Rocío Nadal con uno de sus vestidos.

Rocío Nadal con uno de sus vestidos. Cedida

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La moda sostenible arrasa en Instagram: 'Dezencia Clothing', la marca malagueña de Rocío Nadal

Su creadora, que además es influencer, reconoce que las redes sociales  son un arma de doble filo, ya que conforman un escaparate espectacular para sus modelos, pero a su vez están llenas de personas dañinas.

20 septiembre, 2021 08:46

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Turbantes, vestidos, conjuntos y mucho color. Ese podría ser el resumen de Dezencia Clothing, la marca de la emprendedora malagueña Rocío Nadal que tanto lo está petando en Instagram. 

Los inicios de la marca se remontan al año 2016, cuando Rocío decidió tomar clases de patronaje y confección y siguió adelante en el mundo del diseño de moda. Sin embargo, siempre se ha sentido atraída por este mundillo. "Desde muy pequeña me llamó la atención la costura cuando veía a mi madre hacer punto de cruz, que es lo primero que aprendí a hacer junto a algún que otro dobladillo. Además, me dio por hacerle vestido a mis barbies", dice la joven.

Da el paso de crear su propia marca, tan temido para algunos diseñadores, porque reconoce que nunca le ha gustado recibir órdenes de jefes y le gusta organizarse por sí misma. "Estuve años trabajando por cuenta ajena y obedeciéndoles, pero no me sentía realizada", cuenta. Hablando con una amiga se les ocurrió la idea de ir creando algo. Por motivos de estudios su amiga no pudo sacar el proyecto adelante de su mano, pero ella, pese a que también estaba cursando sus estudios habló con su jefe para exponer algunos de sus modelos en la peluquería. Así fue como comenzó esta aventura de Dezencia Clothing.

Rocío Nadal con uno de sus vestidos.

Rocío Nadal con uno de sus vestidos. E.E

Respecto al nombre de la marca, en un primer lugar, Rocío quería que fuese Esencia, pero ya estaba registrado. Tras darle algunas vueltas con su amiga al final decidieron que el nombre ideal sería Dezencia, con 'z', en primer lugar, porque es una marca sostenible y, por otro lado, porque esa 'z' representa el deje andaluz, tan "típico de nuestra tierra". "Yo me siento más malagueña que un espeto de sardinas", bromea Rocío.

De hecho, estuvo viviendo en Londres durante una etapa de su vida. Sin embargo, echaba en falta la gastronomía, el ambiente y, sobre todo a los malagueños. De igual forma, reconoce que Málaga está creciendo mucho, lo que considera positivo para la ciudad. "Aunque personalmente creo que me gustaría vivir algo más tranquila para poder relajarme e inspirarme sin tanta distracción", dice entre risas. 

Respecto a la inspiración, a Rocío le llega en cualquier parte. Ya sea al ver los lunares que visten los volantes de un vestido de flamenca en la feria, las flores, los atardeceres o incluso el simple hecho de ver a la gente diferente que pasa por la calle.

Pese a que comenzó dando sus primeros pasos sola, ahora cuenta con talleres externos, repartidores y proveedores que considera "parte de su equipo". "Llega un momento en el que por más que quieras, si necesitas avanzar, toca delegar. Eso es así", reconoce.

Rocío Nadal con sus turbantes.

Rocío Nadal con sus turbantes. E.E

Asimismo, hace un tiempo decidió abrir un atelier físico durante unos meses. Sin embargo, Rocío, que no para de un lado para otro, y con el impulso del confinamiento, decidió cerrarla. "Podía hacer mi trabajo desde casa perfectamente y me tuve que readaptar, pero ahora no me arrepiento en absoluto. Además, estudié marketing digital por mi cuenta y con la web online me ha ido genial", explica.

Respectos a las ayudas al emprendimiento, Rocío señala que son pocas y que en este país no se valora a su sector. "Somos la base para crear empleo y que la economía avance. En otros países el emprendedor es la persona que acaba haciendo que muchas personas puedan vivir bien y tener un plato de comida en la mesa", subraya.

Moda sostenible

La marca tiene un sistema de patronaje con el que se desperdicia la menor cantidad de tejido posible. Trabaja tallas únicas que sean capaces de adaptarse a todo tipo de tallas, aproximadamente de la 34 a la 54. "Soy muy cuidadosa con el medioambiente y me pongo mala cuando veo que sobra algo de tejido. Intento que el patronaje se adapte a todo tipo de cuerpos", cuenta la emprendedora.

Además, realizan pocas cantidades de cada prenda para mantener su exclusividad aunque también tienen prendas fijas, de continuidad, que sí se repiten durante temporadas. "Pienso que los básicos siempre tienen que estar ahí, como los kimonos en colores lisos", añade Nadal.

Sin embargo, esa exclusividad tiene que pagarse. Rocío sostiene que hay gente que valora el trabajo hecho a mano, pero no todos. "No se paran a pensar todo lo que hay detrás de una simple prenda en una percha. Hay horas pensando, dibujando, adaptando a la necesidad del cliente, embalando, confeccionando, planchando... y pagando impuestos", cuenta la joven, que hace hincapié en que las personas que sí valoran sus trabajos son aquellas que tienen un negocio o han visto a sus abuelas o madres poner todo su sacrificio para mantener una empresa textil en España.

Sin embargo, Rocío explica que no teme a las multinacionales. "Yo aspiro simplemente a vivir haciendo el trabajo que me gusta y que me dé la libertad suficiente para poder vivir tranquila y viajar de vez en cuando, personalmente no me gusta lo que hay detrás de las multinacionales, el slow fashion ha llegado para quedarse", relata.

Diseñadora e influencer

En su cuenta de Instagram, @Rosebellelife, acumula 55.400 seguidores que siguen su día a día y sus reflexiones, además de ver los últimos modelos de su marca, porque nadie mejor que ella misma puede ser el mejor escaparate en una ventana como Instagram.

Para Rocío, las redes sociales son una de las cosas más importantes a tener en cuenta en una empresa de moda como la suya. Sin embargo, cree que hoy en día no se valora a los influencers tanto como se merecen. "Todo esto es nuevo para todos y nos da miedo salir de la zona de confort, pero la influencia que se crea en redes sociales es muy importante", añade.

De hecho, ella misma colabora con varias cuentas, no solo influencers, a través de su marca. De esta forma, la gente ve cómo quedan sus artículos en todos los cuerpos. Algunas de ellas, cuentas como @mi.valere, una chica que ha vencido a un cáncer de mama tras mucha lucha. Muchas pacientes de cáncer recurren a los turbantes coloridos de Dezencia para alegrar sus días de quimioterapia.

 "Es lo que más me gusta de mi trabajo, poder ayudar a las personas a que se sientan bien y acompañarlas de colores en sus tratamientos, pienso que la colorterapia levanta ánimos a quienes más lo necesitan y estoy muy feliz de poder transmitirlo de esta forma", explica con emoción.

Pese a todo ello también ve el lado malo de las redes sociales. Muchas veces, en su cuenta, ha hablado de ir al psicólogo y de la salud mental sin ningún tipo de tapujo. "Para tener control de las redes hay que tener mucha paciencia, calma y salud mental, tristemente hay mucha persona dañina detrás de un teléfono y sin foto de perfil que al final nos hacen reflexionar y tener que asistir incluso a terapia para sobrellevarlo", confiesa.