre 2015 y 2021.